Muere Antonio Pedreira, el juez del ¡®caso G¨¹rtel¡¯
¡°Si B¨¢rcenas y Bal¨ªn tiran de la manta, puede tambalearse el Estado¡±, confes¨® a su entorno el magistrado durante la instrucci¨®n
Antonio Pedreira, el juez que durante casi tres a?os instruy¨® el caso G¨¹rtel, falleci¨® este martes tras casi 36 meses hospitalizado en una residencia sanitaria del norte de Madrid aquejado de un accidente cerebral. El magistrado, de 66 a?os, se lleva a la tumba muchos secretos (y presiones pol¨ªticas) de los tensos inicios de la instrucci¨®n del m¨¢s extenso sumario de corrupci¨®n que ha azotado a Espa?a desde la llegada de la democracia.
No fue f¨¢cil la instrucci¨®n para ¨¦l. A su delicado estado de salud (ten¨ªa serios problemas de movilidad debidos al P¨¢rkinson que sufr¨ªa) se unieron las presiones que recibi¨® desde distintos ¨¢mbitos, incluido el pol¨ªtico, para que no escarbase demasiado. Pero ¨¦l no tap¨® nada: fue durante su etapa como instructor cuando estall¨® el caso G¨¹rtel en toda su dimensi¨®n, con sus ramificaciones en Valencia, Madrid, Castilla-Le¨®n e incluso Andaluc¨ªa. Y se multiplicaron los imputados.
Pedreira dio luz verde a todas las pruebas que le pidieron las fiscales Anticorrupci¨®n Miriam Segura y Concepci¨®n Sabadell. En m¨¢s de una ocasi¨®n, y por escrito, se quej¨® ante el secretario de la Sala de lo Penal del TSJM de la falta de medios humanos y materiales de que dispon¨ªa para instruir una causa que se agigantaba por d¨ªas, con decenas de informes de la UDEF y la Agencia Tributaria sobre las distintas tramas que gravitaban sobre la G¨¹rtel. Por ejemplo, la de los trajes y regalos de la red al expresidente Francisco Camps y a otros altos cargos del PP valenciano, la supuesta financiaci¨®n ilegal del partido en esta comunidad, y en la de Madrid a trav¨¦s de Fundescam; los viajes gratis total que pag¨® la red a numerosos altos cargos populares (la exministra Ana mato entre otros); las actividades de ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, o las cuentas del cabecilla Francisco Correa en para¨ªsos fiscales de medio mundo¡ Y un largo etc¨¦tera de flecos (algunos se quedaron sin indagar dada la dimensi¨®n que iba adquiriendo el caso) que inclu¨ªan hasta d¨¢divas con bolsos de Louis Vuitton a la exalcaldesa Rita Barber¨¢.
Magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Pedreira es el juez que m¨¢s tiempo tuvo en sus manos el caso G¨¹rtel (casi tres a?os). Lo asumi¨® despu¨¦s de que Baltasar Garz¨®n, primer instructor de la causa, se inhibiese en favor del Superior de Madrid. Lo hizo tras aparecer implicados tres diputados del Parlamento madrile?o (Alberto L¨®pez Viejo, Alfonso Bosch y Benjam¨ªn Mart¨ªn Vasco), as¨ª como el exsenador y extesorero del PP Luis B¨¢rcenas y el diputado nacional Jes¨²s Merino, entre otros muchos altos cargos populares. Uno de sus momentos m¨¢s dif¨ªciles fue cuando la Sala del TSJM quiso anular las escuchas (acab¨® haci¨¦ndolo con parte de ellas) acordadas por Garz¨®n en la c¨¢rcel entre los principales implicados y sus letrados, que Pedreira aval¨®. La intervenci¨®n de estas comunicaciones le costar¨ªa m¨¢s tarde la carrera a Garz¨®n.
Cuentan quienes le conocen que la mesa del sal¨®n de su casa siempre estaba cubierta de montones de informes policiales y diligencias que se las llevaba all¨ª para analizarlos. Varias plantas m¨¢s abajo del bloque en el que viv¨ªa, ten¨ªan su oficina uno de los implicados en la trama, Jacobo Gordon, socio de Alejandro Agag, yerno del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Que era vecino de bloque de esta oficina lo supo cuando empez¨® a investigar el caso. Y tambi¨¦n tuvo que lidiar con llamadas del actual embajador en Londres y exministro de Defensa Federico Trillo a un superior suyo del tribunal para que recibiese en su despacho a un abogado del PP, formaci¨®n que quer¨ªa personarse como acusaci¨®n particular en la causa contra el criterio de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n.
Abogados, pol¨ªticos del PP e incluso algunos acusados intentaron acercarse a ¨¦l para tratar de influir en sus decisiones. El extesorero Luis B¨¢rcenas fue uno de ellos. Durante el funeral por su madre, B¨¢rcenas vio que Pedreira se hallaba en el templo oyendo misa (era un hombre religioso y casualmente sol¨ªa acudir a esa iglesia). Y a trav¨¦s del sacerdote intent¨® contactar con ¨¦l. Pedreira les ten¨ªa imputados a ¨¦l y a su esposa, Rosal¨ªa Iglesias, y el extesorero estaba obsesionado con que ella fuese desimputada. Con el argumento de que, aunque figurase en las cuentas bancarias, toda la operativa la hab¨ªa realizado ¨¦l. Tras verle en el templo y saber que el juez era asiduo a ¨¦l, tanto B¨¢rcenas como su esposa aumentaron sus visitas a misa y al confesionario.
¡°Si tiran de la manta Luis B¨¢rcenas y Blanco Bal¨ªn [otro de los acusados, y supuesto tejedor de la infraestructura mundial de blanqueo de capitales que tejieron la red G¨¹rtel y otros adinerados empresarios espa?oles], el Estado puede tambalearse¡±, cont¨® Pedreira a un conocido. ?l ya sab¨ªa extrajudicialmente que B¨¢rcenas dispon¨ªa de una documentaci¨®n muy comprometida para el PP: sus famosos papeles, los que a finales de enero de 2013 public¨® EL PA?S y que daban cuenta de los sobresueldos pagados con dinero de donaciones de empresas a la c¨²pula del partido.
Con Pedreira muere ¡°un gran jurista y una gran persona¡± que, pese a su problema de movilidad, afront¨® el asunto ¡°con decisi¨®n y fortaleza¡±, coinciden en se?alar jueces de su entorno, que recuerda su generosidad: "Si ibas con ¨¦l a tomar algo, no te dejaba pagar, siempre lo hac¨ªa ¨¦l".? Era un te¨®rico del Derecho. Su casa era un mar de libros de Derecho. Antes que juez, fue jefe de la asesor¨ªa jur¨ªdica del Ayuntamiento de Madrid, y obtuvo el n¨²mero uno en las oposiciones a las que concurri¨®.
Por expreso deseo de su familia, el entierro se realizar¨¢ en la m¨¢s estricta intimidad. La misa funeral ser¨¢ en septiembre.
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