Ellos #CompartenHumanidad
El d¨ªa 19 de Agosto se celebra el D¨ªa del Trabajador Humanitario As¨ª es la vida de quienes se dedican a ayudar a otros
Son m¨¦dicos, pilotos, enfermeros, ingenieros, misioneros, periodistas, profesores... Todos unidos por un mismo oficio: ayudar a otros. Son los trabajadores humanitarios que atend¨ªan a los enfermos de ¨¦bola cuando el virus todav¨ªa no hab¨ªa llegado a los titulares, los que llevaron alimentos a las v¨ªctimas del terremoto de Nepal cuando la tierra a¨²n temblaba. Son quienes construyen pozos para hacer llegar agua potable a la seca Chad o los que levantan un campamento de refugiados para quienes huyen de la guerra en Siria, Afganist¨¢n, Rep¨²blica Centroafricana o Sud¨¢n del Sur. Ellos rescatan a los inmigrantes o demandantes de asilo que se aventuran a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo para alcanzar una vida mejor en Europa. Las crisis se multiplican, agravan y cronifican. Tanto es as¨ª que casi 60 millones de personas viven lejos de sus hogares huyendo de la guerra ¡ªla cifra m¨¢s alta de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial¡ª. Y el cambio clim¨¢tico y los desastres naturales tambi¨¦n hacen lo suyo destruyendo vidas.
El 19 de Agosto es el d¨ªa que conmemora la labor del ejercito de trabajadores humanitarios que lucha contra la adversidad, el hambre y la muerte. La fecha fue declarada en 2008 coincidiendo con el aniversario del atentado en 2003 contra la sede de la ONU en Bagdad y en el que fallecieron 22 trabajadores de la organizaci¨®n. No eran los primeros, ni fueron los ¨²ltimos. Cada a?o, aumenta el n¨²mero de asesinatos y ataques a cooperantes en servicio. En 2013 se alcanz¨® la cifra r¨¦cord de 474 v¨ªctimas en 264 incidentes violentos, casi el doble que en 2012. Este a?o, el dato es agridulce: Con 329 muertos en 129 sucesos, se puede celebrar un descenso respecto al a?o anterior. Es, sin embargo, la peor estad¨ªstica de la serie desde 2003 despu¨¦s de la registrada en 2014 por la Aid Worker Security Database.
El riesgo no impide que miles personas se dediquen a otros y compartan cada d¨ªa su humanidad. Con ese esp¨ªritu positivo, la ONU ha querido destacar las historias de los trabajadores humanitarios y las de aquellos a los que ayudan. Como ya hiciera el a?o pasado para homenajear a los ausentes con el hashtag de Twitter #HumanitarianHeroes, este 2015 se festeja la labor y el valor de los que se afanan en salvar vidas y lograr un mundo mejor sobre el terreno. El lema (y etiqueta para las redes sociales) es #ShareHumanity (en espa?ol, #ComparteHumanidad). En esta l¨ªnea, se ha creado una p¨¢gina web desde la que famosos y an¨®nimos puede donar temporalmente sus cuentas para compartir mensajes de humanidad.
Como 140 caracteres son pocos para expresar la dedicaci¨®n, los pensamientos e inquietudes de los humanitarios por el mundo, en PLANETA FUTURO les hemos prestado esta ventana para que se expresen m¨¢s all¨¢ de un tuit.
Un v¨ªdeo, gracias a la tecnolog¨ªa, es lo ha llegado desde la oficina de Unicef en Nepal. Lo remite Virginia P¨¦rez, actual responsable de protecci¨®n de la infancia de esta agencia en el pa¨ªs asi¨¢tico que el pasado 25 de abril fue arrasado por un gran terremoto y sus posteriores r¨¦plicas.
"Cuando cuento que soy cooperante, la gente se imagina que mi vida es una mezcla entre la de Indiana Jones y Angelina Jolie. No niego que tenga cierto exotismo, pero la verdad es que, igual que t¨², me paso m¨¢s tiempo leyendo correos electr¨®nicos que salvando ni?os. Tengo las mismas frustraciones y preocupaciones, y una hipoteca, como muchas personas. Pero en esos momentos de querer mandarlo todo a la porra, cierro los ojos y pienso en Agnesa, Safiqa, Juliet, Clarins, Sapana, y me recuerdo a m¨ª misma que yo contribu¨ª a mejorar su vida, a darles un futuro. Entonces, sin sentirme una hero¨ªna, pienso que mi trabajo es especial, que no lo cambiar¨ªa por otro, y que no hay cansancio que pueda con la fuerza que te da saber que estas compartiendo, construyendo humanidad".
