Mario Testino, el arte de vender la belleza
El artista peruano es uno de los fot¨®grafos m¨¢s poderosos y carism¨¢ticos del mundo, no hay estrella que se haya resistido a su objetivo
"No era posible imaginar lo que la vida me ha tra¨ªdo. Venir de Per¨², donde los ni?os me gritaban maric¨®n por la calle, y acabar en el palacio de Buckingham, retratando a la realeza¡±. Mario Testino (Lima, Per¨², 1954) se r¨ªe con m¨¢s incredulidad que satisfacci¨®n. Nos cita en el restaurante de un lujoso hotel parisiense a la hora del almuerzo. Como si se tratara de una sesi¨®n de fotos, escoge la mejor localizaci¨®n posible: una mesita esquinada que ofrece una vista panor¨¢mica del local. Aparece relajado, bronceado y feliz. Como reci¨¦n llegado de unas largas vacaciones en el Caribe. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Exceptuando los 15 d¨ªas libres que se concede cada a?o, su rutina consiste en viajar de una punta a otra del planeta para ¡°disparar¡± la ¨²ltima portada de Vogue Estados Unidos, una campa?a para Burberry o la fotograf¨ªa oficial del compromiso entre los duques Guillermo y Catalina de Cambridge. Hace d¨¦cadas que no sabe lo que es pasar ¡°m¨¢s de cinco d¨ªas seguidos en el mismo lugar¡±. Ya ni siquiera sufre jet lag. ¡°Soy capaz de dormir en cualquier sitio a cualquier hora¡±, bromea.
Entre sesi¨®n y avi¨®n, mantiene enganchados a sus 1,3 millones de seguidores en Instagram, organiza exposiciones y publica libros. El ¨²ltimo, Sir (Taschen), que sali¨® al mercado en mayo, recopila sus trabajos en torno al concepto de belleza masculina. En ¨¦l se mezclan toreros y modelos, costaleros y estrellas del rock, deportistas y militares. ¡°Soy una contradicci¨®n total: me gusta el cambio dr¨¢stico y, al mismo tiempo, lo que no se mueve, la tradici¨®n¡±. El tomo revela sus pasiones, pero tambi¨¦n la clave de su ¨¦xito: ¡°Una capacidad innata para moverse por igual entre el mundo del arte y el de los negocios¡±, seg¨²n explica Jim Moore, director de arte de GQ Estados Unidos y amigo ¨ªntimo del fot¨®grafo.
Su obra retrata, como ninguna otra, la intimidad de un mundo elitista ¨Cel de la moda y el star system¨C que despierta envidia, admiraci¨®n y morbo: la muestra monogr¨¢fica que ?inaugur¨® en la National Portrait Gallery en 2002 bati¨® el r¨¦cord de visitas del museo, con cerca de 170.000 asistentes.
Capaz de convertir su retrato de Diana de Gales en un documento hist¨®rico, y a Gisele B¨¹nd?chen en la modelo mejor pagada del mundo, es el nombre por el que las celebrities est¨¢n dispuestas a hacer cualquier cosa y las publicaciones son capaces de violar sus sacrosantos presupuestos. Un ¡°latino¡±, como le gusta definirse, reconciliado consigo mismo y sus ra¨ªces.
Porque, pese a ser uno de los fot¨®grafos m¨¢s poderosos del mundo, Mario Testino no siempre se ha sentido a gusto en su propia piel. Empez¨® a estudiar Econom¨ªa en su Lima natal. Luego prob¨® con Derecho, porque ¡°quer¨ªa ser diplomata¡±. Pero aquella vida conservadora en un pa¨ªs entonces retr¨®grado no era lo que deseaba. En 1974 lleg¨® a Londres. Ten¨ªa 20 a?os, y all¨ª descubri¨® la libertad y su vocaci¨®n. Aunque por el camino perdi¨® tambi¨¦n parte de su identidad. ¡°Cuando comenc¨¦, me criticaban porque me gustaba hacer re¨ªr a las chicas. En la moda hab¨ªa un esnobismo hacia la positividad. Las historias ten¨ªan que ser oscuras; las maniqu¨ªs, tristes¡±, explica.
No sabe lo que es pasar m¨¢s de cinco d¨ªas en el mismo sitio. Pero todos los meses viaja a Lima para ver a su madre, de 92 a?os, aunque tarde 46 horas en ir y volver
Durante un periodo bastante largo de su carrera jug¨® a imitar la correcci¨®n de los maestros ingleses ¨CCecil Beaton, Norman Parkinson¨C. ¡°Reconozc¨¢moslo, ser latino no es f¨¢cil. No eres l¨ªder en el mundo de la moda, ni del cine, ni de la m¨²sica. Tenemos grandes profesionales en todos estos sectores, pero Estados Unidos y Reino Unido son siempre los primeros, y nosotros nos sentimos un poco como los cuartos en la fila¡±, reflexiona.
