Velocidad
La alta velocidad ferroviaria es s¨®lo un ejemplo de c¨®mo el dise?o del desarrollo econ¨®mico de este pa¨ªs se inclina claramente hacia el sur y el este
Desde ayer dos nuevas ciudades espa?olas gozan del privilegio de la alta velocidad ferroviaria. La noticia lo ser¨ªa s¨®lo a nivel local de no ser que esas ciudades est¨¢n en la mitad norte de Espa?a, donde s¨®lo otras dos, Segovia y Valladolid, disfrutaban de esa suerte mientras que de Madrid hacia abajo son veintiuna, algunas, como Ciudad Real, C¨®rdoba o Sevilla, desde hace un cuarto de siglo. As¨ª que, m¨¢s que celebrar la llegada de la alta velocidad ferroviaria, lo que tendr¨ªan que hacer los vecinos de Palencia y de Le¨®n, como los del resto de las ciudades y las provincias del norte de Espa?a, es reclamar del Gobierno (de los distintos gobiernos, que han sido varios los responsables de esta situaci¨®n) una igualdad de oportunidades que hasta hoy brilla por su ausencia. Porque la alta velocidad ferroviaria es s¨®lo un ejemplo de c¨®mo el dise?o del desarrollo econ¨®mico de este pa¨ªs se inclina claramente hacia el sur y el este, hacia ese arco mediterr¨¢neo que atrae todas las inversiones, dejando al resto a su suerte, salvedad hecha del Pa¨ªs Vasco y Navarra, cuya singularidad foral consentida les permite progresar y prosperar al margen de las regiones vecinas.
Como cualquier viajero avezado sabe, una de las maneras mejores de conocer un pa¨ªs es viajar por ¨¦l en sus trenes, pero, en el caso espa?ol, ni siquiera precisa uno subirse a ellos; basta con ver en un mapa la red ferroviaria para saber que el pa¨ªs se mueve a dos velocidades distintas, que coinciden casi exactamente con la divisi¨®n en dos de su territorio: el oeste y el norte y el sureste; una divisi¨®n que se?ala, y no es casual que sea as¨ª, la situaci¨®n en el mapa de las regiones m¨¢s ricas y menos ricas y las mejor y peor comunicadas. Y es que la red ferroviaria no es el ¨²nico ejemplo de la discriminaci¨®n que en Espa?a se vive desde hace d¨¦cadas entre provincias y autonom¨ªas y de la que las que m¨¢s se quejan no son precisamente siempre las que la sufren. Y es que hasta en eso Espa?a es original.
Con el tiempo puede que la situaci¨®n se equilibre (ojal¨¢) y que el pa¨ªs entero viaje a la misma velocidad, no s¨®lo en el tren, sino en todos los ¨®rdenes econ¨®micos, pero hoy por hoy no es as¨ª, por lo que la imagen de la comitiva (que yo hab¨ªa sido invitado a integrar, por cierto, junto a otras trescientas personas) encabezada por el presidente Rajoy llegando a Palencia y a Le¨®n a dos meses de las elecciones y m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de lo previsto me pareci¨® un gesto de impudor que mereci¨® que alguien lo celebrara con la canci¨®n de la pel¨ªcula de Berlanga: ¡°?Americaaanos¡!¡±.
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