Ante el intento de separar Catalu?a de Espa?a
Llamamiento a la reflexi¨®n y a la concordia de la Fundaci¨®n Espa?a Constitucional
Las elecciones al Parlamento catal¨¢n del pr¨®ximo 27 de septiembre se presentan por ciertas fuerzas pol¨ªticas y por el presidente de la Generalitat, m¨¢ximo representante del Estado en Catalu?a, como un plebiscito separatista. Tal ¡°plebiscito¡± podr¨ªa conducir, seg¨²n fuese el resultado, a una declaraci¨®n unilateral de independencia para separar Catalu?a de Espa?a, y tambi¨¦n a los espa?oles.
Ante tan desatinado y grave prop¨®sito nos sentimos obligados, desde nuestra experiencia como antiguos miembros de los gobiernos democr¨¢ticos de Espa?a, a formular un llamamiento a las principales fuerzas pol¨ªticas para que dialoguen.
Nuestro prop¨®sito es favorecer una salida ¡ªconsensuada y respetuosa con el ordenamiento jur¨ªdico¡ª, a la situaci¨®n actual y fortalecer, a trav¨¦s de un proyecto com¨²n, los lazos hist¨®ricos y afectivos que han unido siempre a Catalu?a y al resto de Espa?a.
I.- Nuestra Constituci¨®n de 1978 ha marcado un hito en la historia de Espa?a. Nos permiti¨® superar pac¨ªficamente una situaci¨®n prolongada de dictadura por v¨ªas de consenso, con cesiones rec¨ªprocas entre unos y otros, hasta alcanzar un dilatado periodo de convivencia democr¨¢tica.
Durante este periodo, Espa?a ha ratificado su vocaci¨®n europe¨ªsta y ha sorteado las amenazas provenientes del terrorismo y de un golpe de Estado militar
Nuestra Constituci¨®n ha propiciado la creaci¨®n de instituciones democr¨¢ticas, con respeto a las libertades p¨²blicas, desarrollo econ¨®mico, crecimiento del Estado de bienestar y extensi¨®n de la educaci¨®n a todas las capas sociales. Tambi¨¦n ha consagrado una amplia descentralizaci¨®n pol¨ªtica, con un desarrollo in¨¦dito de las diversas culturas, lenguas y valores singulares, que constituyen nuestro com¨²n acervo hist¨®rico. En concreto nunca antes goz¨® Catalu?a de instituciones pol¨ªticas propias de funciones tan amplias, ni de una autonom¨ªa tan profunda. Nacionalistas, republicanos y socialistas han gobernado en Catalu?a con libertad.
Durante este periodo, el conjunto de Espa?a adem¨¢s ha mantenido tambi¨¦n un rumbo adecuado, ratificando su vocaci¨®n europe¨ªsta, como integrante de la Uni¨®n Europea, y ha sorteado las amenazas provenientes del terrorismo y de un golpe de Estado militar.
II.- Transcurridos treinta y siete a?os desde la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n, pensamos que hay circunstancias nuevas que aconsejan estudiar la reforma del texto en algunos puntos, siempre mediante consenso. No para echarla abajo o cambiar el sistema constitucional en su conjunto, sino para conservarla viva y actualizada.
El cambio experimentado, durante este periodo en Espa?a, en Europa y en el mundo; la eclosi¨®n de nuevas generaciones de espa?oles, que no participaron en el proceso de 1978; el impacto de la crisis econ¨®mica y la necesidad de actualizar los consensos b¨¢sicos, son factores que favorecen una reforma basada en amplios acuerdos y lejana a toda imposici¨®n unilateral, cualquiera que fuere su origen.
El sistema debe ser actualizado para ajustarse mejor a las necesidades del conjunto de Espa?a y a los perfiles singulares propios de sus Comunidades
III.- Un aspecto a considerar ser¨¢, sin duda, la organizaci¨®n territorial del Estado, cuesti¨®n que la Constituci¨®n del 78 dej¨® muy abierta. Fueron acontecimientos pol¨ªticos los que esculpieron, mediante sentencias del Tribunal Constitucional, el sistema auton¨®mico tal como hoy lo conocemos con sus instituciones y reparto de competencias.
Ese sistema debe ser actualizado para ajustarse mejor y de manera equitativa a las necesidades del conjunto de Espa?a y a los perfiles singulares propios de sus Comunidades. Pero este objetivo, posible y deseable, se est¨¢ viendo dificultado por el mencionado giro separatista de parte del nacionalismo catal¨¢n, con esa exigencia a plazo fijo e inmediato de una declaraci¨®n unilateral de independencia.