Olga Sarrado Mur es asistente de comunicaci¨®n y relaciones externas de ACNUR?en el campamento de refugiados sirios de Azraq, en Jordania. Esto es lo que escribe desde all¨ª.?
"Humanizar a las personas que se esconden tras las elevadas cifras de refugiados es un gran reto. Mi trabajo es sentarme con ellos, escuchar sus historias, sus inquietudes; conocer a la persona y lo que dej¨® atr¨¢s para retratar el elemento humano que se oculta tras la crisis. Los refugiados son peluqueros, granjeros, ingenieros, m¨²sicos, estudiantes de universidad¡ personas normales que se han visto forzadas a abandonar sus vidas. Como periodista, creo que la comunicaci¨®n es una herramienta poderosa y la clave para evitar que las consecuencias de un conflicto como el sirio, que se prolonga ya m¨¢s de cinco a?os, caigan en el olvido.
Azraq abri¨® sus puertas hace un a?o y medio y, poco a poco, una nueva comunidad se est¨¢ creando y va llen¨¢ndose de vida. La comunicaci¨®n juega un papel fundamental en este proceso. Asegurarme de que la informaci¨®n fluye y de que los refugiados tienen acceso y conocen las actividades y servicios disponibles en el campamento es imprescindible para que, una vez superada la urgencia, puedan reconstruir su vida".
Desde el barco de M¨¦dicos Sin Fronteras, Dignity I, que surca el Mediterr¨¢neo para salvar las vidas de quienes tratan de alcanzar su sue?o llamado Europa, Samir Sayyad manda este mensaje...
... y unas l¨ªneas.
"Trabajo desde enero de 2010 en M¨¦dicos Sin Fronteras. Hasta hace poco formaba parte del departamento de Marketing, donde coordinaba a los trabajadores que captan socios a pie de calle. Como viv¨ª en Jerusal¨¦n y hablo varios idiomas, entre ellos el ¨¢rabe, me propusieron unirme a la misi¨®n de salvamento y rescate de MSF en el Mediterr¨¢neo, ya que un alto porcentaje de quienes cruzan el Mediterr¨¢neos son refugiados provenientes de pa¨ªses ¨¢rabes en guerra, como Afganist¨¢n, Siria o Irak. Me hice trabajador humanitario para ayudar a salvar vidas e intentar cambiar las cosas, ya sea logrando m¨¢s fondos y socios para una organizaci¨®n como MSF o trabajando en primera l¨ªnea como me ha tocado esta vez, a bordo del Dignity I".
En uno de los puntos calientes de ?frica, la Rep¨²blica Centroafricana, un agujero negro del que (todav¨ªa) solo emanan refugiados y desesperaci¨®n, est¨¢ Ferran Puig, director de Oxfam Interm¨®n en aquel pa¨ªs. ?l comparte este recuerdo.
Fotograf¨ªa: Pablo Tosco
"Hay una imagen que me vuelve a menudo a la cabeza. Es la de un ni?o chadiano, de unos doce a?os, del campo de refugiados de Goz Amir. Un ni?o del que ni recuerdo el nombre. Era febrero o marzo de 2008. Esos meses son t¨®rridos en Chad. Una buena parte del campo de refugiados hab¨ªa ardido transformando las casas de paja en pura ceniza. A pesar de ello, hab¨ªa unos chavales riendo y jugando. Les hice una foto. Les ense?¨¦ la imagen en la pantalla. Los otros chicos se se?alaban unos a otros y se re¨ªan pero ¨¦l, claramente, no era del grupo. Me hizo se?as que al principio no comprend¨ª. La comprensi¨®n se abri¨® paso y me impact¨®. Y me sigue impactando. ?l buscaba su imagen en la pantalla y no se reconoc¨ªa, nunca se hab¨ªa visto a s¨ª mismo, nunca hab¨ªa visto siquiera un espejo. Desde entonces he trabajado en Sud¨¢n del Sur y ahora en Rep¨²blica Centroafricana para ayudar a ni?os como ¨¦l, v¨ªctimas de conflictos, que no tienen ni derecho a identificar su imagen, en pa¨ªses donde siempre llueve sobre mojado. Un trabajo que llena de sentido mi vida, un trabajo que espero ayude a mejorar la suya".
