Los ricos de esp¨ªritu
Tal vez, en lugar de gru?ir, deber¨ªa bajar a la calle y besar a cada uno de los v¨¢ndalos que destrozan hasta el aire que respiro
Sois pobres ¨Cdice Juana Dark a los parados a los que asiste tras el cierre de varias f¨¢bricas de carne en Chicago a ra¨ªz del crash del 29¨C, no porque no pose¨¢is bienes terrenales, sino porque carec¨¦is de sentido para los valores superiores¡ Estas palabras de la protagonista de Santa Juana de los mataderos casi cierran el estudio de Jaime V¨¢ndor, Los ricos de esp¨ªritu, interesante repaso de algunas de las figuras moralmente m¨¢s perfectas de la literatura contempor¨¢nea.
Ignoro si ese espect¨¢culo es signo de la decadencia de una sociedad que parece que s¨®lo concibe el placer
L¨¢stima que la mayor parte de los libros que analiza el fil¨®sofo y poeta de origen hebreo y vien¨¦s no est¨¦n a la misma altura en lo que se refiere a calidad literaria. Ni el de Brecht se puede comparar con el de Dostoievski que abre el ensayo, aunque todos ellos dan prueba de la inquietud social de los distintos autores, esa compasi¨®n, en la que, seg¨²n Schopenhauer, est¨¢ el origen de la ¨¦tica. A la pregunta de cu¨¢l era su lectura predilecta, Brecht respondi¨®: Se va usted a re¨ªr. La Biblia¡ Al final de El idiota, Mishkin, el m¨¢s compasivo de los hombres, se funde en un abrazo con Rogoshin, asesino de Nastasia Filippovna, al que ning¨²n ser humano dedicar¨ªa ni una mirada de piedad.
Cuando cada noche me asomo al balc¨®n y veo esas hordas que, como cubas, discurren hacia una de las arterias m¨¢s importantes de la ciudad, la frase de la Juana de Brecht resuena en mi interior. Ignoro si ese espect¨¢culo es signo de la decadencia de una sociedad que parece que s¨®lo concibe el placer acompa?ado de estr¨¦pito, ostentaci¨®n y despilfarro. O si es la m¨ªa la que me impide comprenderlo. Tal vez, en lugar de gru?ir, deber¨ªa bajar a la calle y besar a cada uno de los v¨¢ndalos que destrozan hasta el aire que respiro. Mientras, ¨¢rboles y flores, en jardines y campos, persisten en la lecci¨®n del silencio, ese silencio en el que todo parece hablar.
elpaissemanal@elpais.es
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