?Qui¨¦n est¨¢ en contra del deseo?
Somos nosotros, las sociedades democr¨¢ticas, quienes hemos decidido dejar la investigaci¨®n farmacol¨®gica en manos del sector privado
?Una p¨ªldora que aumenta el deseo femenino? Bueno, es dif¨ªcil estar en contra. Las mujeres que la tomen lo har¨¢n voluntariamente y con la esperanza de resolver lo que ellas mismas perciben como un problema, particularmente cuando se aproxima la menopausia. La pastilla no se toma como una droga recreativa, por ejemplo antes de darse un fiest¨®n, sino de forma extendida en el tiempo, con respaldo m¨¦dico y con toda clase de informaci¨®n sobre sus efectos secundarios e interacciones (en particular con el alcohol). Aparte de su nombre horr¨ªsono y antiest¨¦tico ¨CAddyi, ?a qui¨¦n se le ocurri¨® eso, por el amor de Dios?¡ª, parece imposible encontrarle una pega, ?no es cierto?
Gran parte de la ciencia, en su conjunto, es oportunista por naturaleza
Pero, precisamente por eso, hay que reconocer el m¨¦rito a quienes critican la mal llamada viagra femenina, y tambi¨¦n prestarles la debida atenci¨®n. Los cr¨ªticos dudan de la limpieza de la Big Pharma al desarrollar este f¨¢rmaco, acusan a la FDA de haber cedido a sus presiones y creen que la nueva Addyi ¨C?c¨®mo rayos se pronuncia eso?¡ª tiene m¨¢s de charanga pol¨ªtica que de sinfon¨ªa sanitaria. La sex¨®loga Leonore Tiefer lo resume con eficacia: ¡°Esto no es m¨¢s que una mezcla de pol¨ªtica, ciencia y dinero¡±.
Y sin duda tiene raz¨®n. Pero ?qu¨¦ nuevo f¨¢rmaco no lo es? No ya la investigaci¨®n de la Big Pharma, sino gran parte de la ciencia en su conjunto, es oportunista por naturaleza. Su objetivo directo no es responder las grandes preguntas de la humanidad, ni resolver sus peores problemas, sino hacer lo que se pueda en cada momento: lo que est¨¦ al alcance del (imperfecto) conocimiento de la ¨¦poca y de la (mejorable) tecnolog¨ªa actual.
Que las empresas farmac¨¦uticas act¨²en para ganar dinero no es un argumento contra esta p¨ªldora, ni contra ninguna otra. Somos nosotros, las sociedades democr¨¢ticas, quienes hemos decidido dejar la investigaci¨®n farmacol¨®gica ¨Cuna pata esencial de la medicina¡ª en manos del sector privado, y quienes permitimos que la ciencia p¨²blica se marchite en un secarral de abulia social y cicater¨ªa financiera. Resolvamos esto primero y quej¨¦monos despu¨¦s de que la Pharma gane dinero con la viagra femenina.
La pastilla no se toma como una droga recreativa, sino de forma extendida en el tiempo, con respaldo m¨¦dico y con toda clase de informaci¨®n
Las actividades de (parte de) las multinacionales farmac¨¦uticas han sido muy discutibles en el pasado reciente, y deben seguir sometidas a un escrutinio minucioso, pero no por crear nuevas mol¨¦culas que pueden ayudar a muchas mujeres. Los problemas vienen cuando se adulteran los ensayos cl¨ªnicos, cuando se paga a los m¨¦dicos para que receten lo que no deben y cuando se cabildea en los altos despachos bajo un manto de sombra y opacidad.
Entretanto, bienvenido sea el deseo perdido.
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