El peor presidente de Catalu?a
Artur Mas ha partido por la mitad a la Naci¨®n catalana, ha desprestigiado a la Generalitat en el mapamundi, apenas ha legislado y ha aplicado los m¨¢s duros recortes en Espa?a, sin mejorar la deuda p¨²blica, que dobla la del tripartito
Artur Mas opta con denuedo al t¨ªtulo de peor presidente de la Generalitat contempor¨¢nea, el que m¨¢s perjuicio ha causado a los catalanes. Y en la historia, quiz¨¢ solo pueda compararse al incompetente can¨®nigo Pau Claris, que en 1640 entreg¨® el pa¨ªs ¡ªindependizado¡ª a la corona francesa, una aventura atrabiliaria que acab¨® pronto (en 1652) y mal (se perdi¨® el Rosell¨® y parte de la Cerdanya). Mas ha dividido al pa¨ªs y lo conduce al precipicio. Sin m¨¢s salida que volver, debilitado y desacreditado, al punto de partida. A no ser que otros lo rescaten.
No solo rompe la ¡°unitat civil del poble catal¨¤¡± (Raimon Obiols) que reclam¨® siempre la izquierda. Parte al menos por dos la fuerza pol¨ªtico-cultural de la naci¨®n catalana, al proponer una fuga hacia adelante de tal calibre que le resulta imposible seducir al conjunto de la ciudadan¨ªa. O al menos a su gran corriente central (en torno al 80% de la poblaci¨®n), la del catalanismo plural entendido como el ¡°concepto globalizador de Catalu?a y de todos los hombres que viven y trabajan en ella¡± que pretendi¨® su mentor y padrino (Jordi Pujol, Constru?r Catalunya, 1979).
Lo extra?o es que de un tiempo a esta parte porf¨ªe, no en crear, como aparenta, una nueva unidad (en realidad, un frente contra varios no frentes), sino en quebrar la complicidad b¨¢sica que operaba desde la Transici¨®n. La expulsi¨®n del templo com¨²n de las dos grandes fuerzas europeas ¡ªlos democristianos de Uni¨®, merced al chantaje del hecho consumado de la coyunda convergente con Esquerra; los socialistas del PSC, por el asedio con m¨²ltiples caballitos de Troya¡ª es la coronaci¨®n de tanto esfuerzo. El empe?o de Mas ya ha sido coronado por el ¨¦xito. Catalu?a, como quer¨ªa su viejo aliado Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, est¨¢ rota. Por eso su balance est¨¢ a a?os luz de los de Josep Tarradellas, Jordi Pujol, Pasqual Maragall o Jos¨¦ Montilla. O del de Francesc Maci¨¤. Quiz¨¢, incluso, del de Llu¨ªs Companys, siempre controvertido.
La obra de gobierno es la m¨¢s nimia del siglo XX y XXI: compite con la incompetencia de Claris
No solo ha reavivado los viejos demonios del centralismo y los recelos a la catalanidad en algunos estratos de la sociedad espa?ola. Ha paralizado ¡ªa escote con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy¡ª el progreso de la autonom¨ªa, al no reunir ni una sola vez en su segundo mandato a las comisiones mixtas Estado-Generalitat; al no influir para que el Gobierno cumpliese la preceptiva reforma del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica; al desistir en la reivindicaci¨®n de las 23 reclamaciones planteadas a Rajoy hace un a?o; al no mover ni un solo me?ique por salvar alguna de las 10 (de 11) cajas de ahorros desaparecidas; al transformar s¨²bitamente reivindicaciones muy mayoritarias (nuevo pacto fiscal, celebraci¨®n de un refer¨¦ndum legal) en abrupto desaf¨ªo a la Espa?a constitucional.
Hacia afuera, el prestigio de la Generalitat ha ca¨ªdo a los pies de los caballos. Ni un solo l¨ªder internacional la visita, salvo el xen¨®fobo dirigente de la (prolepenista) Lega, Roberto Maroni. Y cuando su titular viaja ni siquiera consigue una photo opportunity no ya con jefes de Estado sino con un comisario europeo o con sus pares gobernadores estadounidenses, como ha sucedido con los de California o Nueva York.
La obra de Gobierno realizada preludia la calidad de la que emprender¨ªa. La de Mas es lamentable. Su periodo, primero como conseller en cap y luego como presidente viene marcado por el mayor ¨¦xtasis de la (presunta) corrupci¨®n: saqueo del Palau, consiguiente embargo de 15 sedes de Converg¨¨ncia; comisiones del 3%.
