Los derechos de las mujeres y los errores consuetudinarios
Dos viudas tanzanas llegaron hasta la ONU para reclamar la herencia de sus casas Hab¨ªan sido expulsadas por los varones
Uno de los mayores desaf¨ªos que enfrentan las mujeres en gran parte del mundo es la brecha entre sus derechos legales y su capacidad como individuos para reclamarlos. Cada vez es m¨¢s probable que las constituciones nacionales garanticen la igualdad de g¨¦nero, pero muchas tambi¨¦n reconocen la autoridad de sistemas legales paralelos basados en la tradici¨®n, la religi¨®n o la afiliaci¨®n ¨¦tnica. Y, desafortunadamente, la ley en muchas partes del mundo no ha estado a la altura de los tiempos cambiantes.
Por suerte, los organismos de derechos humanos internacionales est¨¢n empezando a percibir la brecha. En 1999 y 2000, dos j¨®venes sastres de Tanzania, casadas en su adolescencia y devenidas viudas cuando ten¨ªan entre 20 y 30 a?os, con cuatro hijos entre las dos, fueron expulsadas de sus hogares bajo el derecho consuetudinario de herencia de su grupo ¨¦tnico. Estas leyes consuetudinarias les dan a los parientes varones mayor derecho a reclamar las posesiones del difunto que a los miembros femeninos de su familia. Y, por lo general dejan afuera por completo a las esposas y tratan con displicencia a las hijas. En los dos casos de Tanzania, los tribunales locales dictaminaron que la propiedad que las mujeres hab¨ªan compartido con sus esposos, incluidos los objetos que hab¨ªan sido comprados con el fruto del trabajo de ellas, deb¨ªan ser destinados a sus cu?ados.
El derecho de las mujeres a tener, administrar, gozar y disponer de propiedad es central para su independencia financiera
Las j¨®venes sastres viudas se quedaron con sus hijos y sin casa, pero no se resignaron a aceptarlo. Con la ayuda del Centro de Ayuda Legal de las Mujeres de Tanzania y la Cl¨ªnica de Derechos Humanos Internacionales de las Mujeres de la Universidad Georgetown ¡ªque yo dirig¨ª anteriormente¡ª, objetaron la decisi¨®n ante la Suprema Corte de Tanzania. En 2006, el tribunal superior concluy¨® que el derecho consuetudinario sobre la herencia era "discriminador en m¨¢s de un sentido", pero se neg¨® a abolirlo. La corte dijo que si lo hac¨ªa era como "abrir una caja de Pandora, y que todas las costumbres aparentemente discriminadoras de nuestras 120 tribus" ser¨ªan vulnerables a un reto legal.
Las mujeres finalmente llevaron su caso ante las Naciones Unidas (ONU), donde ahora han obtenido una victoria hist¨®rica a favor de la igualdad para millones de mujeres en todo el mundo. Tanzania forma parte de la Convenci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de Todas las Formas de Discriminaci¨®n Contra la Mujer (CEDAW por su sigla en ingl¨¦s) y su protocolo. Eso permiti¨® que las dos mujeres pudieran llevar su reclamo al comit¨¦ que supervisa el cumplimiento de la implementaci¨®n del tratado por parte de los estados.
El 15 de marzo, el comit¨¦ de las Naciones Unidas declar¨® que Tanzania hab¨ªa violado sus obligaciones con los derechos humanos internacionales. "El derecho de las mujeres a tener, administrar, gozar y disponer de propiedad", dictamin¨® el comit¨¦, "es central para su independencia financiera y puede ser fundamental para su capacidad de ganarse la vida y proporcionar vivienda y alimentaci¨®n adecuada para s¨ª mismas y para sus hijos".
El comit¨¦ afirm¨® que, para cumplir con el mandado de derechos humanos del tratado, Tanzania tendr¨ªa que derogar y enmendar el derecho consuetudinario de herencia que discrimina a las mujeres. Tambi¨¦n recomend¨® que el pa¨ªs instruyera a las mujeres sobre sus derechos seg¨²n la CEDAW y que capacitara a jueces, abogados, autoridades locales y l¨ªderes tradicionales para generar respaldo en favor de la eliminaci¨®n de las pr¨¢cticas discriminadoras del derecho consuetudinario. El gobierno de Tanzania tiene hasta septiembre para responder al dictamen.
La decisi¨®n podr¨ªa tener un enorme impacto, ya que el problema que expuso el caso de Tanzania es muy com¨²n en muchas partes de ?frica y Asia. India, por ejemplo, sancion¨® leyes hace diez a?os que garantizan iguales derechos a hijos e hijas a la hora de heredar tierra familiar en la mayor¨ªa de las situaciones. Y, sin embargo, una encuesta de mujeres en tres estados rurales indios, realizada por la ONG Landesa que se ocupa de los derechos internacionales sobre la tierra, determin¨® que las dos terceras partes no conoc¨ªan a ninguna mujer que hubiera heredado tierra de sus padres. Una de cada cuatro mujeres no sab¨ªa que ten¨ªa derecho a heredar tierra familiar.
Un estudio en Tanzania determin¨® que las mujeres ganaban cerca de cuatro veces m¨¢s en zonas donde sus derechos sobre la tierra eran m¨¢s s¨®lidos
Hay mucho m¨¢s en juego en materia de derechos de herencia que qui¨¦n se queda con la casa, el auto y la m¨¢quina de coser. La investigaci¨®n de muestra que los derechos de las mujeres a tener y heredar propiedad, incluida tierra, son esenciales para romper el ciclo de la propiedad. Un estudio en Tanzania, por ejemplo, determin¨® que las mujeres ganaban cerca de cuatro veces m¨¢s en zonas donde sus derechos sobre la tierra eran m¨¢s s¨®lidos. Y un estudio en Nepal determin¨® que los ni?os cuyas madres eran propietarias de tierra ten¨ªan un 33% menos de probabilidades de estar desnutridos. Los beneficios son mucho m¨¢s que meramente econ¨®micos: en India, se determin¨® que las mujeres con derechos garantizados sobre la tierra ten¨ªan ocho veces menos probabilidades de sufrir abuso dom¨¦stico.
El dictamen de la ONU ha alentado las esperanzas de las mujeres en todo el mundo de que sus pa¨ªses se vean obligados a abordar las injusticias que pueden encontrarse en alg¨²n derecho consuetudinario y donde el prejuicio entorpece la implementaci¨®n de legislaci¨®n progresista. Los legisladores en Sud¨¢frica y Kenia han venido luchando por el tema. Tanzania y otros pa¨ªses en situaciones similares deben demostrar su compromiso con los derechos de las mujeres eliminando la discriminaci¨®n sistem¨¢tica. Cuando lo hagan, la historia de las dos viudas terminar¨¢ traduci¨¦ndose en empoderamiento no s¨®lo para ellas, sino para las mujeres y las comunidades en todas partes.
Tzili Mor es directora del Centro Landesa para los Derechos de las Mujeres a la Tierra.
Copyright: Project Syndicate, 2015
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