IV.- Para los independentistas la Constituci¨®n ya no estar¨ªa, en realidad, vigente, ni les vincular¨ªa en absoluto, as¨ª como tampoco las sentencias y decisiones del Tribunal Constitucional, salvo que les fuesen favorables. La Espa?a de hoy, su configuraci¨®n y su Constituci¨®n no les valen. En cambio, para ellos ser¨ªa dogma infalible que Catalu?a es ya un sujeto pol¨ªtico distinto y que deber¨ªa proclamarse Estado independiente, separado del conjunto de Espa?a.
Pero esta separaci¨®n de Catalu?a convertir¨ªa a Espa?a, a la fuerza, en un sujetopol¨ªtico distinto y mutilado. Y ese resultado los independentistas pretenden lograrlo sin contar con los catalanes no partidarios de la independencia, ni con el resto de los espa?oles, en esas elecciones ¡°plebiscitarias¡±, s¨®lo aptas para catalanes. Este planteamiento es de todo punto rechazable.
La pretensi¨®n independentista parte de un enfoque internacional equivocado: introducir un contencioso sobre el independentismo catal¨¢n es un sinsentido
Imponer como hecho consumado, una Espa?a sin Catalu?a es disparatado. Una decisi¨®n de tal calibre, que alterar¨ªa el ser hist¨®rico y el existir de Espa?a, no puede adoptarse en elecciones auton¨®micas, pues ser¨ªa un atropello a la ley de imprevisibles consecuencias. En democracia, el derecho a decidir no llega al extremo de decidir por el vecino. Derecho a decidir, s¨ª, pero para todos y entre todos. No hacerlo as¨ª equivaldr¨ªa a un pronunciamiento o golpe de Estado y abrir¨ªa una enorme crisis de convivencia.
V.- La pretensi¨®n independentista parte, adem¨¢s, de un enfoque internacional equivocado: introducir en la agenda de Naciones Unidas un contencioso sobre el independentismo catal¨¢n es un sinsentido. La carta de Naciones Unidas respalda ante todo la integridad territorial de sus Estados miembros. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un pa¨ªs es incompatible con los prop¨®sitos y principios de la Carta de Naciones Unidas.
Por lo que respecta a Europa, la ruptura territorial de un Estado miembro, ni est¨¢ prevista en los Tratados, ni la parte desgajada conservar¨ªa derecho alguno a continuar en la Uni¨®n, en los Tratados, en la ONU o en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, por poner alg¨²n ejemplo. Se convertir¨ªa, consumada la separaci¨®n, en un pa¨ªs tercero a los ojos de la Uni¨®n Europea, sujeto a la regla de la unanimidad para cualquier intento de nueva integraci¨®n.
VI.- Somos partidarios de una Catalu?a, integrada en un proyecto com¨²n de progreso, unida al resto de Espa?a y no, en absoluto, de una Espa?a sin Catalu?a ni de una Catalu?a sin Espa?a. Creemos que entre la independencia y la situaci¨®n presente hay f¨®rmulas m¨¢s convenientes para todos. La historia no empieza ni termina el 27 de septiembre. Hay muchas opciones a tratar y examinar teniendo en cuenta los sentimientos de todos.
Todo intento encaminado a quebrantar? la unidad nacional y la integridad territorial de un pa¨ªs es incompatible con la Carta de Naciones Unidas
VII.- Por otro lado, el llamado ¡°proceso¡± viene alej¨¢ndose de los requerimientos m¨ªnimos, de los est¨¢ndares y garant¨ªas exigibles en democracia. La organizaci¨®n de manifestaciones, con recursos de origen p¨²blico, la falta de neutralidad y pluralismo en los medios de comunicaci¨®n dependientes de la Generalitat, sesgados e insistentes, que recuerdan ¨¦pocas negras de nuestra historia; la posterior presentaci¨®n de una candidatura ¨²nica para un movimiento independentista que cobija a l¨ªderes de partidos con programas distintos y hasta opuestos, que han gobernado antes y despu¨¦s de la gran crisis econ¨®mica y no para bien; todo ello presentado como en un supuesto ¡°plebiscito¡±, instrumento predilecto de tantos cesarismos, es intolerable y nos lleva a lanzar un llamamiento a la sensatez.
VIII.- Es cierto, sin duda, que el Estado mantiene la potestad de suspender en todo o en parte la autonom¨ªa de Catalu?a. Es una previsi¨®n constitucional vigente para situaciones graves y no se podr¨ªa reprochar a ning¨²n gobierno que usase de ella ante una declaraci¨®n unilateral de independencia. Tampoco ignoramos que cabr¨ªa utilizar muy diferentes instrumentos de car¨¢cter penal, de orden p¨²blico y, en general, coactivos siempre para el mismo fin de cumplir y hacer cumplir la Constituci¨®n y respetar los derechos constitucionales de todos.
