El par¨¢sito de la malaria congela su ciclo para eludir los medicamentos

Las buenas noticias recientes sobre la evoluci¨®n de la malaria en el mundo (una reducci¨®n de la mortalidad del 60% desde 2000) tienen un nubarr¨®n en el horizonte: la aparici¨®n de variedades del Plasmodium falciparum ¡ªel plasmodio¡ª, el microorganismo que causa la enfermedad, resistentes a la artemisinina, el medicamento que desde hace dos d¨¦cadas es clave en la lucha contra esta infecci¨®n. Un art¨ªculo de Emerging Diseases Journal, una revista del Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) resalt¨® el pasado lunes la importancia de un mecanismo poco conocido en la adquisici¨®n de estas resistencias: la capacidad del plasmodio de congelar su ciclo vital (un complicado proceso en varias fases tanto en su estancia en el mosquito que lo transmite como en la sangre e h¨ªgado del humano que infecta) hasta que la concentraci¨®n de medicamentos disminuye. Se lo denomina quiescencia.

En su estudio, Fran?oise Benoit-Vical y su equipo, del Centro Nacional de Francia para la Investigaci¨®n Cient¨ªfica (CNRS), observaron los genes de ejemplares de plasmodio mantenidos en el laboratorio durante cinco a?os. Observaron que los que se conservaban en presencia de artemisinina, el f¨¢rmaco clave en todos los tratamientos actuales contra la malaria, y sobreviv¨ªan, no mostraban mutaciones, que es el proceso normal para adquirir una resistencia (al cambiar un gen se modifican las instrucciones para alguno de sus mecanismos internos y as¨ª evita la amenaza de los medicamentos). Lo que usaban era la t¨¦cnica de la quiescencia: entraban en una especie de letargo del que solo despertaban una vez hab¨ªa desaparecido el f¨¢rmaco de su entorno.

La descripci¨®n abre una nueva puerta al fen¨®meno de la resistencia de los medicamentos. Ya en Camboya, Laos, Vietnam, Birmania y Tailandia hay zonas donde el plasmodio no responde a la artemisinina. En esos casos, lo que se hace es intensificar el tratamiento con otros f¨¢rmacos (la artemisinina no se da sola sino combinada). Pero ya en la zona de la frontera entre Camboya y Tailandia hay casos en los que esos medicamentos no funcionan, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Afortunadamente el fen¨®meno de la resistencia a¨²n no ha llegado a ?frica, que concentra m¨¢s del 70% de los casos.

En una enfermedad que, pese a su retroceso, a¨²n causa m¨¢s de 200 millones de enfermos al a?o de los que fallece casi medio mill¨®n, la mayor¨ªa de ellos, menores de cinco a?os. La aparici¨®n de resistencias puede truncar los logros obtenidos. Adem¨¢s, el mecanismo de quiescencia no puede detectarse por los an¨¢lisis que se efect¨²an actualmente para detectar la vulnerabilidad a los medicamentos del par¨¢sito, como s¨ª sucede cuando aparecen mutaciones, como la descrita en el dominio K13 del genoma descrito en 2013. "Es esencial llevar a cabo una investigaci¨®n con las pruebas correspondientes sobre el terreno para comprobar si el proceso de quiescencia descrito en el laboratorio se da tambi¨¦n sobre el terreno para dise?ar las correspondientes estrategias terap¨¦uticas", ha dicho Benoit-Vical sobre su hallazgo.