Su obra legislativa es nimia: en 2013 pas¨® una sola ley en el Parlament; en 2014 apenas tres sustanciales (transparencia, acci¨®n exterior, homofobia). La ejecuci¨®n de sus presupuestos (cuando los elabor¨®, que no en 2013) ha sido deplorable, no adivin¨® el resultado de ning¨²n ingreso extraordinario y se enfang¨® en las principales privatizaciones (Aigues Ter-Llobregat).
Solo acert¨® en la intenci¨®n de un decreto, el de la pobreza energ¨¦tica, que aplazaba el corte de la energ¨ªa del invierno a la primavera a los pobres de solemnidad. En intenci¨®n, porque el alcance del alivio (atrasar una estaci¨®n el desastre) fue cicatero y el n¨²mero de agraciados, miserable: apenas benefici¨® a 895 familias, mientras Barcelona ¡ªcon su digno correligionario Xavier Trias al frente¡ª ayud¨® en este aspecto a 3.100 familias (2014) y el conjunto de municipios, C¨¢ritas y Cruz Roja, a 48.000. Pero tuvo la suerte de que el Gobierno central fuera a¨²n m¨¢s zote y lo impugnara ante el Constitucional, consagrando a Mas en la asfixiante propaganda oficial como gran Espartaco de los excluidos.
Catalu?a encabeza la p¨¦rdida de poder adquisitivo por culpa del proteccionismo `botiguer?
Donde Mas fue certero e implacable fue en la pol¨ªtica de recortes sociales, que ahora sus edecanes progres de lista (Ra¨²l Romeva, Muriel Casals, Toni Com¨ªn, Llu¨ªs Llach...) tratan de disfrazar con promesas indemostrables. Catalu?a es la duod¨¦cima comunidad en gasto educativo y la decimocuarta en sanitario (datos de 2013).
En educaci¨®n redujo de 2011 a 2015 en 1.500 el n¨²mero de docentes y en un 21% los recursos por alumno.
En sanidad contrajo un 15,2% el gasto per capita en sus dos primeros a?os, cerr¨® un millar de camas, clausur¨® quir¨®fanos y expuls¨® en cinco a?os a 5.560 profesionales del Institut Catal¨¤ de la Salut. Y solo en Catalu?a los hospitales privados (146) casi triplican a los p¨²blicos (65): en el resto de Espa?a hay 309 privados por 345 p¨²blicos.
Las prestaciones por dependencia, ya minoradas por Rajoy, han sido rebajadas por Mas en la cuota auton¨®mica hasta un 11% durante el ¨²ltimo trienio.
Y aunque el empleo repunta (170.000 ocupados m¨¢s, pero el 88% temporales) gracias a los bajos tipos de inter¨¦s del BCE, el euro barato y el desplome del precio del petr¨®leo, la contribuci¨®n del Gobierno aut¨®nomo ha sido inane, en sus (limitadas) competencias. El Servei d¡¯Ocupaci¨® de Catalunya ha sido del todo ineficaz: diezmada su plantilla en un 31% desde 2010, solo cubri¨® el 29,5% de las ofertas de trabajo en 2014.
?Viven los catalanes mejor que al inicio de 2011, cuando el primer Gobierno de Mas empez¨® a gestionarlos? Viven peor, y no solo por los recortes. El poder adquisitivo se ha desplomado: un 9%, contra un 3,2% en Madrid, y un 6,2% en la media auton¨®mica, seg¨²n el informe Monitor-Adecco. Pero atenci¨®n, no solo porque la Catalu?a nacionalista haya encabezado la ca¨ªda del salario medio (al cabo, dependiente del mercado laboral), sino sobre todo por su liderazgo en el aumento de precios... debido sobre todo al retroceso en la liberalizaci¨®n comercial, las multas a los establecimientos que abren en domingo y otras retr¨®gradas medidas de refuerzo de la protecci¨®n al botiguerismo alcanforado.
Si estas plagas hubieran servido para mejorar las finanzas p¨²blicas de la Generalitat, tendr¨ªan atenuante. Pero no ha sido el caso. La deuda de la Generalitat alcanz¨® (a final de 2014) 64.465 millones de euros, casi el doble de los 35.616 que recibi¨® del denostado tripartito de izquierdas a final de 2010. El endeudamiento bruto anual es de 7.187 millones, m¨¢s del doble de los 3.528 heredados por Mas de Jos¨¦ Montilla. El neto (tras ponderar los a?os de recesi¨®n, similares; y los costes de los tipos de inter¨¦s, decrecientes) apenas variar¨¢ el sesgo.
Con este presidente, pues, Catalu?a no ha hecho m¨¢s que dilapidar el tiempo.
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