Piezas de ficci¨®n
Explicar lo que sucede en Catalu?a es muy complicado desde el necesario escepticismo global
En su novela La sombra del maguey, Pere Calders nos cuenta la vida de un catal¨¢n exiliado en la Ciudad de M¨¦xico. Este hombre est¨¢ casado con una mujer mexicana y tiene un hijo al que ha llamado Jordi y con el que pretende formar un microcosmos catal¨¢n dentro de su hogar que es, por imposici¨®n de su mujer, rigurosamente mexicano. Este hombre se empe?a en hablar en catal¨¢n con su hijo, pero el ni?o ya tiene suficiente con la manera despiadada en que se mofan sus amiguitos de ese nombre, Jordi, que en M¨¦xico es una rareza. El pobre exiliado termina arrinconado por la mexicanidad del entorno y usando el catal¨¢n exclusivamente con su perro, que es el ¨²nico que entiende cuando le pide, en su lengua materna, que le lleve las pantuflas o el peri¨®dico.
Otros art¨ªculos del autor
Lo mejor de Pere Calders son sus impagables cuentos, pero ese personaje de novela que se empe?a en conservar su catalanidad me ha parecido siempre entra?able, seguramente porque nac¨ª en M¨¦xico, en una familia de exiliados catalanes, y muy pronto comprob¨¦ que all¨¢ mi nombre, como el del ni?o de la novela, era tambi¨¦n una rareza.
Mi familia perdi¨® la guerra y se fue al exilio y, igual que otras miles de familias, termin¨® instal¨¢ndose en M¨¦xico y, como el personaje de Calders, se empe?¨® en conservar su catalanidad en aquel pa¨ªs en el que la palabra Catalu?a, antes de Serrat y de la difusi¨®n planetaria del Bar?a, sonaba a pueblo h¨²ngaro. Los catalanes que se exiliaron en M¨¦xico, y en otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, mantuvieron su lengua y su cultura mientras aqu¨ª Franco impon¨ªa la Espa?a monoling¨¹e; un esfuerzo conmovedor al que, por cierto, el establishment de los catalanes que consiguieron quedarse aqu¨ª nunca ha concedido la dimensi¨®n que tiene, ni les ha hecho ning¨²n caso, con la excepci¨®n de esta temporada en la que el independentismo coquetea con sus votos. Aquellos catalanes de ultramar estaban en M¨¦xico, pero viv¨ªan en una Catalu?a imaginaria, en un pa¨ªs de ficci¨®n que no estaba anclado a la realidad.
Pensaba en esto durante las vacaciones de verano porque en m¨¢s de una ocasi¨®n, en California y en M¨¦xico, tuve que explicar lo que est¨¢ sucediendo en Catalu?a; una tarea muy f¨¢cil si se es independentista o si se est¨¢ en contra de la independencia, pero muy complicada si se mira el fen¨®meno desde el escepticismo, si se tratan de encontrar elementos universales para desmontar, de forma m¨¢s o menos racional, el proceso independentista.
El independentismo y su contraparte son dos historias cuya narrativa est¨¢ fundamentada en la creencia
Curiosamente, California ha sido alguna vez el referente de lo que podr¨ªa ser Catalu?a si se independizara, y M¨¦xico, al haberse independizado de Espa?a hace 205 a?os, es visto con cierta complicidad por el independentismo, a pesar de que se trata de procesos hist¨®ricos radicalmente distintos.
El independentismo catal¨¢n y su contraparte, los detractores del independentismo, son dos historias cuya narrativa est¨¢ fundamentada en la creencia, los datos que ofrece uno y otro bando son escasos y ambos nos pintan una Catalu?a tan ficticia como aquella de ultramar. ¡°Los problemas econ¨®micos de Catalu?a desaparecer¨¢n en cuanto seamos independientes¡±; esta pieza de ficci¨®n tiene su contraparte en esta otra: ¡°Una Catalu?a independiente se quedar¨¢ durante a?os orbitando fuera de la Uni¨®n Europea¡±. Estamos ante ese vertiginoso pensamiento dogm¨¢tico que con tanto ¨¦xito han implantado los curas. ?Por qu¨¦ no aparece el president en la televisi¨®n y nos explica los elementos, los datos duros que lo hacen pensar que la independencia nos convertir¨ªa en un pa¨ªs m¨¢s pr¨®spero?
Pero esta explicaci¨®n, para convencernos a los esc¨¦pticos, tendr¨ªa que estar minuciosamente atornillada a la realidad, tendr¨ªa que presentarnos datos comprobables y proporcionarnos las fuentes de las que proviene su informaci¨®n, y lo mismo tendr¨ªa que hacer el presidente Rajoy, explicarnos con datos duros y verificables las desventajas de la independencia. ?Por qu¨¦ no lo hacen?, probablemente porque ninguno tiene datos suficientes pero, sobre todo, porque no hace falta, porque es mucho m¨¢s efectiva una encendida arenga nacionalista, aunque sea del todo irracional, y en este caso el problema ya no es ni del presidente ni del president, que como buenos pol¨ªticos hacen lo que pueden para mantener su posici¨®n; el problema por desgracia es nuestro.
Jordi Soler es escritor.
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