Pobres
Antes de medir cualquier cosa conviene elucidar qu¨¦ queremos medir, y no siempre se hace
Desde luego, en Espa?a est¨¢ muy mal visto que alguien ponga en duda los datos (privados u oficiales) de pobreza o de paro, y si alguien se atreve a romper ese tab¨² lo m¨¢s probable es que sea tachado de derechista o incluso de desalmado. Lo he comprobado en mis propias carnes al negar la validez de esos datos, no s¨®lo de los privados (provenientes en general de algunas ONG¡¯s) sino tambi¨¦n de los oficiales (Eurostat e INE).
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Todos ellos colocan el umbral de la pobreza en el 60% de la renta mediana (debajo de esa renta se es ¡°pobre¡±), siendo la mediana aquella renta personal o familiar por debajo y por encima de la cual se hallan la mitad de los hogares o personas. De la propia definici¨®n se deduce (y as¨ª lo dice el INE en una nota a pie de p¨¢gina) que ese umbral no es en realidad un indicador de la pobreza, sino de la buena o mala distribuci¨®n de la renta, aunque, para decirlo todo, tampoco es un buen indicador de la distribuci¨®n de la renta, mas dejemos, de momento, las medidas de la buena o mala distribuci¨®n y centr¨¦monos en la pobreza.
Ilustrar¨¦ la mala calidad de este indicador con un ejemplo. Sean dos pa¨ªses: A y B. En A la renta familiar es de 800 euros anuales y en B de 400.000. Sin recurrir a m¨¢s c¨¢lculos, cualquier persona dir¨ªa que A es un pa¨ªs pobre y B uno rico, sin embargo en A todos los hogares ingresan la misma cantidad (no hay nadie por debajo de la mediana) y en B la distribuci¨®n no es uniforme sino que tiene una mediana de 370.500 euros y por lo tanto su ¡°umbral de la pobreza¡± se coloca en 222.000 euros anuales, por debajo del cual vive (y bastante bien) el 40% de los hogares. Pues bien, seg¨²n los criterios del INE ¡ªque son los de Eurostat¡ª en A no hay un solo pobre mientras que en B el 40% de sus hogares est¨¢ sumido en la pobreza.
?De d¨®nde viene la confusi¨®n? De la definici¨®n de ¡°pobre¡±. En otras palabras: antes de medir cualquier cosa conviene elucidar qu¨¦ queremos medir, en este caso debemos saber qu¨¦ decimos cuando calificamos a una persona o a una familia de pobre.
Para tener una vida ¡°decente¡± (para no ser ¡°pobre¡±), una familia ha de poder llevar a sus ni?os al colegio, acudir sus miembros al m¨¦dico de cabecera o al hospital sin que ello les lleve a la ruina. Tambi¨¦n habr¨ªan de calcularse las prote¨ªnas, calor¨ªas, vitaminas¡ m¨ªnimas necesarias para que la ingesta no lleve a la desnutrici¨®n. As¨ª mismo deber¨ªa estimarse el n¨²mero y la calidad de vestidos y calzados de los que es preciso disponer para defenderse con dignidad de las inclemencias del tiempo. Am¨¦n de la habitabilidad de la vivienda (incluida el agua corriente) y de otros servicios imprescindibles. Determinada esta cesta m¨ªnima de bienes y de servicios ha de pasarse a ¡°medir¡± cu¨¢ntas personas o familias en una sociedad est¨¢n por debajo de ese umbral. ?Esto se hace? Pues no. ?Por qu¨¦? Porque es muy complejo, y lo complejo, a la hora de medirlo, sale muy caro. En cualquier caso, la encuesta adecuada ser¨ªa algo parecido a la de presupuestos familiares y nunca sobre datos de renta (no es conveniente preguntar al entrevistado acerca de su renta porque suele mentir).
Para tener una vida ¡°decente¡±, una familia ha de poder llevar a sus ni?os al colegio y acudir sus miembros al? m¨¦dico o al hospital sin que? les lleve a la ruina
En cualquier caso, lo que no debe hacerse es confundir los indicadores que miden el grado de igualdad/desigualdad de la renta con la pobreza o la exclusi¨®n social y eso precisamente es lo que se sigue haciendo.
En 2010 la UE public¨® una comunicaci¨®n en la cual se explicitaban unos objetivos para la d¨¦cada 2010-2020 y dentro de ellos una Plataforma europea contra la pobreza. De ah¨ª naci¨® el indicador AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion). En ¨¦l se combinan renta, consumo y empleo.
Baja renta: se considera ¡°umbral de la pobreza¡± la matraca de siempre: el 60% de la mediana.
Bajo consumo: quien no pueda permitirse 4 de los 9 gastos siguientes: 1) Pagar la hipoteca, alquiler o letras. 2) Mantener la vivienda a temperatura adecuada en invierno. 3) Permitirse unas vacaciones de, al menos, una semana al a?o. 4) Permitirse una comida de carne, pollo o pescado, cada dos d¨ªas. 5) Capacidad para afrontar gastos imprevistos. 6) Disponer de tel¨¦fono. 7) Disponer de televisi¨®n en color. 8) Disponer de lavadora. 9) Disponer de coche.
Pero qu¨¦ casualidad, no se citan ni la sanidad ni la educaci¨®n, que son, a mi juicio, dos de las cuestiones m¨¢s relevantes a la hora de medir la pobreza.
Lo que no debe hacerse es confundir los indicadores que miden el grado de igualdad/desigualdad de la renta con la exclusi¨®n social y eso es lo que se sigue haciendo
En cuanto al empleo, se usa el concepto de ¡°baja intensidad de trabajo¡±, que se define como la relaci¨®n entre el numero de meses trabajados por todos los miembros del hogar y el n¨²mero total de meses que podr¨ªan trabajar todos los miembros en edad de trabajar. El indicador incluye entre ¡°los pobres¡± a las personas de 0 a 59 a?os que viven en hogares con una intensidad de empleo inferior al 20%. (?Y si una persona vive de las rentas, es tambi¨¦n ¡°pobre¡±?
El hogar que est¨¦ por debajo de cualquiera de los tres indicadores descritos entra en el AROPE, que se expresa en porcentaje sobre el total de la poblaci¨®n, que en 2014 alcanzaba en Espa?a al 22,2% de los espa?oles.
Pero lo que m¨¢s ha molestado de las explicaciones acerca de mi ya antigua posici¨®n cr¨ªtica respecto a la forma de medir la pobreza no es mi reticencia hacia estos ¨ªndices oficiales, sino que haya puesto en solfa los datos sobre ¡°pobreza¡± suministrados por organizaciones ben¨¦ficas que, por otra parte, considero meritorias y dignas de elogio (soy miembro-cotizante de dos de ellas). Sencillamente, no creo que estas organizaciones deban suministrar datos agregados acerca de los problemas que ellas quieren solucionar o paliar. ?Por qu¨¦? Por una raz¨®n de deontolog¨ªa profesional (no pueden ser jueces y parte) y deber¨ªan dejar esa labor a las instituciones encargadas de ello.
Por otro lado, las exageraciones en que unos y otros suelen incurrir a la hora de medir la pobreza no beneficia a la objetividad y s¨®lo da munici¨®n a quienes, por razones de ideolog¨ªa pol¨ªtica, est¨¢n muy interesados en ¡°demostrar¡± que entre Espa?a y Burkina Faso apenas hay diferencias.
Joaqu¨ªn Leguina es Estad¨ªstico Superior del Estado y fue presidente de la Comunidad de Madrid entre 1983 y 1995.
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