Una bronca a tiempo, mejor que el gimnasio
La acumulaci¨®n de ira eleva la presi¨®n arterial. Los expertos ven en su liberaci¨®n controlada beneficios similares a los del deporte. Con una ventaja: la reconciliaci¨®n posterior
Poner el grito en el cielo o acabar hecho un energ¨²meno no tiene por qu¨¦ ser negativo. Al menos en sentido estricto. Hay ciertos matices en el conflicto verbal que nos ayudan a identificar algunos beneficios para nuestra salud f¨ªsica y mental. Hasta ahora, las consecuencias positivas de un cabreo permanec¨ªan ocultas tras la idea de que la demostraci¨®n p¨²blica de una discusi¨®n a gritos es un comportamiento inc¨ªvico que deber¨ªa reprimirse a toda costa.
Precisamente, en la contenci¨®n es donde aparecen las primeras zonas grises. Frente a la idea generalizada de que la ira es un sentimiento que se ha de contener, la psic¨®loga cl¨ªnica Laura Garc¨ªa Agust¨ªn (directora del Grupo Clavesalud) defiende que es una emoci¨®n m¨¢s que no debemos temer ni ignorar. ¡°Aunque est¨¢ considerada una de las m¨¢s t¨®xicas, hay que aprender a identificarla, gestionarla y expresarla correctamente porque en su justa medida puede ser muy ¨²til¡±. De hecho, la importancia de no acumular ira en nuestro interior es tan conveniente que la coach advierte de que en el caso de no darle salida, ¡°podemos a llegar a somatizar esta emoci¨®n no expresada, concret¨¢ndose en efectos f¨ªsicos negativos¡±.
En esta misma l¨ªnea se manifiesta la psic¨®loga cl¨ªnica Laura Rojas Marcos, autora de La familia. De relaciones t¨®xicas a relaciones sanas (Grijalbo). ¡°Los seres humanos experimentamos sentimientos positivos y negativos y debemos permitirnos sentir todos, la ira incluida. Aunque, eso s¨ª, es importante saber canalizarla sin herir a nadie¡±, dice.
Por tanto, parece que el quid de la cuesti¨®n est¨¢ en evitar su acumulaci¨®n excesiva. ¡°Hay que dejar salir el enfado de forma progresiva¡±, opina Garc¨ªa Agust¨ªn; ¡°cuando algo nos molesta es mejor decirlo en el momento y no esperar a que se acumulen los agravios. Si en lugar de guardarnos algo que nos ha enfadado un poco, lo dij¨¦ramos, no habr¨ªa que llegar a sentir un cabreo monumental¡±.
La calma tras la tempestad
La acumulaci¨®n de ira tiene unos ¡°costes enormes a nivel f¨ªsico: eleva la presi¨®n arterial y espesa la sangre¡±, advierte Garc¨ªa Agust¨ªn, autora de ?Hacemos las paces? (Destino). As¨ª que, tras la explosi¨®n de nuestro enfado ¨Co la ¡°breve locura¡±, como la denomin¨® Horacio¨C, muchas personas se sienten aliviadas. ¡°Es porque se descarga la tensi¨®n y la adrenalina, y como efecto reflejo se produce un aumento del nivel de relax. Es como cuando hacemos ejercicio, tras el esfuerzo nos quedamos serenos, relajados¡±, explica la coach. ¡°Y opino que hay que dejar salir el enfado de forma progresiva sin acumular agravios¡±.
Para llegar a ese remanso de paz posbronca, Rojas Marcos recomienda que demos rienda suelta a los sentimientos. Eso s¨ª, insiste en que este tipo de desahogo solo tiene cabida en sesiones individuales: ¡°Para que esta terapia sea constructiva es fundamental que la persona causante del conflicto no est¨¦ presente¡±, explica.
La reconciliaci¨®n, ?lo mejor de una pelea?
En el marco de una relaci¨®n de pareja las discusiones suelen venir por la v¨ªa de la descompensaci¨®n (uno cede o siente que cede m¨¢s que otro). Cuando una relaci¨®n comienza, ambos creen estar de acuerdo en todo, o en casi todo, solo por el hecho de sentirse enamorados. Pero, si una de las partes da m¨¢s que otra, o cree hacerlo, el conflicto no tarda en aflorar. Llegados a este punto, ?deber¨ªamos evitar la confrontaci¨®n? La psic¨®loga cl¨ªnica y codirectora del Institut de Sexologia de Barcelona, Carme S¨¢nchez, es categ¨®rica: ¡°En ning¨²n caso. La ira es un sentimiento natural producto de aguantar durante demasiado tiempo una situaci¨®n que se cree injusta. El problema es que la explosi¨®n suele sobrevenir en el peor momento, lo que a?ade m¨¢s malestar e incomprensi¨®n¡±. Por eso, a pesar de que no apuesta por los desahogos explosivos, al menos como primera opci¨®n, s¨ª recomienda ¡°aprender a manifestar nuestras opiniones abiertamente para una buena salud mental. Es fundamental no dejar que nadie, nuestra pareja incluida, nos imponga sus deseos. La convivencia es una sucesi¨®n de pactos¡±.
