Actuemos ahora por el Mediterr¨¢neo
Los retos urgentes de la regi¨®n nos reclaman ambici¨®n y compromisos que den resultados
La regi¨®n euromediterr¨¢nea se enfrenta estos d¨ªas a una serie de retos serios y complejos, de una amplitud sin precedentes: los graves desaf¨ªos relacionados con el terrorismo, alimentados por los distintos focos b¨¦licos y crisis en la regi¨®n o en su ¨¢mbito geogr¨¢fico m¨¢s inmediato; los dramas de la inmigraci¨®n ilegal, en los que miles de personas arriesgan sus vidas cruzando las aguas del Mediterr¨¢neo; el auge de los extremismos, la intolerancia y la xenofobia.
Sin duda, vivimos uno de esos momentos que reclaman la mayor de las exigencias en la comprensi¨®n de los desaf¨ªos, as¨ª como en la b¨²squeda de respuestas a dichos retos. Exigencia, primero, de lucidez, ante la seriedad de los riesgos, para cada pa¨ªs como para toda la regi¨®n. Exigencia, tambi¨¦n, en el an¨¢lisis, para evitar simplismos, reconocer la gran diversidad de situaciones en la regi¨®n y asumir sus dimensiones estrat¨¦gicas, especialmente las de ?frica y la importancia de desarrollar los v¨ªnculos con ese continente. Finalmente, exigencia de determinaci¨®n y eficacia. Dada la importancia de los desaf¨ªos, la cooperaci¨®n en el Mediterr¨¢neo es m¨¢s necesaria que nunca.
Un ejemplo del camino a tomar es la reuni¨®n de alto nivel que se celebra ma?ana en Barcelona a iniciativa del ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, con las instituciones implicadas en el di¨¢logo intercultural, en la sede de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo. La reuni¨®n marca un nuevo enfoque: estrat¨¦gico en su ambici¨®n, pragm¨¢tico y voluntarista en su conducta, cuyas aportaciones no solo son aplicables al di¨¢logo intercultural, sino a otros grandes retos.
La primera de estas aportaciones es que nuestras respuestas no estar¨¢n a la altura de los retos si no son verdaderamente colectivas y concertadas. Las instituciones reunidas en Barcelona deciden actuar de forma conjunta para que los esfuerzos de acercamiento cultural tengan un impacto real. Ante los retos de la radicalizaci¨®n y del extremismo, as¨ª como de los desaf¨ªos econ¨®micos y sociales, el imperativo es siempre el mismo: los Gobiernos, los organismos internacionales y todos los actores de la cooperaci¨®n se enfrentan a una agenda com¨²n. Para llevarla a cabo, deber¨¢n reforzar sus sinergias y complementariedades. Ninguno de los retos mediterr¨¢neos encuentra soluci¨®n en el ¨¢mbito estrictamente nacional: las respuestas deben tener una dimensi¨®n regional.
No podemos ser rehenes de las din¨¢micas negativas
La segunda aportaci¨®n es un llamamiento urgente a la acci¨®n. Debemos actuar ahora, de forma concreta, sobre el terreno. Ning¨²n part¨ªcipe institucional basta por s¨ª solo si no se traduce de forma tangible e inteligible para las poblaciones. El nivel de integraci¨®n regional es todav¨ªa anormalmente bajo: uno de los m¨¢s bajos del mundo. A pesar de ello, hay un enorme potencial sobre el terreno, una poblaci¨®n con expectativas, casos de ¨¦xito todav¨ªa poco conocidos, y por lo tanto un importante espacio de oportunidad que hay que valorizar. Hay que estar dispuesto a actuar.
Finalmente, para preparar el futuro, quiero insistir en la necesidad de una respuesta equilibrada, entre las dimensiones de la seguridad y desarrollo. Ante los dramas de la inmigraci¨®n y del radicalismo terrorista, la soluci¨®n a largo plazo reside en un desarrollo inclusivo, que fortalezca la cohesi¨®n de nuestras sociedades en el seno de cada pa¨ªs, y entre nuestros pueblos a escala regional. La m¨¢xima prioridad es el empleo de los j¨®venes y el apoyo a los esfuerzos para crear una din¨¢mica de crecimiento y empleo.
Acci¨®n colectiva e inclusiva, actuaciones concretas sobre el terreno y prioridad para el desarrollo son precisamente los pilares de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo: consolidar estos tres ejes esenciales es m¨¢s importante que nunca. Se han realizado avances esperanzadores en sectores clave: estrategias relativas al papel de la mujer, a la movilidad y empleo de los j¨®venes, plataformas regionales de di¨¢logo sobre el cambio clim¨¢tico, las energ¨ªas renovables, el desarrollo urbano sostenible y el lanzamiento de proyectos regionales comunes. Hay que ampliar el espectro de oportunidades y consolidar estas din¨¢micas de futuro. No podemos seguir siendo rehenes de las din¨¢micas negativas.
No perdamos de vista el formidable potencial humano, social y econ¨®mico que representa el espacio mediterr¨¢neo, incluida su prolongaci¨®n africana. Es un gran activo para la globalizaci¨®n. Tengamos un enfoque m¨¢s ambicioso y mucho m¨¢s ofensivo para nuestro porvenir en el Mediterr¨¢neo. Debemos ser capaces de asumir esta responsabilidad hist¨®rica y construir nuestro futuro.
Fathallah Sijilmassi es secretario general de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo.
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