Malvados, bobos y distra¨ªdos
Si algo me produce desasosiego es la especie de los aburridos, esas voces period¨ªsticas que est¨¢n de vuelta de todo
Sobre Catalu?a, y otros asuntos, parece que muchos han llegado a ese punto de apat¨ªa irritada que denostaba Joseph de Ligne: ¡°Ya no se charla, ya no hay conversaci¨®n, ya no se sabe contar una peque?a maldad alegremente, pero se sabe hacerlas¡±. Este pr¨ªncipe librepensador, reverso del modelo maquiav¨¦lico, declaraba su preferencia por ¡°la gente distra¨ªda¡±.
En el diccionario de la RAG aparecen tres acepciones que ponen en muy mal lugar al ¡°distra¨ªdo¡±: es la persona que habla u obra ¡°sin darse cuenta cabal de sus palabras o de lo que pasa a su alrededor¡±, o que ¡°est¨¢ entregado a una vida licenciosa y desordenada¡±, y, en desuso, el ¡°roto, mal vestido o desaseado¡±. As¨ª que el pueblo ¡°distra¨ªdo¡± es uno de los colectivos que sufren m¨¢s prejuicios. La observaci¨®n de Joseph de Ligne es mucho m¨¢s sugerente, y creo que objetiva. Que una persona tenga la condici¨®n de distra¨ªda suele ser se?al ¡°de que tiene ideas y de que es buena¡±. Al contrario, ¡°el malvado y el bobo est¨¢n siempre en situaci¨®n¡±.
Muchas de las opiniones que construyen esa ficci¨®n parcial que llamamos ¡°actualidad¡± son emitidas por una minor¨ªa que tiene esa habilidad de ¡°estar siempre en situaci¨®n¡±. Por supuesto, ese estar siempre ¡°al loro¡± puede ser una cualidad y hasta una exigencia en profesiones como el periodismo. Aunque tambi¨¦n la ¡°distracci¨®n¡± puede ser una magn¨ªfica fuente informativa. Dec¨ªa Karl Krauss, periodista ¨¦l mismo de los que entend¨ªan que el periodismo es un activismo contra la propaganda y se rebelaba con iron¨ªa de grafiti: ¡°No tener una idea y poder expresarla: eso hace al periodista¡±.
Ser¨ªa tremenda estupidez afirmar que los que est¨¢n ¡°siempre en situaci¨®n¡± tienen la condici¨®n de malvados o bobos. Pero es cierto, y eso no lo recoge el Diccionario, que hay una intelligentsia malvada e incluso una inteligencia boba. ?C¨®mo se detecta? El pintor Whistler, un provocador impresionista, ten¨ªa a gala practicar lo que el llamaba ¡°el bonito arte de hacer enemigos¡±. Whistler no era un gran pintor, pero s¨ª tuvo mucho ¨¦xito en la creaci¨®n de enemigos. A medida que se acercan las elecciones del 27 de septiembre, y la celebraci¨®n identitaria previa de la Diada catalanista, vemos c¨®mo se multiplica, con poco estilo, la verdad, esta actividad de producir enemigos. En las dos direcciones.
Ese s¨ª que es un peligro. Los que te dicen que est¨¢n aburridos. Todo el d¨ªa al loro, pero aburridos, ?qu¨¦ horror!
A m¨ª me maravilla la gente distra¨ªda. Las personas y tambi¨¦n los animales. Dicen que hay sapos que viven cien a?os. Bueno, pensar que puedes pasar tranquilamente cien de los mejores a?os de tu vida observando un sapo, ?no es extraordinario? Tengo una bi¨®loga amiga que lleva ya treinta a?os contemplando el comportamiento de los topos, que cavan galer¨ªas de 150 metros sin colaboraci¨®n de las grandes constructoras. Y no se ha aburrido ni un minuto. Ese ¡°estado de distracci¨®n¡± para nada significa ignorancia o indiferencia. No hay nada mejor para distraerse que contemplar a un distra¨ªdo que a su vez contempla algo que le distrae.
Quer¨ªa hablar de Catalu?a, de lo se avecina. Y creo que me he distra¨ªdo un poco.
Hay mucha gente que parece que sabe, que opina todos los d¨ªas y resuelve el asunto en un periquete. Pero Catalu?a, ¡°lo de Catalu?a¡±, no parece tema a resolver por la gente que ¡°est¨¢ en la situaci¨®n¡±, pero ¡°muy aburrida¡±. Ese s¨ª que es un peligro. Los que te dicen que est¨¢n aburridos. Todo el d¨ªa al loro, pero aburridos, ?qu¨¦ horror! Si algo me produce desasosiego es la especie de los aburridos. Esos rostros y esas voces ¡°period¨ªsticas¡± que est¨¢n de vuelta de todo. Que ya saben de qu¨¦ va el rollo. Que padecen el s¨ªndrome del avasallador Procusto, ese tipo de la mitolog¨ªa griega que ten¨ªa una fonda con una cama y que aserraba las extremidades del hu¨¦sped o las estiraba a mazazos para adaptar su estatura a la cama. As¨ª entienden Espa?a y Catalu?a: a la medida de su cama.
Tal vez necesitamos observadores ¡°distra¨ªdos¡±. Es decir, que tengan ideas y que su disposici¨®n sea buena. Los malvados y bobos se ponen de los nervios ante lo que llaman ¡°buenismo¡±. Pero no se conoce otra forma de construir una democracia afectiva, integradora, que no sea mediante la creaci¨®n de afectos. ?Que hay pol¨ªticos que pasan ya de afectos? Bueno, probemos. Una cosa son las facciones, y otra, la gente.
Como distra¨ªdo comprometido, siempre me ha intrigado este poema de Brecht: ¡°Estoy sentado al borde de la carretera, / el conductor cambia la rueda. / No me gusta el lugar de donde vengo. / No me gusta el lugar adonde voy. / ?Por qu¨¦ miro el cambio de rueda con impaciencia?¡±.
Mientras no sabemos muy bien de d¨®nde venimos y ad¨®nde vamos, podemos probar a distraernos con el cambio de ruedas. Sin impaciencia.
elpaissemanal@elpais.es
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