Media faena

Ver a la masa defendiendo la brutalidad provoca escalofr¨ªos. A algunos el espect¨¢culo de la crueldad colectiva nos vuelve ni?os y tenemos que vencer ese miedo paralizante para defender aquello que pensamos. La brutalidad, ayer, estaba en Tordesillas.

Da igual que un pueblo, ?qu¨¦ es un pueblo?, apoye esta tradici¨®n vergonzosa a pesar de esos quinientos a?os con los que pretenden hacerla digerible. Ve¨ªamos en las noticias a los que, venciendo el miedo at¨¢vico a la masa, se presentaron el d¨ªa de la siniestra celebraci¨®n para tratar un a?o m¨¢s de pararla. Daba miedo el fervor agresivo por lancear un toro, pero, acto seguido, tambi¨¦n helaba la sangre el ministro de Justicia, Rafael Catal¨¢, que sin ning¨²n asomo de duda defin¨ªa esta burricie como una tradici¨®n hist¨®rica y cultural.

Cultura es, para el gobierno, cualquier cosa. Cultura, seg¨²n parece, es que los ciudadanos pongamos esta noche la tele que un d¨ªa mereci¨® el adjetivo de p¨²blica y nos encontremos con que se nos ofrece un mano a mano entre Bert¨ªn y Jesul¨ªn. Un acontecimiento cultural anunciado durante toda la semana como la entrevista al diestro ¡°¨ªdolo de las mujeres¡±.

Habr¨¢ a quien le interese creer que Espa?a es eso, que Andaluc¨ªa es eso, que las ni?as siguen so?ando con toreros y las se?oras con supuestos cantantes mel¨®dicos. Habr¨¢, imagino, a quien le compense este espect¨¢culo ca?¨ª para apuntalar la idea de la Espa?a rancia, pero no creo que sea esto lo que el espectador espera ver en una televisi¨®n p¨²blica.

El partido socialista ha prometido, si llega al poder, defender la ley contra el maltrato animal, pero sin sancionar al alcalde de Tordesillas. Lo que viene siendo dejar la faena a medias.