El problema no es la fiesta
Catalu?a es aquel trabajador al que su jefe maltrata y termina por buscarse un empleo en peores condiciones. No s¨¦ si tiene toda la raz¨®n, pero s¨¦ que quiere irse y ya ver¨¢ despu¨¦s c¨®mo recompone la vida
Llevo ya casi veinte a?os viviendo en Catalu?a, aqu¨ª me hice escritor, me he casado y separado y aqu¨ª han nacido, viven y estudian mis hijos. A veces paso largas temporadas en Colombia y cada vez que vuelvo a Barcelona y me reinstalo, me siento en casa. Amo esta ciudad, la he disfrutado, sufrido y extra?ado. Durante estos a?os, he visto crecer la ola de independentismo y me he mantenido alejado de ella por respeto a un pa¨ªs que siempre me ha acogido y que a¨²n no me siento con autoridad de juzgar.
Al estar aqu¨ª y ver como el independentismo termina por afectar a mi vida, me he hecho varias preguntas. ?Por qu¨¦ los catalanes han aceptado que un pol¨ªtico que ha desmantelado la salud y la educaci¨®n, dos pilares que eran orgullo de esta sociedad, sea quien dirija la cruzada hacia la independencia? ?Por qu¨¦ los catalanes est¨¢n dejando de lado su curiosidad natural y se han encerrado en s¨ª mismos? ?Por qu¨¦ est¨¢n incluso dispuestos a sacrificar parte de sus negocios e intereses para apartarse del resto del pa¨ªs?
Vivir en Catalu?a es tambi¨¦n vivir en Espa?a y por eso tambi¨¦n he podido seguir de cerca algunos aspectos del funcionamiento del gobierno central de Madrid, sus empresas y medios de comunicaci¨®n asociados. En todos estos a?os he sido testigo de la arrogancia y la incapacidad de di¨¢logo de ese poder central, he visto decisiones absurdas, le¨ªdo noticias mentirosas, he visto quebrarse este pa¨ªs por la corrupci¨®n. He visto un poder que no entiende que su legitimidad se asienta en su capacidad para actuar con cordura y no en su capacidad para gritar, abusar e imponerse. Incluso yo, que vengo de uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo, a veces me asombro de lo que veo.
Para m¨ª, esta arrogancia e incapacidad de interactuar con el otro es ahora el verdadero problema. En este momento, a los catalanes ya no les importa que la independencia sea un mal negocio ni que pierdan ¡°cosmopolitismo¡± ni que algunos escritores e intelectuales latinoamericanos se vayan a vivir a Madrid. Catalu?a es en este momento aquel trabajador al que su jefe no hace m¨¢s que maltratar y que termina por buscarse un trabajo en peores condiciones econ¨®micas y laborales. Como se miente tanto, no s¨¦ si el trabajador est¨¢ bien pagado ni siquiera s¨¦ si tiene toda la raz¨®n. Pero s¨¦ que ya no le importa desmejorar, quiere irse y ya ver¨¢ despu¨¦s c¨®mo recompone la vida.
El poder pol¨ªtico en Madrid y todos sus ¨¢ulicos deber¨ªan darse cuenta de esto. Traigo un ejemplo que me toca. Al tiempo que visto la evoluci¨®n del independentismo he seguido tambi¨¦n la reconquista espa?ola de Am¨¦rica Latina; ya no a trav¨¦s de sus cl¨¦rigos y soldados, sino a trav¨¦s de sus empresas. En esta reconquista, he confirmado la arrogancia, la mala fe y la incapacidad de di¨¢logo que tienen muchas de las instancias de poder en Madrid. No es casualidad que los problemas con Catalu?a sean simult¨¢neos con la crisis de credibilidad de las empresas espa?olas en Am¨¦rica Latina. Todos estos problemas tienen el mismo origen, la incapacidad de una parte del poder espa?ol para actuar con decencia y con respeto por aquel que imagina inferior.
Yo, m¨¢s que nadie, lamento lo que est¨¢ ocurriendo en Catalu?a. Lamento el ambiente sobrecargado de conflicto, lamento que la independencia sea el ¨²nico tema de debate posible, lamento la p¨¦rdida de oportunidades para amigos escritores e intelectuales, lamento que gente muy brillante de este pa¨ªs se empecine en hacer a Cervantes catal¨¢n y en reinventar la historia como una f¨¢bula nacionalista. Lamento que mientras se habla de independencia crezca la pobreza y los desahucios sigan. Lamento ver la sociedad empe?ada en este debate mientras en las puertas de los supermercados y los cajeros autom¨¢ticos de los bancos ya no caben m¨¢s mendigos.
Los nacionalismos nunca me han interesado, vivo en Barcelona tambi¨¦n como puente al resto del mundo y yo, como cualquier inmigrante que ha conseguido hacer hogar lejos de su pa¨ªs natal, doy fe de lo positivo que es compartir con otras culturas y s¨¦ lo valioso que es construir el futuro sin estar sobrecargado de los afectos del pasado. Yo no quiero que el mundo se fracture m¨¢s, yo creo en la fraternidad. No quiero tener que llevar pasaporte para ir a Gij¨®n, Valencia o a Zaragoza. A m¨ª me gusta la uni¨®n, me gusta el euro, viajar por Europa como si fuera un solo pa¨ªs.
Pero, a pesar de lo malo que puede llegar a ser cualquier ruptura, a veces las relaciones se vuelven tan insoportables que lo mejor es irse. El problema entre Madrid y Catalu?a ya no es pr¨¢ctico, es de sentimientos y, en los sentimientos, las formas cuentan m¨¢s que los asuntos materiales. No hay nada como poder vivir tranquilo y sin que nadie te escupa la nuca. Cualquier persona huye del espacio en que se siente acorralado. Preservar la dignidad y poder so?ar sin que otro te enturbie los sue?os, no tiene precio. Ser libre es bueno, incluso solo, incluso con miedo, incluso con hambre.
Sergio ?lvarez (Bogot¨¢, 1965) es escritor colombiano.
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