66 d¨ªas bastan para cambiar un h¨¢bito
Las transformaciones exigen tiempo. El cerebro se reorganiza constantemente si tenemos inter¨¦s en hacerlo; solo hay que dejar espacio al proceso
Cambiar de h¨¢bitos est¨¢ al alcance de todos. Para ello necesita dos ingredientes importantes: elegir un cambio que sea coherente con su escala de valores, y entrenarlo hasta que se convierta en un h¨¢bito. Poco m¨¢s.
Ya nada es ¡°obligatoriamente¡± para siempre, ni siquiera lo que eligi¨® como afici¨®n, profesi¨®n o lugar de residencia. La idea de que podemos ser quien deseemos, practicar nuevos deportes, aprender otras culturas, probar todas las gastronom¨ªas, tener otros c¨ªrculos de amigos¡, convierte una vida estanca en otra rica en oportunidades y variedad.
El cerebro es pl¨¢stico. Las personas evolucionamos, deseamos cambiar, crecer interiormente, y estamos capacitadas para ello. Atr¨¢s quedaron las teor¨ªas sobre la muerte de neuronas y los procesos cognitivos degenerativos. Hoy sabemos que las neuronas generan nuevas conexiones que permiten estar aprendiendo hasta el d¨ªa que morimos. La plasticidad cerebral ha demostrado que el cerebro es una esponja, moldeable, y que continuamente vamos reconfigurando nuestro mapa cerebral. Lo dijo William James, uno de los padres de la psicolog¨ªa, en 1890, y todos los neuropsic¨®logos hoy d¨ªa confirman las mismas teor¨ªas.
El propio inter¨¦s por querer cambiar de h¨¢bitos, la actitud y motivaci¨®n, as¨ª como salir de la zona confortable, invitan al cerebro a una reorganizaci¨®n constante. Este proceso est¨¢ presente siempre en las personas, desde el nacimiento hasta la muerte.
En esta sociedad impaciente, basada en la cultura de ¡°lo quiero todo ya y sin esfuerzo¡±, cambiar de h¨¢bitos se ha convertido en un suplicio. No porque sea dif¨ªcil, sino porque no le damos el espacio suficiente para convertirlo en h¨¢bito. ?No le ha ocurrido alguna vez que al iniciar una dieta, las primeras semanas son m¨¢s dif¨ªciles de encauzar que cuando lleva ya una temporada? Se debe a este proceso. Al principio su cerebro le recuerda lo que tiene automatizado, la costumbre de picotear, comer dulce o no practicar ejercicio, hasta que se ¡°educa¡± y termina adquiriendo las nuevas reglas y formas de comportarse con la comida.
Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro¡± Santiago Ram¨®n y Cajal
La neurog¨¦nesis es el proceso por el que se generan nuevas neuronas. Una de las actividades que retrasan el envejecimiento del cerebro es la actividad f¨ªsica. S¨ª, no solo debe practicar ejercicio por los beneficios emocionales como el bienestar y la reducci¨®n de la ansiedad, o por verse m¨¢s atractivo y fuerte, sino porque su cerebro se mantendr¨¢ joven durante m¨¢s tiempo. Un estudio del doctor Kwok Fai-so, de la Universidad de Hong Kong, correlacion¨® el running con la neurog¨¦nesis. El ejercicio ayuda a la divisi¨®n de c¨¦lulas madres, que son las que dan lugar a la aparici¨®n de nuevas c¨¦lulas nerviosas.
Existen otras pr¨¢cticas como la meditaci¨®n, el tipo de alimentaci¨®n o la actividad sexual que tambi¨¦n favorecen la creaci¨®n de nuevas c¨¦lulas nerviosas.
Dado que la reorganizaci¨®n cerebral se estimula a lo largo de toda la vida, no hay una sola etapa de las personas en la que no podamos aprender algo nuevo. La edad de jubilaci¨®n no marca un declive, ni cumplir 40 o 50 a?os deber¨ªa ser deprimente. Todo aquel que tenga inter¨¦s y actitud en algo est¨¢ de enhorabuena, podr¨¢ aprender, entrenar y convertirse en experto independientemente de la edad. Si usted es de esas personas que se han dedicado durante su vida a una profesi¨®n de la que han vivido medianamente bien, pero se quedaron con la miel en los labios por no estudiar Antropolog¨ªa, Historia, Exactas, Bellas Artes, lo que sea, puede empezar ahora. No hay l¨ªmite de edad ni de tiempo para el saber.
No deje que su edad le limite cuando su cerebro est¨¢ preparado para todo. La mente est¨¢ constantemente renov¨¢ndose gracias a la plasticidad neuronal.
Hasta hace poco se pensaba que modificar y automatizar un h¨¢bito requer¨ªa 21 d¨ªas. ?Demasiado optimismo! Un estudio reciente de Jane Wardle, del University College de Londres, publicado en European Journal of Social Psychology, afirma que para convertir un nuevo objetivo o actividad en algo autom¨¢tico, de tal forma que no tengamos que tirar de fuerza de voluntad, necesitamos 66 d¨ªas.
