Otro momento estelar
Tolst¨®i es un genio capaz de hacer que un rayo de esperanza brille en el m¨¢s atroz de los escenarios
Vinculados en la obra de Zweig a ciertos logros b¨¦licos, cient¨ªficos, art¨ªsticos o morales, los momentos estelares de la humanidad podr¨ªan referirse tambi¨¦n a escenas culminantes de la literatura universal. Una de las m¨¢s sobrecogedoras es sin duda la de la muerte del orgulloso pr¨ªncipe Andrei en Guerra y paz, de Tolst¨®i, genio literario capaz de hacer que un rayo de esperanza brille en el m¨¢s atroz de los escenarios ¨Cuna guerra que no es m¨¢s que otra masacre absurda, en la que los seres humanos caen como moscas¨C y en los ¨²ltimos instantes de la vida de un hombre, cuando ya no puede corregirla, sino, como mucho, remendar su alma.
Los m¨¦dicos y sus asistentes colocan al pr¨ªncipe Bolkonski, cubierto de sangre, sobre la ¨²nica de las tres mesas que queda libre en el interior de una tienda de campa?a que hace las veces de hospital. En las otras dos yacen sendos heridos. Quiz¨¢s una alusi¨®n a las cruces del G¨®lgota. Los m¨¦dicos cortan, limpian y cosen. Uno de los soldados, un cosaco, muere enseguida. El otro gime como un ni?o cuando le muestran la pierna que acaban de amputarle. En ¨¦l, Andrei reconoce de pronto al disoluto Anatol Kuraguin, por culpa del cual rompi¨® siendo joven con su amada. Presa de una sincera y s¨²bita compasi¨®n por ese hombre al que siempre aborreci¨®, Bolkonski llora. Por s¨ª mismo y por los dem¨¢s. Y por sus errores. Ahora sabe por qu¨¦ le duele tanto perder la vida. Al fin comprende lo que significa ese amor del que algunos le han hablado. El amor a los que nos aman, se dice. Y a los que nos odian. A nuestros enemigos¡ Pero no le queda tiempo.
No s¨¦ si leer y releer este pasaje, estudiarlo en la escuela y en la universidad e incluso aprenderlo de memoria para no olvidarlo jam¨¢s podr¨ªa servir de algo. Merece la pena que lo intentemos. Antes de que sea tarde.
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