La capacidad auditiva de los hom¨ªnidos africanos ayuda a entender el origen del habla
Dos especies de hace unos dos millones de a?os ten¨ªan ya un o¨ªdo algo m¨¢s fino que los chimpanc¨¦s

Para comunicarse hablando como hacen los humanos hacen falta tanto la capacidad de articular un amplia gama de sonidos diferentes como capacidad para o¨ªrlos, es decir, una alta sensibilidad adaptada a un rango amplio de frecuencias. Pero, ?Cu¨¢ndo surgi¨® esta habilidad en la evoluci¨®n? ?Cu¨¢ndo empezaron los humanos a tener un mejor o¨ªdo que los chimpanc¨¦s? Un equipo cient¨ªfico internacional ha investigado la percepci¨®n auditiva que tendr¨ªan dos especies de hom¨ªnidos de hace en torno a dos millones de a?os, cuyos f¨®siles se descubrieron en Sud¨¢frica, y concluyen que, aunque sus habilidades auditivas ser¨ªan parecidas a las de los chimpanc¨¦s, ya mostraban ligeros cambios en la direcci¨®n de lo que ser¨ªa m¨¢s tarde el fino o¨ªdo de los humanos.
¡°Este resultado nos ayuda a entender c¨®mo se origin¨® el habla¡±, se?ala el paleont¨®logo Ignacio Mart¨ªnez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Adem¨¢s, esos cambios aportan un dato m¨¢s de lo que significa la adaptaci¨®n al medio: el patr¨®n auditivo de los chimpanc¨¦s es id¨®neo para comunicarse en el bosque, mientras que el o¨ªdo de aquellos hom¨ªnidos ya apuntaba hacia la vida en el espacio abierto de la sabana.
Los cient¨ªficos puntualizan que en su estudio se refieren al habla y no al lenguaje humano, ausente en aquellos hom¨ªnidos primitivos. ¡°Sin duda se comunicaban vocalizando, todos los primates lo hacen, pero no estamos diciendo que tuvieran un lenguaje humano completamente desarrollado, que implica un contenido simb¨®lico¡±, se?ala Rolf Quam, antrop¨®logo de la Universidad de Binghampton (EE UU), primer firmante del art¨ªculo cient¨ªfico que se publica hoy en la nueva revista Science advance. ¡°En este trabajo no se estudian los sonidos, sino la sensibilidad del o¨ªdo a las diferentes frecuencias de sonido, que es lo que puede estudiarse a partir de los huesos¡±, aclara el paleoantrop¨®logo Juan Luis Arsuaga, catedr¨¢tico de la Universidad Complutense. Arsuaga asegura que ¡°es el trabajo cient¨ªfico m¨¢s serio sobre el origen el lenguaje hasta la fecha¡±.

T¨¦cnicas de esc¨¢ner y reconstrucciones virtuales por ordenador, as¨ª como comparaciones con varias especies, han permitido a los investigadores estudiar la anatom¨ªa interna del o¨ªdo de esas especies descubiertas en Sud¨¢frica: el Austraolopithecus africanus (2,5 millones de a?os), y el Paranthropus robustus (1,8 millones de a?os), ambos pertenecientes a nuestro linaje, pero no directamente en la l¨ªnea del g¨¦nero Homo. La elecci¨®n de ambas especies para la investigaci¨®n estuvo condicionada por la disponibilidad, en su caso, de restos de huesos del o¨ªdo, tan escasos en el registro f¨®sil. Pero este equipo est¨¢ deseando extender su an¨¢lisis a la nueva especie Homo naledi, dada a conocer hace poco, aunque no se conoce a¨²n su antig¨¹edad.
Mart¨ªnez, tambi¨¦n especialista en el Centro de Investigaci¨®n de la Evoluci¨®n y el Comportamiento Humanos (ISCIII-CSIC), explica el meollo del trabajo y los resultados con una met¨¢fora f¨¢cil de entender en la que recurre a otro sentido: la vista. ¡°Un chimpanc¨¦ que vive entre los ¨¢rboles ver¨¢ muy bien el verde, todos los matices de verde, pero los dem¨¢s colores, si hay poca luz, los ver¨¢ peor, mientras que los humanos vemos muy bien, con muchos matices, tambi¨¦n en el rango del amarillo y el azul¡±, argumenta. As¨ª, traspasando la idea a la capacidad auditiva, ¡°el chimpanc¨¦ oye como una persona con sordera moderada¡±. Los humanos captan una banda ancha de frecuencias de sonido, entre uno y cinco kilohercios, mientras que los chimpanc¨¦s est¨¢n en torno a uno. ¡°Y esa banda mayor de frecuencias permite captar sonidos muy diferentes, es decir, palabras con muchos sonidos distintos¡±, contin¨²a Mart¨ªnez.
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M¨¢s aspectos determinantes de la audici¨®n y la comunicaci¨®n hablada: la capacidad de captar m¨¢s riqueza de sonidos, m¨¢s variedad, es especialmente notable con las consonantes, m¨¢s que con las vocales, se?alan los cient¨ªficos, y hay que tener en cuenta que son las primeras las que aportan m¨¢s informaci¨®n. ¡°Pensemos, por, ejemplo, en ese lenguaje abreviado que se utiliza en los mensajes telef¨®nicos, con el que se puede comprender el contenido eliminando pr¨¢cticamente las vocales¡±, apunta el profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Los chimpanc¨¦s oyen bien las vocales y algunas consonantes, mientras que en los humanos es muy superior la diferenciaci¨®n tambi¨¦n de las segundas.