Testino no encajaba y no cre¨ªa que ¡°lo latino¡±, lo suyo, ¡°pudiese ser ?guau!¡±. Un complejo de inferioridad autoimpuesto que solo superar¨ªa tras conocer, a mediados de los noventa, a la mujer m¨¢s importante de su vida, con permiso de su madre. ¡°Nunca hab¨ªa visto nada tan ?guau! como Gisele B¨¹ndchen. ?Y era brasile?a! No solo me ayud¨® a creer en m¨ª mismo, sino que puedo decir que lleg¨® un momento en el que yo defino qui¨¦n es Mario Testino a trav¨¦s de ella¡±. A cambio, el fot¨®grafo apost¨® por la modelo carioca cuando nadie la conoc¨ªa y ni las marcas ni las cabeceras se atrev¨ªan a contar con ella. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, factura 40 millones de euros al a?o. Quid pro quo.
¡°Me llev¨® un tiempo aceptarme a m¨ª mismo y mi gusto. Pero solo comenc¨¦ a tener verdadero ¨¦xito cuando empec¨¦ a ser yo¡±. Un concepto dif¨ªcil de acotar, pues para unos la carrera de Testino se caracteriza por la ausencia de un estilo definido, y para otros, los m¨¢s ben¨¦volos, por una personalidad ecl¨¦ctica. ¡°Mi regla es: quiero ser nada para poder ser todo. En este negocio, si dices ¡®a m¨ª me gusta el rojo¡¯ y, de repente, el rojo pasa de moda, te quedas fuera¡±, argumenta.
A falta de una r¨²brica art¨ªstica clara, lo ¨²nico que identifica su obra es una mirada hedonista: el af¨¢n por convertir cada sesi¨®n en una incitaci¨®n a la alegr¨ªa, el sexo y el consumo (de bienes de lujo). Una celebraci¨®n del exceso. Desde el pubis depilado con la forma del logo de Gucci, en 2003, hasta la er¨®tica tomatina que recre¨® para Vogue Espa?a, en 2013. Pero, por encima la provocaci¨®n, las im¨¢genes de Testino reivindican la belleza.
Dice que se ha pasado la vida persigui¨¦ndola. Y mientras habla, escanea el restaurante de Par¨ªs en su b¨²squeda. ¡°?Has visto qu¨¦ mujer tan maravillosa?¡±. Sus ojos no apuntan hacia ninguna modelo sobrenatural, sino en direcci¨®n a una anciana de unos ochenta a?os, que luce un magn¨ªfico traje de chaqueta azul marino. ¡°Me encantan las se?oras de esa edad que siguen preocup¨¢ndose por c¨®mo se ven. Mi mam¨¢ tiene 92 a?os y ya no puede caminar sola, pero un d¨ªa me dijo que lo peor no era eso, sino no poder llevar su bolso y que la enfermera lo tuviese que hacer por ella. ?No es maravilloso?¡±.
Testino viaja todos los meses a Lima para visitarla. No importa lo esquizofr¨¦nica que sea su agenda. ¡°A veces voy solo dos d¨ªas. Tardo 23 horas desde que salgo de una casa y llego a otra, pero vale la pena. Estoy feliz en mi casa. He vuelto a mis ra¨ªces¡±, confiesa. All¨ª ha puesto en marcha un museo, Mate, que acoge su obra y promueve la de j¨®venes artistas peruanos. Tambi¨¦n es accionista de un resort de lujo.
El camarero le sirve una cocacola light con un cuenquito de frutos secos. Mientras separa los anacardos, cuenta que ha olvidado su nombre en espa?ol. Solo recuerda c¨®mo se llama en ingl¨¦s y franc¨¦s. Ser¨¢ lo ¨²nico que coma ese mediod¨ªa.
M¨¢s all¨¢ de la identidad art¨ªstica y las influencias culturales de Testino, lo que resulta innegable es su responsabilidad en el desembarco de actrices, cantantes y personalidades medi¨¢ticas en las campa?as publicitarias y editoriales de las revistas. Y, por extensi¨®n, en el cambio de modelo que la industria del lujo ha sufrido tras su advenimiento. ¡°Antes de Mario, el mundo de la moda era todav¨ªa m¨¢s excluyente, como un ni?o mimado que no quiere jugar con nadie m¨¢s. ?l lleg¨® con su encanto y su determinaci¨®n, y lo abri¨® al sector del entretenimiento y a la diversi¨®n¡±, asegura Benedikt Taschen, responsable de la editorial que lleva su apellido por nombre y que publica Sir.
