El extra?o caso del decapitado m¨¢s antiguo de Am¨¦rica
El cad¨¢ver de un hombre asesinado hace 9.000 a?os en un acto ritual desconocido sorprende a los cient¨ªficos
En 2007, en una remota cueva de Lagoa Santa, en el este de Brasil, un equipo de cient¨ªficos encontr¨® un enterramiento que parec¨ªa ¨²nico en el mundo. Dentro de la cavidad descubrieron un cementerio con decenas de tumbas. Se trataba de cazadores y recolectores que comenzaron a habitar en esta zona de Am¨¦rica del Sur hace m¨¢s de 12.000 a?os. Eran grupos reducidos que se alimentaban de plantas, frutos y caza. Nada fuera de lo normal. Pero, en una de las tumbas, la n¨²mero 26, los excavadores encontraron algo que a¨²n hoy no pueden explicar. A medio metro bajo tierra, bajo grandes losas de piedra, hallaron la calavera de un hombre. Sobre su cara, o lo que quedaba de ella, hab¨ªan colocado sus dos manos tap¨¢ndole los ojos. En la mand¨ªbula y las v¨¦rtebras hab¨ªa marcas de corte indicando que fue decapitado.
La decapitaci¨®n es un comportamiento bien conocido en pueblos ancestrales de Am¨¦rica. En este continente, los actos de este tipo m¨¢s antiguos datan de hace unos 3.000 a?os. Este y otro tipo de sacrificios formaban parte de los rituales b¨¦licos y religiosos de los incas y otros pueblos. Lo raro de lo encontrado en la cueva brasile?a de Lapa do Santo, donde se han realizado los nuevos hallazgos, es, primero, su ubicaci¨®n. Hasta ahora, todos los decapitados hallados en Am¨¦rica del Sur antes de la Conquista estaban en la zona de los Andes y se atribuyen a las civilizaciones que all¨ª se asentaron: incas, nazcas, moche, wari, lo que llev¨® a pensar que estas pr¨¢cticas rituales eran exclusivas de los pueblos de la zona. Pero Lagoa Santa est¨¢ muy lejos de los Andes y su decapitado es mucho m¨¢s antiguo.
Sobre su cara, o lo que quedaba de ella, hab¨ªan colocado sus dos manos tap¨¢ndole los ojos
Eso es lo que dice un estudio de los restos hallados en Brasil publicado ayer en la revista PLoS One. El trabajo lo ha dirigido Andr¨¦ Strauss y en ¨¦l ha participado Domingo Salazar-Garc¨ªa, un investigador espa?ol que trabaja a caballo entre el Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva, la Universidad de Valencia y la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sud¨¢frica. ?l ha sido el encargado de extraer col¨¢geno de los huesos para datar la muerte gracias a los ¨¢tomos de carbono-14 que conserva el cad¨¢ver. Su veredicto es que el hombre de Lagoa Santa muri¨® hace 9.000 a?os, lo que le convierte de lejos en el decapitado m¨¢s antiguo de Am¨¦rica y uno de los m¨¢s viejos del mundo.
¡°En Europa, durante el periodo Magdaleniense, se conocen casos en los que la parte superior del cr¨¢neo era preparada para usarse como recipiente, pero no hay signos de decapitaci¨®n tan clara como en este caso¡±, explica. Las marcas de corte que se han hallado en los huesos apuntan a que el corte se hizo con lascas de piedra afilada de unos 2 cent¨ªmetros. Los investigadores creen que se trataba de un hombre joven, de unos treinta a?os.
¡°A partir de aqu¨ª barajamos varias hip¨®tesis¡±, explica Salazar-Garc¨ªa. ¡°La decapitaci¨®n puede ser una medida punitiva dentro del grupo o explicarse en el contexto de una guerra¡±, se?ala. ¡°En muchas ocasiones se mutilaba a los enemigos derrotados y sus restos se transforman en trofeos que se luc¨ªan en lo alto de un palo o colgados con una cuerda¡±.
Al analizar el cr¨¢neo de la tumba 26, los expertos comprobaron que, m¨¢s all¨¢ de las marcas de corte, no ten¨ªa otras lesiones que podr¨ªan mostrar que su cabeza fue conservada como trofeo. ¡°Adem¨¢s, estos objetos sol¨ªan exhibirse durante un largo tiempo y en este caso sabemos que le enterraron poco despu¨¦s de morir¡±, detalla Salazar-Garc¨ªa.
