Qu¨¦ es y para qu¨¦ no sirve Addyi, la ¡®viagra¡¯ femenina
El medicamento, de eficacia modesta, s¨®lo est¨¢ indicado para un trastorno sexual concreto y viene repleto de contraindicaciones y efectos secundarios
Tras a?os de ensayos, peleas con las autoridades sanitarias de EE UU y un gran esfuerzo de mercadotecnia y relaciones p¨²blicas, la viagra femenina ya est¨¢ aqu¨ª. Con el nombre comercial de Addyi, en octubre podr¨¢ comprarse en las farmacias estadounidenses y no tardar¨¢ mucho en llegar a Europa, ya sea por los canales oficiales o los clandestinos. As¨ª podr¨ªa ser el prospecto de estas pastillas color rosa y, como con todas las medicinas, hay que leerlo entero.
?Qu¨¦ es Addyi?
Addyi act¨²a sobre dos neurotransmisores, la serotonina y la dopamina
Addyi es un f¨¢rmaco cuyo principio activo es la flibanserina, un compuesto qu¨ªmico que act¨²a sobre determinados neurotransmisores del cerebro. Su acci¨®n es doble: por un lado es un medicamento agonista (activador) que se une a receptores de la serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso central. Tras la uni¨®n, activa este neurotransmisor como hacen otros medicamentos antidepresivos. De hecho, la flibanserina se ensay¨® primero como antidepresivo, con tan magros resultados que la farmac¨¦utica propietaria del compuesto lo vendi¨® a la actual propietaria, Sprout Pharmaceuticals. En paralelo, Addyi tambi¨¦n se agarra a otros receptores neuronales, esta vez de la dopamina (otro neurotransmisor), pero en este caso en vez de activarlo, lo inhibe.
?Para qu¨¦ se utiliza?
Addyi solo tiene una aplicaci¨®n: el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH), es decir, promete elevar la libido de las mujeres. En el pen¨²ltimo Manual Diagn¨®stico y Estad¨ªstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR) definen este trastorno como "disminuci¨®n (o ausencia) de fantas¨ªas y deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente, y provoca malestar acusado o dificultades de relaci¨®n interpersonal". En la ¨²ltima versi¨®n del manual, le han cambiado el nombre. Eso s¨ª, no tiene nada que ver con la desidia sexual fruto de la monoton¨ªa, el paso del tiempo o con otras disfunciones sexuales de origen f¨ªsico.
Una encuesta mencionada por The New York Times estima que al menos el 10% de las mujeres de EE UU sufren TDSH. Otras fuentes doblan esa cifra. Sin embargo, la doctora Carme Coll, ginec¨®loga experta en salud reproductiva de la mujer, niega que haya cifras fiables y, en todo caso, las rebaja hasta el 1%, al menos entre las mujeres postmenop¨¢usicas.
?Qui¨¦n puede tomar Addyi?
La FDA, la agencia del medicamento de EEUU dej¨® muy claro qui¨¦n puede tomar flibanserina y qui¨¦n no. Addyi est¨¢ indicado solo para las mujeres con TDSH que a¨²n no hayan llegado a la menopausia. As¨ª que quedan fuera las que presenten un marcado baj¨®n de deseo sexual por otras enfermedades f¨ªsicas o psiqui¨¢tricas o por problemas de pareja. Despu¨¦s de la menopausia, Addyi no conllevar¨ªa m¨¢s que un efecto placebo. Adem¨¢s, su uso no est¨¢ indicado para mejorar el rendimiento sexual. Aqu¨ª la contraindicaci¨®n es la misma que para la Viagra, aunque la realidad es que muchos hombres la han usado con ese supuesto objetivo.
?Es eficaz?
Este punto no aparece en un prospecto real, pero es la pregunta clave. Buena parte de la pol¨¦mica que rodea a Addyi es que presenta una baja ratio de eficacia/efectos secundarios. Sprout Pharmaceuticals la ha probado con m¨¢s de 11.000 mujeres pero mejor fiarse del dictamen de la FDA que de la farmac¨¦utica. Se realizaron tres ensayos durante 24 semanas con dosis de 100 miligramos con unas 2.400 mujeres premenop¨¢usicas con TDSH, con una media de edad de 36 a?os y al menos cinco a?os con el trastorno. A la mitad de la muestra se les administr¨® unas p¨ªldoras inocuas, para controlar el efecto placebo. En los ensayos, las mujeres contaros sus encuentros sexuales satisfactorios y relataron su deseo sexual en las cuatro semanas anteriores a tomar el medicamento.?
Su principio activo, la flibanserina, afecta al sistema nervioso mientras que la Viagra es un? vasodilatador
De media, Addyi elev¨® el n¨²mero de encuentros sexuales satisfactorios entre 0,5 y 1 m¨¢s que la cifra base (de dos o tres al mes), frente a entre el 0,3 y 0,4 de las que tomaron el placebo. En los tres ensayos, entre las tratadas con Addyi que dijeron haber mejorado sus citas ¨ªntimas, su deseo sexual y reducido su angustia ante el sexo hubo un incremento del 10% respecto a las tratadas con el placebo. Lo que tambi¨¦n demostraron las pruebas es que la flibanserina no mejora el rendimiento sexual.
Efectos secundarios y contraindicaciones
La lista de efectos colaterales pone en contexto el valor de este medicamento. Son tantos que la FDA ha obligado a Sprout Pharmaceuticals a destacar los riesgos de este medicamento en el envase cuando lo comercialice, en octubre. En los ensayos, las reacciones adversas m¨¢s comunes, por encima del 10% de los casos, fueron mareos, somnolencia, fatiga, insomnio o sequedad en la boca. M¨¢s seria es la posibilidad de que el f¨¢rmaco provoque hipotensi¨®n (tensi¨®n arterial extremadamente baja) o p¨¦rdida de la consciencia. Ambos efectos pueden agravarse si se toma alcohol u otros medicamentos durante el tratamiento. Son efectos adversos propios de un antidepresivo. A¨²n as¨ª, como recuerda la doctora Coll, son menores que los de la Viagra.
?Qu¨¦ tiene que ver con la Viagra?
Nada, nada en absoluto. Addyi es rosa, la viagra es azul. Colores aparte, las diferencias son todas. "La flibanserina act¨²a a nivel del sistema nervioso central mientras que la viagra es un vasodilatador", comenta la doctora Coll. El segundo es un medicamento f¨ªsico, el otro ps¨ªquico. "Son tan diferentes como lo son la sexualidad masculina, m¨¢s f¨ªsica y visual, y la femenina, m¨¢s mental". Esta diferencia clave explica la posolog¨ªa de ambos f¨¢rmacos. Mientras la Viagra se toma poco antes del acto sexual y dura unas pocas horas, Addyi ha de tomarse todos los d¨ªas, haya o no sexo.
Esta ginec¨®loga tambi¨¦n se pregunta si no estaremos ante otro caso de enfermedad inventada para vender m¨¢s. En su pr¨¢ctica cl¨ªnica y de lo que comparte con otros colegas tiene la convicci¨®n de que, adem¨¢s de la baja incidencia real de los casos de este trastrono del deseo sexual inhibido, la mayor¨ªa de los casos se pueden solucionar con terapias conductuales u otros tratamientos. Y recuerda: "con los a?os, la sexualidad cambia, solo es cuesti¨®n de reinventar el encuentro sexual".
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