Pero mostramos nuestra preferencia decidida por las v¨ªas de reflexi¨®n y concordia queeviten y no agraven la fractura social existente. Para ello hay que apoyarse, ante todo, en los v¨ªnculos que tenemos en com¨²n y vienen de muy lejos. Catalu?a ha sido y es elemento esencial en la formaci¨®n de Espa?a. La interrelaci¨®n entre nosotros es inextinguible: lazos entra?ables que unen unas familias con otras dentro y fuera de Catalu?a, en toda Espa?a, desde tiempo inmemorial; herencia com¨²n, creencias compartidas; valores morales, ¨¦ticos y culturales que han nacido y se han formado de consuno entre nosotros mediante cooperaci¨®n espont¨¢nea; desarrollo econ¨®mico y empresarial que ha formado un tejido inescindible entre los catalanes y el resto de los espa?oles; proyecci¨®n compartida hacia el mundo, en especial Latinoam¨¦rica. Todo esto se ha de tener muy presente.
IX. Todos apreciamos cuanto representa Catalu?a a lo largo de la historia. Por ello propiciamos ante la opini¨®n p¨²blica un riguroso an¨¢lisis sobre si su singularidad est¨¢ siendo reconocida y valorada de manera justa y dar a continuaci¨®n respuesta pertinente a las aspiraciones leg¨ªtimas de los catalanes. Este an¨¢lisis nos debe llevar a rectificar cuanto aparezca como equivocado, sin excluir ning¨²n asunto, por delicado que sea, siempre que se haga, entre todos, de buena fe y con esp¨ªritu constructivo.
Creemos que entre la independencia y la situaci¨®n presente hay f¨®rmulas m¨¢s convenientes para todos. La historia no empieza ni termina el 27 de septiembre
Toda reforma debe ser compatible con el proyecto com¨²n que es Espa?a, sin exclusiones ni apriorismos. Pero m¨¢s all¨¢ del enfoque puramente catal¨¢n, se ha de lograr que la organizaci¨®n territorial del Estado se ajuste mejor a la realidad de todas las autonom¨ªas que integran Espa?a, a sus perfiles propios, trayectoria hist¨®rica y funcionalidad dentro de la Uni¨®n Europea. Porque la confortabilidad en nuestro ser y plural estar en Espa?a, debe conseguirse para todos y todos hemos de participar en su aprobaci¨®n y votaci¨®n.
X.- Por eso nos permitimos apelar tambi¨¦n a la opini¨®n p¨²blica catalana para que en las pr¨®ximas elecciones del 27 de septiembre participe activamente. Y para que se est¨¦ en condiciones de restaurar las fraternales relaciones de cordialidad que nunca debieron perderse entre todos.
Juntos valemos m¨¢s que separados. Juntos s¨ª, pero juntos todos. Sin exclusiones.
Juntos todos, seremos m¨¢s fuertes y respetados. Juntos, se puede mejorar. Por separado todos perder¨ªamos. Los pol¨ªticos catalanes han de estar a la altura del mundo actual, basado no en la independencia, sino en la interdependencia; no en el soberanismo, sino en la cooperaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, social, y empresarial en un mundo global.
Juntos todos seremos m¨¢s fuertes y respetados. Juntos, se puede mejorar. Por separado todos perder¨ªamos. Los pol¨ªticos catalanes han de estar a la altura?
Creemos que, por ello, se impondr¨¢ el buen sentido y no nos dejaremos empujar hacia un abismo, al que ya nos hemos aproximado en demas¨ªa. Ahora es la hora de la prudencia y la responsabilidad.
La Fundaci¨®n Espa?a Constitucional est¨¢ constituida por exministros de gobiernos de UCD, PSOE y PP, no activos hoy en la acci¨®n pol¨ªtica. Sus opiniones pueden diferir entre s¨ª, pero concuerdan en los valores de la Constituci¨®n de 1978, que pretenden difundir y defender. Junto a Marcelino Oreja (presidente de la Fundaci¨®n) y Cristina Garmendia (de la Junta Directiva), firman tambi¨¦n este art¨ªculo? P¨ªo Cabanillas, Javier G¨®mez Navarro, Beatriz Corredor, Juan Antonio Ortega, Eduardo Serra, Rodolfo Mart¨ªn Villa, Cristina Alberdi, Josep Piqu¨¦, Jos¨¦ Bono, Aurelio Men¨¦ndez,? Manuel N¨²?ez P¨¦rez, ?lvaro Rengifo, Luis Cosculluela, Enrique S¨¢nchez de Le¨®n, Luis Gonz¨¢lez Seara, Salvador S¨¢nchez Ter¨¢n, Jaime Lamo, Jes¨²s Sancho Rof, Jos¨¦ Llad¨®, Mar¨ªa Antonia Trujillo,? Abel Matutes, Eduardo Zaplana y C¨¦sar Antonio Molina.
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