No hay icono de la cultura popular que no acuda a su llamada agradecido y d¨®cil. Solo ¨¦l puede pedirle a David Bowie que toque un piano imaginario, y al sex symbol Josh Hart?nett, que se maquille sensualmente. Solo por ¨¦l, Brad Pitt est¨¢ dispuesto a paralizar su carrera dos d¨ªas. Tras la primera jornada, Testino ten¨ªa fotos suficientes ¡°para llenar dos revistas¡±, pero el actor se empe?¨® en seguir posando, cuando, seg¨²n Jim Moore, de GQ, lo normal es que las estrellas gestionen su tiempo como si estuviesen en el corredor de la muerte.
¡°Conf¨ªan porque saben que no los voy a da?ar, que soy el que los protege. Recuerdo una an¨¦cdota con Madonna en Budapest. Acababa de anunciar que esperaba su primer beb¨¦. Hab¨ªa literalmente miles de fot¨®grafos rodeando su caravana, intentando conseguir su primera imagen embarazada. Y dentro, yo, retrat¨¢ndola en calzones y sujetador. Le dije: ¡®Hay que ver lo que es la vida, podr¨ªa vender estas fotos por una fortuna¡¯, y ella me respondi¨®: ¡®Por eso las est¨¢s haciendo t¨², porque nunca las vender¨ªas¡±. Pero no todo es cuesti¨®n de lealtad. Testino muestra siempre la mejor versi¨®n posible de la persona que posa para ¨¦l. No busca revelarla tal y como es, sino como le gustar¨ªa llegar a ser. Y para hacerlo se vale de ¡°una inteligencia emocional¡± que, en palabras de Benedikt Taschen, es lo que le convierte en un artista ¨²nico.
Hablar antes de disparar. Esa es su regla de oro. A Testino le gusta aprovechar su personalidad explosiva y optimista para conectar con ese desconocido al que enfoca. Bromea, escucha y, si hace falta, como en el caso de Beyonc¨¦, se encasqueta una peluca afro id¨¦ntica a la que pretende que luzca la cantante. ¡°Mario se encarga de que te sientas c¨®modo, crea un ambiente ¨ªntimo y, en cuanto ves la primera foto, te rindes ante ¨¦l. Es capaz de plasmar el alma de las personas, y aunque a veces eso produce pudor, ah¨ª es donde reside la magia¡±, explica el modelo espa?ol Jon Kortajarena, que se ha puesto a sus ¨®rdenes en m¨²ltiples ocasiones.
Fue el mismo modus operandi que emple¨® con Diana de Gales un mes antes de su muerte. Los retratos que tom¨® en 1997 para la revista Vanity Fair no solo tienen el valor de estar llenos de verdad y belleza, sino que son los ¨²ltimos oficiales que existen de la princesa. ¡°Fueron un regalo que la vida me dio¡±, explica el peruano. Cambiaron ¡°la forma en la que el mundo entendi¨®¡± su trabajo y le abrieron las puertas de Buckingham Palace.
Testino firm¨® las fotos de la boda de los pr¨ªncipes Carlos y Camila, de algunos de los cumplea?os de sus hijos y, finalmente, del compromiso entre el pr¨ªncipe Guillermo y Catalina. Cuenta que ya hab¨ªan terminado la sesi¨®n cuando los vio relajados y felices frente ¡°a una luz estupenda¡±: sac¨® la c¨¢mara y captur¨® este momento para la posteridad. Ahora ha retratado a su hija, la princesa Carlota, en su bautizo. Solo tiene una espina clavada: no haber fotografiado nunca a la duquesa de Alba. ¡°Me encantaba. ?Qu¨¦ exc¨¦ntrica!¡±.
Est¨¢ claro que Testino es arte y parte de este universo del glamour. No solo retrata a sus protagonistas, sino que cena en sus yates y brinda en sus bodas. Y aunque le gusta verse a s¨ª mismo como ¡°el documentalista de su era¡±, cabe preguntarse qu¨¦ tipo de radiograf¨ªa de nuestro tiempo es una sin dolor ni arrugas. ¡°Que solo muestre la cara amable no significa que sus im¨¢genes no sean complejas o tengan profundidad. Mira las fotograf¨ªas que hizo de la princesa Diana: aparece muy hermosa, pero tambi¨¦n algo vulnerable y realmente conmovedora. Son un documento perfecto de los noventa¡±, defiende Benedikt Taschen.
