Desaf¨ªo democr¨¢tico
Contra la desestabilizaci¨®n del independentismo, pol¨ªticas de Estado
Los preparativos de Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a y de Esquerra Republicana para sortear la Constituci¨®n y la legalidad constituyen un desaf¨ªo muy grave a las instituciones y al conjunto de los espa?oles, y la demostraci¨®n palmaria de la desconfianza de los l¨ªderes del independentismo en algo tan importante como es la democracia. Y tambi¨¦n su insensibilidad ante las tensiones a las que est¨¢n sometiendo a la sociedad catalana, a la que prometen una Arcadia feliz sobre la base de unas cuantas falsedades.
Editoriales anteriores
El reto ha subido de tono gracias al n¨²mero dos de la Generalitat, Francesc Homs, que se ha permitido comparar la legalidad bajo la dictadura de Franco con la democr¨¢tica. Le deben parecer irrelevantes las constantes convocatorias a las urnas en la que los catalanes, y los dem¨¢s espa?oles, hemos votado con absoluta libertad. Y olvida que de esa legalidad democr¨¢tica, la ¨²nica que cuenta, emana la autoridad del Gobierno catal¨¢n y de sus instituciones.
Resultan intelectualmente romos los argumentos de estos dirigentes para justificar el separatismo. Al tiempo, constituyen otra prueba evidente de que no pretenden otra cosa que desgajar a Catalu?a de Espa?a para organizar un pa¨ªs en el que puedan hacer lo que quieran sin respeto alguno a la democracia ni al Estado de derecho, so pretexto de que van a crear otra democracia y otro Estado de derecho a su conveniencia. Que estos argumentos vengan de pol¨ªticos que viven y act¨²an en Europa resulta chocante.
Sostiene esta ret¨®rica que los catalanes nunca ser¨¢n libres mientras se vean obligados a aceptar la legalidad espa?ola. Tambi¨¦n se hace lenguas de la amplitud del movimiento ciudadano que respalda al independentismo. De todo ello, solo es cierto que los catalanes partidarios de separarse han aumentado en los ¨²ltimos a?os, y en este asunto habr¨ªa mucho que decir: sobre el tir¨®n nacionalista y sobre la falta de inter¨¦s con que las autoridades del Gobierno central han tratado un conflicto tan peligroso como ¨¦ste para la democracia.
Pero ni siquiera es verdad que el independentismo est¨¦ en auge; la ¨²ltima encuesta de la Generalitat da cuenta del retroceso de partidarios de la independencia. A la luz del dato se entiende mejor el nuevo despliegue de gesticulaciones: una fuga hacia adelante que pretende presentar como hechos consumados ¡°la desconexi¨®n¡± de ¡°la legalidad espa?ola¡± y la puesta en vigor de otra ¡°transitoria¡± hasta que las instituciones catalanas se doten de una a medida. Y todo ello el d¨ªa en que el rey de Espa?a, Felipe?VI, recib¨ªa a Artur Mas en el contexto de las reuniones que est¨¢ celebrando con los presidentes de las comunidades aut¨®nomas.
Es urgente que el Gobierno explique c¨®mo est¨¢ tan seguro de que ¡°no va a haber independencia de Catalu?a, ni se va a ir de Espa?a ni de Europa¡±, como ha dicho su presidente. No basta con afirmarlo para infundir tranquilidad. Tampoco la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, aclar¨® ayer nada, m¨¢s all¨¢ del reiterado argumento de que se recurrir¨¢ al Constitucional todo lo que parezca anticonstitucional. Faltar¨ªa; pero necesitamos saber m¨¢s.
El Gobierno tiene que definir c¨®mo va a impedir la independencia pretendida y con qu¨¦ respaldos cuenta para ello. Los ataques de las ¨²ltimas semanas de Rajoy al l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n, Pedro S¨¢nchez, como los ninguneos hacia Ciudadanos y Podemos, demuestran la diferencia entre ser hombre de partido y hombre de Estado. En esta situaci¨®n, lo que hay que hacer es elevarse por encima de la coyuntura electoral y oponerse a la desestabilizaci¨®n de Catalu?a y del conjunto de Espa?a; no en nombre del inmovilismo, sino de las reformas que integren adecuadamente reivindicaciones justas en la Constituci¨®n y en la cultura pol¨ªtica espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.