Coraz¨®n dividido
He tenido la suerte de ser sevillana, y he tenido tambi¨¦n la suerte de tener una madre catalana. No recuerdo un verano lejos de la ciudad condal, ni quiero. Estas vacaciones, he vuelto a casa con un sabor de boca distinto, el sabor amargo de la incomprensi¨®n.
Tengo una familia maravillosa a 1.000 kil¨®metros por carretera, porque algunas distancias son injustamente largas, y por cada bandera independentista que me he cruzado en el camino me encontraba un poco m¨¢s lejos de lo que siempre he considerado mi otra casa.
He escuchado fronteras entre amigos de toda la vida, y me han entristecido aires de discriminaci¨®n hacia una sangre mixta de la que siempre me sentir¨¦ orgullosa.
Algunos pueden creer que la independencia es la soluci¨®n para aunar a un mismo pueblo, pero dejar¨ªan por el camino a algunos que, como yo, nacimos forzosamente con el coraz¨®n dividido, con entretelas que no entienden de color pol¨ªtico.¡ª Ana Jim¨¦nez Palmer.
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