Una nube de bacterias nos delata
Un experimento muestra que cada uno de nosotros tiene un aura de bacterias, una firma personal microbiana que nos identifica
Los humanos dejan huella a su paso. Algunos de manera m¨¢s tangible pero todos dejan su impronta all¨¢ por donde pasan. No se trata de carisma, talento o liderazgo: son bacterias. Cada persona expulsa millones cada hora hacia su entorno, pedacitos de un ecosistema formado por microbios que tiene unas caracter¨ªsticas muy personales. Alrededor de cada uno de nosotros se forma un aura con estos microbios, una nube que deja marca y que puede identificar a cada persona. "Esas nubes est¨¢n suficientemente diferenciadas para permitir la identificaci¨®n de individuos", asegura el equipo estadounidense que acaba de publicar este hallazgo.
"Hasta ahora no se hab¨ªa demostrado que los humanos emitimos una nube microbiana detectable en una estancia cerrada", explican en su estudio. Para probar la existencia de ese aura microbiana individualizada, los investigadores de la Universidad de Oreg¨®n secuenciaron los microbios del aire circundante de 11 personas a las que se mantuvo por un tiempo en una habitaci¨®n desinfectada. Los resultados mostraron que la mayor¨ªa de los ocupantes, sentados solos en la estancia, fueron identificados simplemente analizando las combinaciones ¨²nicas de bacterias que hab¨ªa en el aire que les rodeaba.
La novedad del estudio radica en la fuerte influencia de las bacterias personales en el aire, esa nube circundante que se mantiene a nuestro alrededor
"Esper¨¢bamos ser capaces de detectar el microbioma humano en el aire alrededor de una persona, pero nos sorprendi¨® descubrir que pod¨ªamos identificar a la mayor¨ªa de los ocupantes simplemente analizando su nube", asegura el autor principal del trabajo, James F. Meadow, en una nota de la Universidad de Oreg¨®n. "Nuestros resultados demuestran por primera vez que los individuos liberan su propia nube microbiana personalizada", concluyen.
No es novedoso que las personas dejen una firma microbiana, incluso que estando inactivos (sentados en un escritorio) emitan part¨ªculas. Anteriormente, ya se hab¨ªa descubierto esta marca ¨²nica en n¨²cleos familiares, que dejaban una marca ¨²nica de bacterias cuando se mudaban. La novedad del estudio radica en la fuerte influencia de las bacterias personales en el aire, esa nube circundante que se mantiene a nuestro alrededor. Cada vez son m¨¢s estudios los que se fijan en la riqueza bacteriana que vive en nuestro cuerpo y este trabajo es un paso en el esfuerzo por identificar su valor para la investigaci¨®n m¨¦dica, por ejemplo.
En este estudio se mantuvo a los participantes dentro de la habitaci¨®n, en pantal¨®n y camiseta nuevas y desinfectadas, para asegurarse de que la firma microbiana proven¨ªa de sus cuerpos. Para que los ocupantes fueran perfectamente identificables debieron pasar al menos cuatro horas sentados en el interior, ya que al cabo de dos horas su marca era mucho m¨¢s tenue. Al fin y al cabo, se trata de un ejercicio estad¨ªstico: una vez analizados los microbios, son las proporciones las que permiten distinguir entre individuos.
Ayudar¨¢ a comprender el mecanismo de propagaci¨®n de enfermedades infecciosas en lugares cerrados
Es f¨¢cil dejar volar la imaginaci¨®n pensando en la aplicaci¨®n que podr¨ªan tener estos resultados en equipos de investigaci¨®n al estilo del CSI, capaces de identificar al asesino analizando las bacterias de una habitaci¨®n. No obstante, esta investigaci¨®n puede ayudar a salvar muchas m¨¢s vidas arrojando luz sobre el grado de interacci¨®n de nuestro microbioma con el entorno, al mejorar la comprensi¨®n de los mecanismos implicados en la propagaci¨®n de enfermedades infecciosas en lugares cerrados. Esa nube que nos acompa?a, en el caso de enfermedades infecciosas, puede ser letal: por ejemplo, los cient¨ªficos han observado c¨®mo el nivel de ventilaci¨®n de la estancia debilita la solidez del aura de microbios.
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