Nyarugusu: un campo de refugiados al l¨ªmite
La infraestructura fue dise?ada para dar refugio a 50.000 congoleses que huyeron de la guerra. Hoy soporta el triple de su capacidad. El 60% de sus habitantes son menores
Siempre me han impresionado las im¨¢genes de los campos de refugiados emitidas en la televisi¨®n y publicadas en los peri¨®dicos. Desde la distancia es posible imaginar las condiciones tan terribles en las que viven o, mejor dicho, sobreviven. Hacinamiento, escasez de alimentos y de agua, insalubridad, falta de atenci¨®n m¨¦dica, sin escuelas y lugares de recreo para los ni?os y ni?as.
Tras la escalada de violencia en su pa¨ªs de origen, miles de burundeses han buscado refugio en las vecinas Tanzania, Ruanda, Uganda y Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. La mayor¨ªa han abandonado todas sus pertenencias para escapar durante la noche y en mitad del caos. La violencia les ha robado su dignidad, su identidad y la posibilidad de tener una vida normal en sus comunidades.
Pese a lo imaginable, hasta que no llegas a un campo de refugiados no te das cuenta de la magnitud del desastre. Despu¨¦s de 42 horas de aviones desde Quito (Ecuador) y tras hacer escala en varios aeropuertos, finalmente aterric¨¦ ¡ªen un peque?o avi¨®n con no m¨¢s de 20 pasajeros¡ª en Kigoma, una peque?a ciudad al noroeste de Tanzania, cerca de la frontera con Burundi.
Soy miembro del equipo de respuesta de Plan International para esta emergencia y estamos trabajando en el campo de Nyarugusu, al oeste de la provincia de Kigoma. Somos un equipo muy amplio que incluye a voluntarios, trabajadores sociales, t¨¦cnicos de desarrollo y especialistas en protecci¨®n infantil y en educaci¨®n en emergencias.
Historia del campo
La infraestructura de Nyarugusu, creado en 1997, fue dise?ada para dar refugio a 50.000 congoleses y congolesas que huyeron de su pa¨ªs por culpa de la guerra. Pero, desde mayo de este a?o, alberga tambi¨¦n a 82.500 personas procedentes de Burundi como consecuencia de la escalada de violencia en el pa¨ªs. En total son m¨¢s de 147.000 los acogidos: el triple de su capacidad. Y el 60% son menores de 18 a?os.
Llama la atenci¨®n, nada m¨¢s llegar, la cantidad de ni?os y ni?as que hay entre los peque?os espacios libres que dejan cada una de las miles y miles de tiendas de campa?a blancas. Hablamos de aproximadamente 30 kil¨®metros cuadrados de campo, una extensi¨®n superior a 375 estadios de f¨²tbol. Es enorme.
Algunos refugiados caminan de un sitio a otro descalzos. Para los desplazados, lidiar con una vida n¨®mada o en refugios temporales conlleva situaciones muy dif¨ªciles.
Las tiendas de campa?a temporales se encuentran abarrotadas. Hasta 200 personas se amontonan en solo 64 metros cuadrados. Es decir, m¨¢s de tres personas por metro cuadrado.
Las condiciones sanitarias son otro de los retos a los que se enfrenta la gente debido a la falta de instalaciones adecuadas para dar servicio a un n¨²mero tan alto de refugiados. Existe un alto riesgo de propagaci¨®n de enfermedades.
El agua tambi¨¦n escasea, por eso est¨¢ controlada y racionalizada. Seg¨²n la zona, los refugiados pueden disponer de entre seis y once litros al d¨ªa para cocinar, beber y lavarse, una cifra muy por debajo de los 15 litros recomendados en los est¨¢ndares internacionales. La distribuci¨®n de comida (harina de ma¨ªz, aceite para cocinar y frijoles) se realiza una vez cada tres semanas.
Consecuencias para la infancia
Las ni?as siguen siendo uno de los colectivos m¨¢s discriminados. Recogen agua y madera para sus hermanos, barren, lavan los platos y cuidan de sus mayores mientras los ni?os se entretienen paseando o jugando con balones hechos a base de bolsas de pl¨¢stico.
Las emergencias pueden privar a la infancia de una educaci¨®n y aumentan su necesidad de protecci¨®n y apoyo psicosocial, especialmente si se encuentran solos o separados de su familia. Muchos tienen miedo ante lo que el futuro les depara y se niegan a regresar a su pa¨ªs de origen.
A consecuencia de la llegada masiva de refugiados de Burundi a Tanzania en los ¨²ltimos tres meses, muchos de los colegios a los que acud¨ªan los ni?os y ni?as congoleses se han convertido en refugios. La educaci¨®n se ha interrumpido hasta que se reubique a los refugiados en otras ¨¢reas del campo. Pero, a pesar de todos estos problemas, los ni?os y ni?as tienen la esperanza de poder regresar alg¨²n d¨ªa a la escuela.
Plan International es una de las organizaciones humanitarias m¨¢s importantes que da respuesta en la emergencia de los refugiados burundeses. La organizaci¨®n ha construido cuatro Espacios Amigos de la Infancia en el campo de Nyarugusu, donde m¨¢s de 1.600 ni?os y ni?as entre tres y diecisiete a?os pueden compartir, aprender, jugar y sentirse seguros y protegidos.
A todos se les anima a hablar sobre las dificultades que est¨¢n atravesando. Adem¨¢s, estos espacios facilitan la labor de los trabajadores sociales para identificar a los ni?os y ni?as que requieran mayor atenci¨®n y a aquellos que puedan estar afectados por enfermedades o hayan sufrido abusos.
Adem¨¢s, Plan International instruye a los profesores que impartir¨¢n clases en los centros y reparte a las familias m¨¢s necesitadas art¨ªculos b¨¢sicos como ropa y jab¨®n.
Sergio Rubio es miembro del equipo de Respuesta en Emergencias de Plan International.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.