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas no solo es la mayor organizaci¨®n del mundo en la lucha contra el hambre sino que hace una labor, a veces desconocida, de transporte ¡ªen sus aviones propios para el reparto de alimentos¡ª de cooperantes y trabajadores humanitarios de otras entidades. En esta ocasi¨®n, nos invitan a subirnos a una de sus aeronaves para viajar de Rep¨²blica Dominicana a Filipinas, pasando por Egipto y Etiop¨ªa, entre otros destinos donde sus trabajadores tienen mucho que decir.
Selly Muzammil, empleada del PMA en El Cairo, Egipto.
Selly Muzammill, es la oficial regional de relaciones con los Gobiernos donantes para la oficina del PMA para Medio Oriente, ?frica del Norte, Asia Central y Europa del Este. Trabaja desde El Cairo, Egipto.
Comenc¨¦ mi andadura humanitaria hace 10 a?os, poco despu¨¦s de que el tsunami golpeara mi Indonesia natal. En la nochebuena de 2004 estaba a bordo de un avi¨®n y tuve la peor turbulencia que hab¨ªa experimentado; entonces supe que esa turbulencia estaba vinculado a uno de los desastres naturales m¨¢s mort¨ªferos de la historia. Siempre quise ser humanitaria hasta donde puedo recordar, pero hasta entonces no supe lo incre¨ªblemente gratificante que resulta.
En Rep¨²blica Dominicana, Deyvy Roa dice que su mayor est¨ªmulo no es el dinero que gana. ?Qu¨¦ mueve a este asistente de log¨ªstica?
Marta Dabbas es la telecomunicadora. Esto es los que escribe la oficial del ramo en la oficina regional del PMA para el Norte de ?frica, Oriente Medio, Europa del Este y Asia Central en El Cairo, Egipto.
La tecnolog¨ªa se ha consolidado como un medio fundamental que nos permite tanto escuchar las necesidades de las personas a las que servimos, como hacer un seguimiento de nuestros proyectos.
Pr¨®xima parada, Filipinas. All¨ª, pillamos a?Zhurbohida Haydee Balading monitoreando.
Zhurbohida Haydee Balading, auxiliar de monitoreo en Filipinas. Fotograf¨ªa: Piyavit Thongsa-Ard (PMA)
Las veces en las que veo a ni?os y a mujeres embarazadas y lactantes recuperar la salud gracias a las intervenciones nutricionales del PMA me inspiran.
Abordo y listo para siguiente destino, est¨¢ Andr¨¦s Lugris, oficial a¨¦reo en Gambella (Etiop¨ªa) para el Servicio A¨¦reo Humanitario de Naciones Unidas (UNHAS), gestionado por el PMA.
Vivir aqu¨ª no es f¨¢cil, pero merece la pena al darse cuenta de que con nuestro trabajo ayudamos a millones de personas en Sud¨¢n del Sur que necesitan asistencia urgentemente".
Lee aqu¨ª lo que Lugris quiere compartir (y observa la m¨¢quina que maneja).
Iria Oliva L¨®pez, delegada de Fundaci¨®n Codespa en Marruecos, ha querido dedicar una lineas a la cuesti¨®n de g¨¦nero para demostrar que los prejuicios no siempre provienen de donde se los espera.
Iria Oliva L¨®pez, delegada de Fundaci¨®n Codespa en Marruecos.
"Como cooperante espa?ola, a menudo me enfrento a gran cantidad de prejuicios. La gente me pregunta sobre mi vida en Marruecos, sobre mi cargo y mis responsabilidades siendo mujer, sobre mi reciente maternidad y sobre el hecho de haber decidido formar una familia aqu¨ª. A menudo, respondo que las afinidades y semejanzas entre Marruecos y Espa?a son muchas, dir¨ªa incluso que infinitas. Casi a diario, siento que vivo cosas como las sol¨ªa vivir en casa: fiestas, tradiciones, paisajes, comidas, principios familiares y religiosos, conversaciones de mayores¡ Todas estas situaciones cotidianas tan parecidas me llevan a pensar que compartimos orilla. Por otro lado, tambi¨¦n soy realista y tomo conciencia de mis privilegios: al fin y al cabo soy una mujer blanca, europea, con estudios superiores y un buen trabajo. Aqu¨ª aparece la orilla adecuada".