Seg¨²n la psic¨®loga cl¨ªnica Laura Garc¨ªa Agust¨ªn, es mejor dejar salir la ira que guardarla dentro
En la vida en pareja, adem¨¢s de acuerdos, tambi¨¦n se suceden las correspondientes reconciliaciones tras la pelea, algunas de las cuales pueden llegar a ser sexualmente memorables. ?Son un punto a favor de las broncas? ¡°A corto plazo, sin duda pueden serlo. Pero, a la larga el rencor en la parte perdedora puede ser la semilla para la siguiente bronca¡±, opina S¨¢nchez.
Las peleas de pareja suelen ser un campo de batalla en el que nos lanzamos peligrosos dardos envenenados cargados de frases hirientes, que unas veces son verdades que esperaban el momento de ver la luz y otras son solo pu?ales dirigidos donde m¨¢s duele. En los asuntos del amor, ¡°suele ocurrir que hay temas no resueltos que expresan un sentimiento real amagado y que es s¨ªntoma de una crisis que se arrastra desde hace tiempo¡±, explica la psic¨®loga Rojas Marcos. ¡°Pero, con el acaloramiento de la discusi¨®n, las limitaciones y las barreras socioculturales adquiridas se volatilizan, lo cual hace desaparecer la empat¨ªa y la escucha activa, reduciendo la pelea a una lucha de poder y olvidando el verdadero motivo que origin¨® la discusi¨®n¡±.
Para que un enfado sea positivo, ha de cumplir unos requisitos ineludibles, a?ade la psic¨®loga Rojas Marcos: ¡°La ausencia de agresividad, tanto verbal como f¨ªsica, y tener como objetivo ¨²ltimo la b¨²squeda de una soluci¨®n al conflicto¡±. De esta forma, todo enfado podr¨ªa despojarse de sus connotaciones negativas y ser visto como ¡°algo aconsejable para buscar soluciones, tanto en el seno de la vida personal, familiar, de pareja o profesional¡±.
El lado constructivo del enfado
Ponerse hecho un basilisco o cabrearse como una mona, siempre ha estado mal visto. Desde peque?os nos inculcan la idea de que ante cualquier situaci¨®n conflictiva debemos conservar la serenidad. Mantenerse impert¨¦rrito es una conducta ejemplarizante. Y as¨ª, vamos creciendo, mostrando un rostro que poco o nada tiene que ver con lo que sentimos. Sin embargo, el enfado tambi¨¦n tiene un lado terap¨¦utico. Estas son algunas de sus cualidades:
Mejora las relaciones personales. El estudio Victim and perpetrator accounts of interpersonal conflict: autobiographical narratives about anger (1990), de Roy F. Baumeister, revela que no comunicar nuestro enfado incrementa los malentendidos, ya que si no expresamos nuestro malestar la otra persona no sabe qu¨¦ es lo que ha hecho mal y, por tanto, es muy probable que repita la acci¨®n que provoc¨® la discusi¨®n.
Favorece los cambios. Algunos psic¨®logos, como Henk Aarts, de la Universidad de Utrecht (Holanda), identifican la ira como un tipo de energ¨ªa positiva capaz de empujarnos hacia los objetivos que nos fijemos. Llega a esta conclusi¨®n tras realizar un experimento que recoge en The Art of Anger: reward context turns avoidance eesponses to anger-related objects into approach (2010). Expuso ante los participantes objetos asociados con una recompensa y demostr¨® que cuando se los ense?aban a personas con el rostro enojado, mostraban un gran inter¨¦s en conseguirlos. Por tanto, cuando experimentamos ira o estamos enfadados, en cierto modo nos mueve con fuerza hacia el objetivo.
Le hace m¨¢s optimista. Jennifer S. Lerner y su equipo del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carnegie Mellon, Pittsburg (EE UU), realizaron en 2003 un trabajo sobre el miedo al terrorismo tras los atentados del 11-S de 2001 en Nueva York. Effects of fear and anger on perceived risks of terrorism concluy¨® que las personas que experimentan m¨¢s ira piensan que el n¨²mero de ataques terroristas en el futuro ser¨¢ menor. Mientras que en los que el miedo est¨¢ m¨¢s presente las posibilidades de sufrir un atentado las perciben elevadas.
Es el primer paso hacia la soluci¨®n. Cabrearse puede ser el principio del fin, un catalizador y una estrategia de negociaci¨®n. Gerben A. Van Kleef, de la Universidad de ?msterdam observ¨®, a partir del estudio The interpersonal effects of anger and happiness on negotiation behavior and outcomes (2002), que los participantes hicieron pocas peticiones y mayores concesiones a una persona cabreada que a una feliz. Eso s¨ª, seg¨²n Van Kleef la ira funciona cuando te hace aparecer como alguien poderoso, y siempre que las opciones de la otra parte sean limitadas.
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