Cuba es as¨ª
El cubano de la calle recibe a EE UU con esperanza, escepticismo y sin perder la sonrisa
El jueves 13 de agosto un cubano de 51 a?os pis¨® Cuba por primera vez en su vida. Joe Garc¨ªa, nacido en Miami Beach, excongresista dem¨®crata partidario del deshielo entre la isla y Estados Unidos, era uno de los invitados a la ceremonia de reapertura de la embajada estadounidense en La Habana.
El viernes por la ma?ana, antes de que el secretario de Estado John Kerry llegase para presidir el acto, Garc¨ªa, hijo de cubanos exiliados, le dec¨ªa a los reporteros que no hab¨ªa necesitado m¨¢s de 24 horas all¨ª para encontrarle el sentido a toda la a?oranza familiar que lo rode¨® desde ni?o: ¡°La nostalgia dulce de mi abuelo no era tan nost¨¢lgica. Es que Cuba es as¨ª de dulce¡±.
El sol empezaba a abombar la cabeza, m¨¢s a los periodistas que a los invitados importantes, provistos de sombrillas por la organizaci¨®n. Cuando Garc¨ªa dijo eso record¨¦ lo que siempre me cont¨® mi padre de su abuelo, que yo no conoc¨ª. Era un cubano nacido en Matanzas que en el primer tercio del siglo XX emigr¨® a Espa?a, a Galicia, desandando el camino que hab¨ªan hecho sus antepasados. ¡°Era un viejo peque?o y gordito, con pinta de cubano, que siempre estaba envuelto en mantas contra el fr¨ªo y que de vez en cuando, sin venir a cuento, levantaba la cabeza y suspiraba: ¡®Mi Cubita linda¡¡±.
Supongo que mi bisabuelo y el abuelo de Joe Garc¨ªa, cuando entraban en sus raptos de melancol¨ªa, reproduc¨ªan en su cabeza fotogramas de su vida como el de las cubanas de la foto, recostadas sobre un coche americano de los de antes de la revoluci¨®n, ri¨¦ndose delante de la entrada desvencijada de una casa de Santiago de Cuba. Una de ellas con una bandera de Estados Unidos enrollada en la cabeza.
Los cubanos de la calle han recibido el principio del fin de la guerra fr¨ªa con el pa¨ªs vecino con esperanza y cierto escepticismo. Pero sin perder nunca la sonrisa. El cubano ha aprendido a hacer frente a los problemas. Si es necesario, como la mujer que aparece en la imagen, se hace un turbante con ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.