Tambi¨¦n se apunta a una reflexi¨®n con perspectiva de g¨¦nero, Desir¨¦e Amore, coordinadora humanitaria para ?frica del Oeste de Save the Children y trabajadora humanitaria desde hace 12 a?os.
Quiero recordar la funci¨®n esencial de las mujeres a la hora de ayudar a las poblaciones v¨ªctimas de los desastres naturales y las guerras.
Las trabajadoras humanitarias gestionan tareas indispensables y pueden acceder a otras mujeres que, de otro modo, quedar¨ªan excluidas de las ayudas. Si pienso en mis misiones pasadas, en Yemen como mujer he tenido el privilegio de poder acceder a grupos de mujeres vulnerables, llev¨¢ndoles el soporte que no habr¨ªan podido nunca recibir de ning¨²n hombre, y manteniendo al mismo tiempo el respeto de los l¨ªderes de la comunidad, indispensable para trabajar en un contexto fuertemente machista. Muchas mujeres trabajan en labores humanitarias pero tienen que pagar a cambio un precio muy alto: la dificultad de conciliar trabajo y maternidad. En este D¨ªa Mundial del Trabajador Humanitario, mi pensamiento va especialmente a todas ellas.
Compartiendo humanidad desde Maban, Sud¨¢n del Sur. As¨ª es como Pau Vidal, jesuita, arquitecto, te¨®logo y director del proyecto de Entreculturas y del Servicio Jesuita a Refugiados en Maban, ha titulado su texto.
Pau Vidal con Butros, refugiado de Blue Nile, en Sud¨¢n. Fotograf¨ªa: Andrew Ash (Servicio Jesuita a Refugiados).
"En Liberia, en Kenia y ahora en Sud¨¢n del Sur. Siempre he vivido mi trabajo con las personas refugiadas y desplazadas como una oportunidad y un gran regalo. Para mi es m¨¢s que un trabajo, es una vocaci¨®n, una manera de vivir. A menudo el contexto es duro, la situaci¨®n es incierta y la pobreza es extrema. Sin embargo, caminando junto a las personas refugiadas he descubierto una verdad un tanto parad¨®jica: all¨ª d¨®nde la vida est¨¢ m¨¢s amenazada, all¨ª es d¨®nde la vida se muestra con m¨¢s fuerza y claridad. O dicho de otra forma: las personas olvidadas por la Historia, las que viven en las cunetas de nuestro mundo son las que mantienen viva la esperanza y nos recuerdan el significado de nuestra humanidad compartida".
Federica Badocco, de 35 a?os, trabajadora de M¨¦dicos del Mundo en Hait¨ª, escribe:
A lo largo de estos a?os en el exterior he podido reforzar mis motivaciones iniciales: descubrir, compartir y ayudar las poblaciones m¨¢s vulnerables. Esta se ha convertido no solamente en una pasi¨®n sino, tambi¨¦n, en mi profesi¨®n, a pesar de los desaf¨ªos y frustraciones que a veces conlleva este trabajo.
?Por qu¨¦ decidi¨® Margarita Guti¨¦rrez dedicarse a la labor humanitaria?? As¨ª responde esta t¨¦cnica en desarrollo agropecuario, psic¨®loga y especialista en g¨¦nero y desarrollo, trabajadora de la ONG Ongawa, en el departamento de Ingenier¨ªa para el Desarrollo Humano en Nicaragua.
"De ni?a crec¨ª en una comunidad rural que ¡ªen ese entonces¡ª no ten¨ªa agua ni luz el¨¦ctrica. Se llama Piedra de Agua. Despu¨¦s de la guerra, en 1979, fui a vivir a la ciudad de Matagalpa y recuerdo que hab¨ªa mucha escasez. La comida, sobre todo la perecedera, y el agua eran racionados. Sent¨ª que deb¨ªa de que hacer algo o me enfermar¨ªa de tristeza. Empec¨¦ como socorrista voluntaria en Cruz Roja y desde entonces no he hecho m¨¢s que prepararme para trabajar de la mejor manera en acciones humanitarias con poblaciones rurales de Nicaragua. Me gusta mi trabajo porque le da sentido a mi vida, toma significado en cada sonrisa que veo en la gente cuando han conseguido lo que anhelan; me satisface mucho saber que puedo colaborar".