Sinceramente, ?qu¨¦ m¨¢s da que sean 21 o 66! Lo interesante es que somos capaces de aprender, entrenar y modificar lo que elijamos y deseemos. El n¨²mero de d¨ªas es relativo. Depende de factores como la insistencia, perseverancia, habilidades, de las variables psicol¨®gicas de la personalidad y del inter¨¦s. El cambio ronda en torno a los dos meses y pico. ?Qu¨¦ son dos meses en el ciclo de nuestra vida? Nada. Se necesita ese tiempo para ser capaces de dar el cambio que deseamos. Y esto nos hace libres y poderosos.
Diez consejos para empezar con lo que desee:
Para saber m¨¢s
Libros
El cociente agallas
Mario Alonso Puig?(Espasa)
59 segundos
Richard Wiseman?(RBA Libros)
La Frase
"Es preciso sacudir en¨¦rgicamente el bosque de las neuronas cerebrales adormecidas; es menester hacerlas vibrar con la emoci¨®n de lo nuevo e infundirles nobles y elevadas inquietudes".
Ram¨®n y Cajal
1. Elija su prop¨®sito y convi¨¦rtalo en su proyecto. Seguro que, si confecciona una lista, se dar¨¢ cuenta de que tiene muchas inquietudes. Pero no podemos cambiar o embarcarnos en todo a la vez. Olvide su cerebro multitarea y no quiera modificar todo de golpe. Cuando consiga automatizar el primero, pase al segundo.
2. Reflexione sobre su meta. Si contesta a las siguientes preguntas en relaci¨®n a su objetivo, su compromiso con ¨¦l aumentar¨¢: ?qu¨¦ quiero?, ?por qu¨¦?, ?para qu¨¦? y ?con qu¨¦? El ¡°con qu¨¦¡± hace referencia a sus fortalezas, valores y actitud para lograrlo. Cuando se enfrenta a algo nuevo, y dado que eso supone salir de la zona confortable, es recomendable tener la seguridad y la confianza de que est¨¢ preparado, que tiene capacidad y que va a poder lograrlo. Aunque sea dif¨ªcil.
3. H¨¢gale hueco. Sea lo que sea lo que desea aprender o iniciar, necesita tiempo. Si no le busca un espacio en su agenda y lo convierte en rutina, lo normal es que termine postergando lo que ahora no forma parte de su vida.
4. Res¨¢ltelo. Todo aquello que no forma parte de nuestro orden habitual es f¨¢cil olvidarlo. Si tiene una agenda, m¨¢rquelo con fosforito. Si utiliza la alarma del m¨®vil, p¨®ngase una diaria con el nuevo objetivo. No abuse de su memoria o del ¡°deber¨ªa acordarme¡±.
5. Rod¨¦ese de todo lo necesario, as¨ª no tendr¨¢ excusa para no empezar. Por ejemplo, si est¨¢ a dieta, compre los alimentos del r¨¦gimen; si empieza a hacer deporte, busque la ropa que va a ponerse, o si se inicia en la fotograf¨ªa, prepare el material.
6. Empiece hoy. No hay ning¨²n estudio con rigor cient¨ªfico en el que se relacione el lunes o el primero de enero exclusivamente con el comienzo de un nuevo h¨¢bito. El martes o el jueves son tan buenos d¨ªas como cualquier otro. Retrasar todo para el lunes es otra manera de postergar y de dejar que la pereza venza a su fuerza de voluntad. El mejor d¨ªa para iniciar algo es hoy.
7. Emoci¨®nese. Las emociones avivan el recuerdo, le producen bienestar, y estar apasionado con lo que se hace fideliza el h¨¢bito. Busque c¨®mo se siente, lo que va a conseguir, c¨®mo mejorar¨¢ su vida personal o profesional. Disfrute y est¨¦ presente.
8. No escuche a la voz interna que le dice que est¨¢ cansado, que qu¨¦ sentido tiene y que la vida tiene cuatro d¨ªas y son para disfrutarlos. Nuestro cerebro est¨¢ muy entrenado para buscar excusas y seguir en la zona confortable. Esa voz interior es muy pesada y puede llegar a ser muy convincente.
9. Sea disciplinado. T¨®mese en serio su h¨¢bito. Tomarlo en serio no significa que se ponga serio, sino que sea una prioridad para usted, algo a lo que dedicarle su valioso tiempo. Y que ocupe un lugar especial en su agenda.
10. Convierta su nuevo h¨¢bito en su filosof¨ªa de vida. Esto le dar¨¢ otra dimensi¨®n y calma. No se trata de aprender algo ya, sino de que lo disfrute y sepa que tiene toda la vida para practicarlo. Si, por ejemplo, ha decidido empezar con la actividad f¨ªsica, no se sienta mal si un d¨ªa falla. Tiene ma?ana, pasado y toda la vida para hacerlo. No se trata de llamar a la culpabilidad. Esa emoci¨®n no arregla nada. Solo hay que ser disciplinado y tener serenidad. Si de verdad es algo importante, ma?ana volver¨¢ a la carga. No es todo o nada. Se trata de incorporar algo bueno para cada uno y encajarlo en la vida para disfrutarlo, no para que sea un sufrimiento m¨¢s en el caso de no poder cumplirlo un d¨ªa.
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