Gran V¨ªa
El sortilegio ser¨ªa una correcci¨®n federal de la Constituci¨®n que sellase los hechos diferenciales y las singularidades (de todas las regiones, es de suponer) pero sin privilegios para ninguna
Cuando en el consejo editorial o en una reuni¨®n de amigos se discut¨ªa largamente sobre una cuesti¨®n pol¨ªtica compleja, Javier Pradera exig¨ªa que nadie escapara pidiendo ¡°una soluci¨®n imaginativa¡±. La sobada f¨®rmula es el asilo de toda ignorancia, como para Spinoza lo era la voluntad de Dios. Me temo que la tercera v¨ªa tras la que los socialistas ocultan su desconcierto y contradicciones sirve ahora de soluci¨®n imaginativa en el l¨ªo catal¨¢n. Cuando insisten en proponerla y veo la reacci¨®n con que es acogida por los nacionalistas a los que tratan de apaciguar, me acuerdo de la definici¨®n lacaniana del amor: empe?arse en dar lo que uno no tiene a alguien que no lo quiere.
El sortilegio ser¨ªa una correcci¨®n federal de la Constituci¨®n que sellase los hechos diferenciales y las singularidades (de todas las regiones, es de suponer) pero sin privilegios para ninguna. En vez de ser una ley ¨²nica la que permitiese que cada ciudadano fuese tan distinto a los otros como quisiera, ser¨ªan los territorios los distintos y los ciudadanos los homog¨¦neos. Cosa rara, pardiez, porque me cuesta recordar un hecho diferencial o una singularidad cultural que est¨¦ prohibida en Espa?a, ni siquiera el Toro de la Vega. Lo ¨²nico no permitido por el momento es que una autonom¨ªa, o sea una dependencia del Estado de derecho, invente una nacionalidad distinta para s¨ª, excluya a los compatriotas del derecho a decidir sobre lo com¨²n y los convierta en extranjeros despose¨ªdos educativamente de su lengua y de otros derechos fundamentales. Lo cual, precisamente, es lo que pretende el nacionalismo catal¨¢n. A no concederles tal exigencia, a negarse a discutirla siquiera, suelen llamarlo ciertos partidarios de la gran v¨ªa ¡°inmovilismo gubernamental¡±. ?Qu¨¦ imaginaci¨®n!
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