"La educaci¨®n es un derecho, en emergencias m¨¢s que nunca" (Y la vida de los cooperantes, tambi¨¦n)
"Me llamo Elspeth Chapman y soy trabajadora humanitaria de Plan Internacional Espa?a. Los ¨²ltimos cinco a?os he trabajado en la respuesta en emergencias en Libia, Palestina, Afganist¨¢n, Sud¨¢n del sur y la crisis de refugiados de Siria.
Mi experiencia en estas crisis me ha ense?ado que los conflictos no deben ser en ning¨²n caso un motivo para interrumpir la educaci¨®n de los ni?os y ni?as. En estas situaciones es cuando la educaci¨®n es m¨¢s importante. Los ni?os y ni?as necesitan crecer, desarrollarse y ser capaces de alcanzar sus sue?os. Ellos ser¨¢n quienes deban reconstruir sus pa¨ªses en el futuro. En Sud¨¢n del Sur, donde los menores todav¨ªa son reclutados por los grupos armados, los colegios temporales proporcionan un lugar seguro donde pueden jugar, relacionarse y seguir teniendo infancia.
Hoy me gustar¨ªa recordar que la ayuda humanitaria es m¨¢s necesaria pero, tambi¨¦n, m¨¢s peligrosa que nunca. Cada a?o aumenta el n¨²mero de trabajadores humanitarios heridos y asesinados mientras trabajaban para salvar vidas. La mayor¨ªa es personal local encargado de asistir a los que m¨¢s lo necesitan en los conflictos m¨¢s peligrosos del mundo. Mis pensamientos hoy est¨¢n con las familias de todos los que perdieron sus vidas y con algunos de los cuales tuve el honor de trabajar".
Y... ?GRACIAS! Este es el mensaje con el que Covandonga Orejas, misionera carmelita de Manos Unidas, #ComparteHumanidad desde Gab¨®n.
Art¨ªculo publicado en colaboraci¨®n con la UN Foundation.
La carta del misionero Jorge
Me llamo Jorge Mario Crisafulli y soy salesiano, sacerdote y misionero. Llevo 20 a?os viviendo y trabajando en ?frica Occidental: Ghana, Nigeria, Liberia y Sierra Leona.
Trabajamos con ni?os en riesgo, hu¨¦rfanos del ¨¦bola, traficados, de la calle, v¨ªctimas de abusos. Pienso que la vida es un don, un regalo, y que tenemos que vivirla a fondo, en el servicio y en la entrega. Cu¨¢ntas veces buscamos la felicidad propia separada de la de los dem¨¢s. ?No! La felicidad m¨¢s profunda y permanente la encontramos cuando hacemos felices a otros. ?No hay otra ecuaci¨®n posible!
?frica es apasionante. Es cierto que es un continente de contrastes: hay tanta vida y tanta muerte, tanta alegr¨ªa y tanto dolor, tanta esperanza y tantos desaf¨ªos al mismo tiempo. Yo quiero ser como una esponja capaz de absorber dolor para transformarlo en amor. Quiero luchar con todas mis fuerzas contra las causas de la injusticia y del sufrimiento de tantos ni?os y j¨®venes africanos. Por eso estoy aqu¨ª dando mi vida, mi tiempo, mis talentos. He experimentado el Amor de Dios en mi vida y quiero que ellos lleguen a experimentar lo mismo: que Dios, que los ha creado, los ama y los cuida.
La alegr¨ªa m¨¢s linda en todos estos a?os: ver una sonrisa dibujada en el rostro de estos ni?os y ni?as que llegan tristes y desesperanzados a nuestros centros. Que vuelven a sentirse amados y queridos. Que vuelvan a escuchar de nuestros labios: "T¨² eres ¨²nico. ?Eres lo m¨¢s importante para m¨ª!"
Finalmente, una invitaci¨®n: luchemos juntos para superar la indiferencia globalizada. Un mundo mejor y m¨¢s solidario no es una utop¨ªa irrealizable, es una posibilidad m¨¢s que posible. Manos Unidas, Misiones Salesianas, son un ejemplo vivo de esto. Todos juntos podemos derrotar la pobreza, sus ra¨ªces y sus consecuencias. Solo hay que apuntarse, superar la indiferencia y no borrarse.
Todos juntos podemos. Pong¨¢monos la camiseta de la solidaridad; y a patear todos juntos hacia adelante para anotar el gol m¨¢s lindo de la historia: haciendo de nuestro mundo un hogar para todos, un mundo m¨¢s justo y solidario.
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