¡°La capacidad auditiva est¨¢ relacionada con aspectos b¨¢sicos de la supervivencia del organismo, en particular la localizaci¨®n de las fuentes de sonidos, incluyendo los peligros potenciales del entorno y la comunicaci¨®n ac¨²stica¡±, se?alan los investigadores en su art¨ªculo cient¨ªfico. En un entorno arbolado hay mucho ruido ambiental (en frecuencias intermedias) que generan insectos, anfibios, reptiles, otros animales¡. Pero en la sabana, en el espacio abierto, ese ruido ambiental es menor, por lo que se trata de un entorno m¨¢s apropiado para la comunicaci¨®n en esas frecuencias que explotan los humanos para su comunicaci¨®n vocal. Parece l¨®gico, por tanto, que los chimpanc¨¦s evolucionados que se fueran adaptando al campo abierto fueran ensanchando su sensibilidad auditiva en ese rango. Ese es el patr¨®n auditivo que los cient¨ªficos han descubierto ahora en las dos especies de hom¨ªnidos de hace dos millones de a?os.
Los chimpanc¨¦s, aclara Mart¨ªnez, ¡°no hablan, se comunican con gritos, es algo muy sencillo¡±. Hay, sin embargo, una especie de monos que viven en campo abierto y cuyos ejemplares son capaces de dar una alerta distinta ante peligros diferentes, por ejemplo, si el predador al acecho es una serpiente, o un felino, etc¨¦tera.
Los humanos captan una banda ancha de frecuencias de sonido, entre uno y cinco kilohercios, mientras que los chimpanc¨¦s est¨¢n en torno a uno
El origen de la actual investigaci¨®n se remonta al trabajo iniciado hace a?os sobre la capacidad auditiva ¨Cy, por tanto, la capacidad de hablar- de los humanos de 430.000 a?os de antig¨¹edad de la Sima de los Huesos, del yacimiento de Atapuerca. ¡°Los individuos de la Sima o¨ªan como los humanos actuales y seguramente hablaban¡±, se?ala Mart¨ªnez. Pero recuerda que, cuando se presentaron estos resultados de la investigaci¨®n correspondiente, hubo cient¨ªficos que pusieron pegas: ?Y si la capacidad auditiva ensanchada era una preadaptaci¨®n, es decir, una capacidad que el organismo tiene porque la ha heredado pero que no utiliza? Para salir de dudas, los investigadores de Atapuerca dise?aron nuevos estudios que ayudaran a verificar esa duda: si los primitivos australopitecos, que no hablaban, ten¨ªan ya una capacidad auditiva con un gran ancho de banda, se desvincular¨ªa la relaci¨®n o¨ªdo/habla.
¡°Ahora nos hemos encontrado con que aquellos hom¨ªnidos no o¨ªan como los humanos de la Sima de los Huesos o como nosotros, sino solo un poquito mejor que los chimpanc¨¦s en frecuencias intermedias, por lo que nuestros resultados refuerzan la idea de que el ancho de banda auditivo est¨¢ ligado al habla¡±. Es un nuevo dato a favor de la capacidad de comunicaci¨®n por el habla de los humanos de la Sima de los Huesos. Adem¨¢s, el inicio de esa adaptaci¨®n del o¨ªdo algo m¨¢s fino se asocia al cambio de medio en que se desenvolv¨ªan los hom¨ªnidos, animales m¨¢s de sabana que del bosque, que es el h¨¢bitat de los chimpanc¨¦s.
la capacidad de captar m¨¢s riqueza de sonidos, m¨¢s variedad, es especialmente notable con las consonantes, m¨¢s que con las vocales, se?alan los cient¨ªficos. Y son las primeras las que aportan m¨¢s informaci¨®n
¡°Como no soy un experto en bioingenier¨ªa de la comunicaci¨®n sonora, la pregunta que hago a los expertos es esta: si pudi¨¦ramos o¨ªr vocalizaciones desde detr¨¢s de una piedra o de un ¨¢rbol, sin ver al emisor, ?qu¨¦ pensar¨ªamos que eran o qui¨¦nes?¡±, plantea Arsuaga. ¡°La respuesta es que si oy¨¦ramos a los de la Sima intercambiar sonidos pensar¨ªamos que se est¨¢n comunicando personas, por el tono de su voz, y si fueran australopitecos o par¨¢ntropos nos sonar¨ªan como algo raro, desconocido y desconcertante, como unos chimpanc¨¦s en parte humano, es decir, algo intermedio¡±, concluye el cient¨ªfico.
Adem¨¢s de Mart¨ªnez, Quam y Arsuaga, participan en esta investigaci¨®n otros cient¨ªficos de instituciones de Espa?a, Estados Unidos, Sud¨¢frica e Italia: Manuel rosa, Alejandro Bonmati, Carlos Lorenzo, Darryl J. de Ruiter, Jacopo Maggi-Cecchi, Mercedes Conde Valverde, Pilar Jarabo, Colin G.Menter y J.Francis Thackeray.
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