Las partes ¨ªntimas
En Espa?a desaparecieron los limpiabotas con la democracia, pero han vuelto con la crisis
No s¨¦ si este oficio, el de limpiabotas, deber¨ªa estar prohibido, pero se deber¨ªa multar a los clientes o gravarles el capricho con un impuesto especial, como ya se hace con la cultura, que es una peste. Lo jodido de este trabajo es lo que simboliza. De entrada, exige que alguien se arrodille p¨²blicamente ante un igual al tiempo que inclina la cabeza sobre sus pies, lo que, quer¨¢moslo o no, parece una muestra de subordinaci¨®n excesiva. Los papas ven¨ªan haci¨¦ndolo en Viernes Santo, creo, para hacerse perdonar la buena vida que llevaban el resto del a?o. Se trata tambi¨¦n de una pr¨¢ctica de burdel, cuando el cliente juega a dominar o a ser dominado. El beso en los pies, incluso si est¨¢n limpios, representa una entrega humillante que quiz¨¢ perviva todav¨ªa en organizaciones sociales primitivas.
En Espa?a desaparecieron los limpiabotas con la democracia, pero la crisis pol¨ªtica los ha vuelto a traer. Si te fijas no es mucha la gente que se atreve a utilizar sus servicios. Por verg¨¹enza, cabe pensar. Pocos espect¨¢culos tan groseros como el del tipo gordo (o delgado) que se fuma un puro mientras sacan brillo a sus botas. Hay algo de perversi¨®n sexual en esa escena. La fotograf¨ªa en blanco y negro est¨¢ tomada en Nueva York en 1954. Anteayer, como el que dice. He ah¨ª un blanquito ejercit¨¢ndose en labores ven¨¦reas. No tenemos ni idea de qu¨¦ ha sido de ¨¦l, pero con esa educaci¨®n pudo llegar a cualquier sitio. Tampoco tenemos ni idea de qu¨¦ fue del negrito, pero a qui¨¦n le importa. En fin, que los zapatos, como las partes ¨ªntimas del cuerpo, se las debe limpiar uno mismo.
elpaissemanal@elpais.es
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