La clave, para Jim Moore, est¨¢ en su mirada. ¡°Para hacer una gran foto, no todo es cuesti¨®n de tener una c¨¢mara car¨ªsima¡±. De hecho, el gran fot¨®grafo asegura que es el elemento menos relevante en su trabajo. Hace a?os que no se separa de una peque?a m¨¢quina digital con la que captura cualquier cosa que llame su atenci¨®n, incluidos algunos de los desnudos masculinos que ahora recoge en gran formato en Sir. Descubrir su marca resulta complicado: los asistentes de Testino la han cubierto cuidadosamente con una pegatina negra. ¡°Cuando ves Instagram, te das cuenta de que lo m¨¢s importante hoy no es la tecnolog¨ªa ni la t¨¦cnica, sino el contenido. Si pudiese, har¨ªa todas mis fotos con mi camarita, porque me parece menos invasiva que cualquier otra¡±.
Discreta, reposa en la mesa junto a los anacardos. Cualquier turista parisiense porta un armatoste 10 veces mayor. Pero la grandeza de Testino se mide en otras dimensiones. Cuenta con 70 empleados directos ¨Cm¨¢s que cualquier revista de moda espa?ola¨C entre asistentes, retocadores, responsables de su p¨¢gina web y de las redes sociales, jefes de prensa, encargados de contenido editorial, exposiciones y v¨ªdeo ¨C¡°ahora grabo y hago making off de todas las sesiones¡±¨C, adem¨¢s de un grupo de directores de arte que dise?an campa?as de publicidad completas para las marcas que as¨ª lo deseen. Hace ya tiempo que Mario Testino ha dejado de ser un fot¨®grafo para constituirse en marca, sociedad limitada y gestora global de imagen.
¡°Es como el capit¨¢n de un barco. No hay detalle que sea demasiado peque?o para ¨¦l¡±, constata Moore. El peruano revisa cada tuit, presupuesto y tratamiento de Photoshop. Porque el ¨¦xito, dice, reside en las sutilezas. ¡°Mi equipo es muy joven y sabe mucho m¨¢s que yo sobre decenas de temas contempor¨¢neos. Pero les falta lo que posee la gente de mi edad: experiencia. Yo s¨¦ c¨®mo debe caer el piqu¨¦ o c¨®mo agarra la luz la seda. Cuando trabajamos sobre la imagen de un vestido de noche, por ejemplo, siempre les digo que deben buscar el claroscuro. Observar la obra de Vel¨¢zquez o de Goya. Si la prenda tiene una iluminaci¨®n uniforme, es aburrida. Pero si consigues que un traje parezca una joya, lo quieres poseer¡±.
A Testino no le basta con que una foto para una campa?a sea ¡°linda¡±. Quiere que genere deseo. Que se traduzca en ventas. ¡°Por eso me contratan las marcas¡±, sentencia. Y lo hace sin asomo de frustraci¨®n. Para ¨¦l no supone una capitulaci¨®n creativa, sino un incentivo. Ama la dimensi¨®n empresarial de su trabajo y le gusta saberse actor principal en una industria, como la del lujo, que mueve miles de millones de euros al a?o. ¡°Si una compa?¨ªa gasta un mont¨®n de plata en m¨ª, en una modelo, en una localizaci¨®n, tengo que asegurarles que esa inversi¨®n ha valido la pena. Y si hago una portada de una revista, me gusta que sea la que mejor funciona en los quioscos¡±, argumenta. ¡°Es que soy una persona m¨¢s pragm¨¢tica que so?adora¡±, se defiende.
Hasta que conoc¨ª a Gisele B¨¹ndchen no cre¨ªa que lo latino pudiese ser ?guau! Ella me ayud¨® a creer en m¨ª mismo, y solo entonces tuve ¨¦xito¡±
Quiz¨¢ por eso ha logrado mantener una relaci¨®n estable a lo largo de 30 a?os con Anna Wintour, directora de la edici¨®n estadounidense de Vogue y una de las mujeres m¨¢s influyentes e implacables del sector. Lealtad o (mutuo) inter¨¦s resultan aqu¨ª dos caras de la misma moneda. ¡°Tenemos una comunicaci¨®n muy clara. A los dos nos gusta la belleza, la moda y el negocio. Recuerdo que una vez su equipo le dijo que un editorial era demasiado comercial y ella les respondi¨®: ¡®?Y? ?Qu¨¦ es lo que hacemos nosotros? ?Vender!¡±, cuenta entre risas.
En las mesas de alrededor se apuran los caf¨¦s. El fot¨®grafo se despide. Le espera un desfile, o un avi¨®n, o una fiesta privada. Seguramente las tres cosas. ¡°Si tienes cualquier duda, escr¨ªbeme. Yo siempre respondo. Al fin y al cabo estamos en el mismo business, ?no?¡±. Como dice Moore, ¡°bajo la perspectiva de Testino, el mundo es m¨¢s hermoso, no real¡±.
elpaissemanal@elpais.es
¡®Sir¡¯, de Mario Testino (editorial Taschen), es un cuidado ¨¢lbum monogr¨¢fico que recoge los trabajos del fot¨®grafo en torno a la belleza masculina.
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