Ritual religioso
Los dientes de aquel hombre han aportado otra prueba importante. Los alimentos y el agua que consume cualquier persona dejan una marca del lugar en el que transcurri¨® su infancia en forma de is¨®topos de estroncio. Salazar-Garc¨ªa analiz¨® el esmalte dental del decapitado y lo compar¨® con el del resto de individuos encontrados en el cementerio de Lapa do Santo. Los resultados indican que todos ten¨ªan la misma proporci¨®n de is¨®topos, es decir, probablemente todos crecieron en el mismo entorno geogr¨¢fico y pertenec¨ªan al mismo grupo. As¨ª las cosas, la hip¨®tesis de un acto de violencia entre enemigos pierde fuerza. El hecho de que las manos y otras partes del esqueleto apareciesen articuladas junto al cr¨¢neo apoyan que se tratara de una forma de transmitir un mensaje, posiblemente religioso.
¡°Que yo sepa no existe ning¨²n otro enterramiento con estas caracter¨ªsticas¡±, explica Salazar-Garc¨ªa. ¡°No se ha encontrado ning¨²n otro objeto junto al decapitado, por lo que pensamos que, en esta ¨¦poca, la forma de expresar sus principios cosmol¨®gicos respecto a la muerte era a trav¨¦s de la manipulaci¨®n del cad¨¢ver¡±, detalla. ¡°Este individuo no ten¨ªa las manos dejadas caer aleatoriamente de cualquier manera, sino que las colocaron, amputadas, sobre la cara, una mirando hacia arriba y otra en posici¨®n contraria. Tal vez esta composici¨®n corporal podr¨ªa asociarse a un ritual en el que se utilizara la muerte, algo tan personal, como herramienta de cohesi¨®n del grupo al compartirla entre los miembros de la comunidad", a?ade. Todo esto es importante porque sit¨²a el comienzo de estos ritos en tiempos anteriores al de las grandes civilizaciones americanas, en un lugar insospechado hasta ahora y por razones diferentes al de otras culturas posteriores, explican los autores del estudio.
A¨²n quedan muchas dudas sobre el decapitado m¨¢s antiguo de Am¨¦rica. Aunque el estudio antropol¨®gico, la disposici¨®n de los restos y el carbono apuntan a que las manos y el cr¨¢neo son de la misma persona, solo el ADN puede confirmarlo. El equipo de investigaci¨®n est¨¢ actualmente realizando esas pruebas, entre otras. Tambi¨¦n, en la misma cueva, han encontrado otros rastros de rituales, como una calota (parte superior de un cr¨¢neo) llena de dientes de varios individuos. Su significado, al igual que el del ritual de las manos y la cabeza cortada, es a¨²n un misterio dif¨ªcil de aclarar.
Juan Jos¨¦ Ib¨¢?ez, investigador del CSIC, ha estudiado otros enterramientos rituales de hace m¨¢s de 10.000 a?os hallados en Siria. En su caso encontr¨® varios cr¨¢neos a los que se les hab¨ªa machacado la cara y que interpreta como una venganza ritual. En el caso de la investigaci¨®n en Lapa do Santo, el experto destaca que ¡°es un estudio muy bien elaborado en el aspecto t¨¦cnico¡±. Est¨¢ de acuerdo en que no se trata de un episodio de violencia entre grupos, pero cree que puede haber m¨¢s explicaciones posibles. ¡°En caso de que se tratara de un ritual de veneraci¨®n a los ancestros, se esperar¨ªa que el cr¨¢neo hubiera sido manipulado y expuesto entre su extracci¨®n y su deposici¨®n en la fosa en que se encontr¨®. ?Cu¨¢ndo, si no, se realiz¨® la supuesta veneraci¨®n?¡±, se pregunta.
En su opini¨®n, habr¨ªa una tercera v¨ªa para entender aquel acto. ¡°Como interpret¨¢bamos en el caso de los dep¨®sitos de cr¨¢neos de Tell Qarassa Norte [Siria], el enterramiento de Lapa do Santo muestra indicios de que se pretend¨ªa limitar la capacidad de interacci¨®n del individuo inhumado, quiz¨¢s con las personas vivas¡±, opina. ¡°As¨ª se podr¨ªa explicar que se cortaran sus manos (instrumentos de acci¨®n), se tapara su cara (instrumento de relaci¨®n) y se sellara el conjunto con dos gruesas lajas de piedra. Este tipo de comportamiento de protecci¨®n de los vivos con respecto a difuntos que se consideran potencialmente da?inos ha sido documentado etnogr¨¢ficamente¡±, concluye.
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