¡®Chirashi sushi¡¯
Una de las cosas que cohesionan Espa?a son los protagonistas de la prensa del coraz¨®n
Es probable que esta semana mucha gente se haya alarmado con la amenaza de que Artur Mas consiga resquebrajar la unidad nacional. O con el temor de que pocas cosas la puedan sostener. Sin embargo, en el c¨®ctel tras el concierto de Elton John en el Teatro Real de Madrid, repleto de celebridades nacionales, qued¨® patente que una de las cosas que cohesionan Espa?a son los protagonistas de la prensa del coraz¨®n.
La convocatoria de Elton John estaba tan repleta de famosos que en un momento dado alg¨²n aguafiestas pregunt¨® si todos hab¨ªan pagado la entrada. Es una costumbre universal que los famosos no pagan porque ceden su presencia para darle m¨¢s publicidad al evento. El show tuvo subidones importantes gracias al propio Elton John, exuberante e imposible de parodiar porque ya lo ha hecho ¨¦l mismo. Mientras tocaba, muchas miradas volaban hacia el palco donde Eugenia Mart¨ªnez de Irujo bailaba con los brazos en alto. La discogr¨¢fica organizadora del evento ofreci¨® el c¨®ctel en la terraza del teatro, con el Palacio Real como testigo. Se sirvieron solo bebidas, porque al no haber entreacto no se prepar¨® comida. O sea que el vino fluy¨® hasta que se alegr¨® tanto el ambiente que hubo que irse con la m¨²sica a otra parte. Y en esa otra parte se termin¨® discutiendo sobre el tema catal¨¢n y las relaciones de pareja.
Primero se plante¨® c¨®mo afectar¨ªa a la liga de f¨²tbol la elecci¨®n de Bartomeu como nuevo presidente del Bar?a. Al parecer, con ¨¦l puede regresar un seny que parec¨ªa desorientado. Manel Fuentes, el querido presentador, intentaba encauzar la situaci¨®n como en un debate radiof¨®nico al que se sum¨® Julio Medem, el director vasco que acaba de terminar el rodaje de una pel¨ªcula con Pen¨¦lope Cruz. Medem y Fuentes de pronto representaban un par de nacionalismos que tampoco han tenido la oportunidad de intimar mucho. Y el tema de la cohesi¨®n de Espa?a engordaba al ritmo de las copas de vino y las singularidades de la dieta de cada uno. Estaba a punto de hacerse un l¨ªo considerable cuando mi marido, que es gallego, avist¨® por la ventana a Roc¨ªo Carrasco, hija del gran mito nacional Roc¨ªo Jurado, y la convenci¨® para que entrara. Fue ese instante, en el que Roc¨ªo se acerc¨® a saludar al director vasco y al presentador catal¨¢n, que muchos vieron, como una ola, la respuesta: lo que cohesiona a Espa?a es Espa?a, la suma de Roc¨ªo y su novio Fidel con talento catal¨¢n y vasco en torno a un mantel de cuadros. Buscando que el azar haga de su encuentro un flechazo.
Al d¨ªa siguiente, Caetano Veloso y Gilberto Gil tocaban en el mismo escenario. Hab¨ªa resaca y la sensaci¨®n de que las cosas no ser¨ªan como con Elton. Ya lo dijo, hecha un or¨¢culo, Anne Igartiburu: ¡°Corazones, hoy el sonido estar¨¢ mejor, porque lo de ayer fue de pena¡±. Aunque un tanto dogm¨¢tica, no le faltaba raz¨®n. Con raz¨®n o sin ella, las miradas estaban puestas en Almod¨®var, presente entre el p¨²blico, ligeramente asombrado de su protagonismo y de la cohesi¨®n en los palcos, rebosantes de actores y actrices, como si la nueva pel¨ªcula de Almod¨®var fuera muy coral. Una actriz desinhibida bailaba descalza, los brazos muy estirados en la penumbra de su palco del que otros entraban y sal¨ªan como si el Real fuera un crucero superentretenido rumbo a Rio. Eso tambi¨¦n forma parte de la idiosincrasia de Madrid, y que a veces confundimos con la nacional: entrar y salir, estar divertidos, parecer siempre al borde de un ol¨¦.
En Navarra suced¨ªan cosas que igualmente hablaban de cohesi¨®n. La nueva presidenta Navarra, la independentista Uxue Barkos, tuvo ocasi¨®n de estimular nuestra capacidad de asombro al acompa?ar amablemente a Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² durante una corrida de toros en Pamplona. El hecho de que dos mujeres tan disfrutadoras de sus nacionalismos encuentren conversaci¨®n y alegr¨ªa reunidas por los toros provoca la sensaci¨®n de que Espa?a asimismo se cohesiona por ese endiablado h¨¢bito de torear gustos, caprichos y personas.
Delante de un plato japon¨¦s llamado chirashi sushi, que consiste en l¨¢minas de distintos pescados crudos ordenados sin mezclarse sobre un trozo de arroz compacto y ali?ado, me di el capricho de preguntarme si este plato no pod¨ªa considerarse una paella japonesa. Los ingredientes son casi los mismos, solo que ajenos de aceites y separados. Los puede mezclar el comensal, seg¨²n su gusto y su singularidad. Igual que el ciudadano deber¨ªa unir y disfrutar trocitos de Espa?a a su gusto. Que Roc¨ªo Carrasco y Julio Medem sean tan Espa?a como la de Carmen y Uxue, para que todos nos sintamos, m¨¢s que en una paella, en un personal y delicioso chirashi sushi.
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