La familia Ruiz-Mateos y uno m¨¢s
Tras la muerte del empresario el pasado lunes se abre una inc¨®gnita sobre su herencia. ?Estaba arruinado como dec¨ªa? A todo ello se une la demanda de paternidad


Durante un ingreso de urgencia en un hospital madrile?o, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos hubo de esperar m¨¢s de la cuenta porque carec¨ªa de tarjeta de la Seguridad Social. El episodio lo cuenta Joaqu¨ªn Yvancos en su libro Una familia ideal (Espasa, 2013), estrecho colaborador durante d¨¦cadas de quien lleg¨® a ser el primer empresario de Espa?a en los albores de la transici¨®n. La an¨¦cdota puede parecer inveros¨ªmil, pero no para quien conociera el modus operandi de Ruiz-Mateos con las finanzas de sus empresas, m¨¢xime despu¨¦s de la expropiaci¨®n de Rumasa (febrero de 1983), cuando Ruiz-Mateos se convirti¨® en un hombre antisistema: no pagar o pagar lo menos posible a la Seguridad Social era una forma de cobrarse deudas del pasado.
Pagar los menos impuestos posibles y mantener el dinero a buen recaudo eran sus normas de conducta. Por esa raz¨®n, a pesar de manejar cientos de empresas a lo largo de su dilatada carrera empresarial (60 a?os), pr¨¢cticamente no ten¨ªa ninguna propiedad a su nombre. Utiliz¨® para ello, durante d¨¦cadas, a una aut¨¦ntica legi¨®n de testaferros (generalmente gente mayor, de fidelidad probada y escasos recursos). Y en esa estrategia incluy¨® tambi¨¦n a su mujer y a sus hijos (6 varones y 7 mujeres) mientras tan prol¨ªfica familia (52 nietos, adem¨¢s) aparent¨® permanecer unida. Como suele suceder, nada rompe m¨¢s una familia que el dinero.
Dotado de un gran carisma y unas habilidades naturales para la propaganda, Ruiz-Mateos hizo tambi¨¦n de su familia una imagen de marca: una prole amplia, unida, cristiana, devota, donde los papeles estaban repartidos, los hombres en el trabajo (la empresa familiar) y las mujeres dedicadas a la procreaci¨®n y el cuidado de sus v¨¢stagos. La familia se mov¨ªa entre Jerez, ciudad originaria de los padres, y Madrid. Si acaso hubo una disensi¨®n, ¨¦sta fue de car¨¢cter religioso. Conocida era la vinculaci¨®n del padre con el Opus Dei, instituci¨®n a la que entreg¨® numerosos y cuantiosos donativos, como se ha podido documentar. Pero se distanci¨® de la Obra al no sentirse adecuadamente defendido despu¨¦s de la expropiaci¨®n de Rumasa. De esa decepci¨®n, naci¨® la inclinaci¨®n de algunos de sus hijos, y de su mujer Teresa Rivero, hacia los Legionarios de Cristo. Fue, nunca mejor dicho, la primera se?al de un cisma familiar. Luego vino todo lo dem¨¢s.

Dedicado por entero a Rumasa, ausente del hogar durante meses por sus continuos viajes, Ruiz-Mateos deleg¨® la organizaci¨®n de la vida familiar a su mujer, hija de un conocido bodeguero jerezano. Teresa procreaba, la vivienda de tres plantas de Somosaguas se iba llenando de ni?os, estos ingresaban en instituciones educativas del Opus, hac¨ªan sus estudios (los hombres, siempre entre el Derecho y la Econom¨ªa) y se casaban con familias nobles del entorno jerezano (Boh¨®rquez, Figueroa, Cruz Conde...). Cuando se casaban, abandonaban la casa de Somosaguas (ya convertida en el cuartel general de Nueva Rumasa) y su habitaci¨®n se convert¨ªa en un despacho. La cara oculta de esa vida familiar se ha ido conociendo con el tiempo: Teresa y Jos¨¦ Mar¨ªa no conviv¨ªan. Su asistenta personal durante 18 a?os, Marta Gonz¨¢lez, confes¨® hace alg¨²n tiempo que su relaci¨®n con Ruiz-Mateos fue algo m¨¢s que laboral. Cuando cay¨® Nueva Rumasa, se percat¨® de que la empresa no hab¨ªa cotizado por ella en la Seguridad Social.
Todo transcurri¨® seg¨²n el guion, hasta que Bego?a, la tercera de la saga, se divorci¨® de su primer marido, Carlos Perreau de Pinninck, un arist¨®crata venido a menos que hab¨ªa colaborado en la campa?a pol¨ªtica de su suegro, dadas sus claras inclinaciones ideol¨®gicas. No fue el ¨²nico divorcio en la familia: Paloma cambi¨® un empresario alem¨¢n por un empresario jerezano.
La familia, como el holding, ten¨ªa una ¡°caja ¨²nica¡±. Y de esa caja sal¨ªa un sueldo para cada hijo
La familia, como el holding, ten¨ªa una "caja ¨²nica". Y de esa caja sal¨ªa un sueldo para cada hijo, o el dinero necesario para determinadas compras. Naturalmente, era el padre quien fijaba los salarios. Esa organizaci¨®n cambi¨® en 2004, cuando los seis hijos varones decidieron tomar las riendas del grupo ante las visibles muestras de enfermedad del padre: un P¨¢rkinson cada vez m¨¢s evidente y un proceso degenerativo de demencia senil. Los hijos varones impusieron un acuerdo para el reparto de una herencia cuya magnitud se desconoce: las hijas renunciaban a ella a cambio de recibir una serie de inmuebles y una indemnizaci¨®n. Ese acuerdo no se cumpli¨® (entre otros motivos, porque algunos de esos inmuebles fueron embargados) y Bego?a Ruiz-Mateos se querell¨® contra todos sus hermanos. Al tiempo, mientras estos acud¨ªan a los tribunales por las demandas de Nueva Rumasa, argumentaban en su defensa que todas las decisiones las tom¨® el padre, sabedores de que, caso de ser condenado, no ir¨ªa a la c¨¢rcel por su estado de salud. No es un buen caso de familia ejemplar.
Su fallecimiento tampoco estuvo exento de pol¨¦mica: un juez de Pozuelo paraliz¨® la incineraci¨®n de su cad¨¢ver por la demanda de paternidad de una mujer residente en Chicago. La demandante reclama sus derechos y eso complica otra decisi¨®n: ?aceptar¨¢n los hijos la herencia del padre o renunciar¨¢n a t¨ªtulo de inventario? Y es que el patrimonio puede tener dos caras: lo embargado en Espa?a y lo ocultado fuera del pa¨ªs. De la decisi¨®n de los hijos, seg¨²n abogados conocedores del caso, se podr¨ªa deducir si hay bienes en el exterior. Y, en ese caso, las querellas entre hermanos pueden reproducirse. Ruiz-Mateos descansa en paz, pero no su familia.
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