Comprometidos de nuevo con el sida, la tuberculosis y la malaria
Pol¨ªticas eficaces, derechos humanos, y una inversi¨®n adecuada pueden poner fin a estas pandemias en 2030
Este pasado fin de semana, durante la 70? asamblea general de la ONU, se aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que continuar¨¢n hasta 2030 el sendero ya empezado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los ODS son un programa de desarrollo de 17 puntos que, en un marco de erradicaci¨®n de la pobreza y la desigualdad, fija en su punto tres lograr para 2030 la cobertura sanitaria universal y el ¡°fin¡± de las epidemias del sida, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas, uno de los peores problemas de salud p¨²blica existentes.
El sida sigue infectando a 6.000 personas cada d¨ªa y ya son 35 millones las personas que viven con el virus (el 95% en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo). Mat¨® a 1,5 millones de personas el a?o pasado. La lucha durante estos a?os se ha intensificado, y se han alcanzado algunos objetivos notables. Por ejemplo, en 2014, por primera vez en la historia, el n¨²mero de personas que se incorporaban al tratamiento para VIH fue mayor que las que se infectaban por el virus. Pese a la estabilizaci¨®n y a la mejora de calidad de vida en la gente que puede acceder al tratamiento (alrededor de 15 millones de enfermos) el sida, especialmente en los pa¨ªses de ingresos bajos o medios, sigue siendo un terrible problema: m¨¢s de 25 millones de afectados que re¨²nen las condiciones para recibir esa terapia no tienen acceso a los medicamentos antirretrovirales.
Lo mismo ocurre con la tuberculosis: pese a que su prevalencia est¨¢ disminuyendo en la mayor¨ªa de las regiones, y las tasas de detecci¨®n han aumentado considerablemente, m¨¢s de un mill¨®n de personas muri¨® el a?o pasado a causa de esta enfermedad. Y tambi¨¦n con la malaria, cuya mortalidad se ha reducido a la mitad, pero que durante el ¨²ltimo a?os termin¨® con la vida de alrededor de otras 500.000 personas.
Las declaraciones de Onusida y numerosos expertos permiten decir que estas tres pandemias podr¨ªan dejar de ser un problema de salud p¨²blica en 2030, como marcan los Objetivos de Desarrollo. Nos encontramos en un punto de inflexi¨®n que nos permite so?ar con el fin de estas enfermedades. ?C¨®mo? A trav¨¦s de pol¨ªticas eficaces, derechos humanos, una inversi¨®n adecuada en cooperaci¨®n internacional y aportaciones al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
El Fondo Mundial, actor clave
En 2002, la devastaci¨®n producida en muchos pa¨ªses y comunidades por estas tres pandemias, llev¨® a la creaci¨®n del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, una iniciativa internacional creada al amparo de Naciones Unidas que recauda e invierte cerca de 4.000 millones de d¨®lares al a?o para financiar programas dirigidos por expertos locales en los pa¨ªses afectados por estas enfermedades y las comunidades que m¨¢s lo necesitan. En su ¨²ltimo informe, publicado la semana pasada, el Fondo Mundial mostraba los resultados m¨¢s destacados: 17 millones de vidas salvadas desde 2002 y un descenso de un tercio en el n¨²mero de personas que mueren a causa de estas tres enfermedades en los pa¨ªses donde invierte. 8,1 millones de personas reciben tratamiento antirretroviral para el VIH. 13,2 millones han recibido o reciben tratamiento para la tuberculosis. Y han distribuido m¨¢s de 548 millones de mosquiteras mediante programas para la malaria.
Espa?a lleg¨® a ser el quinto pa¨ªs en aportaciones al Fondo Mundial contra las tres grandes pandemias. Hoy no dona ni un c¨¦ntimo
Desde Salud por Derecho, una organizaci¨®n que defiende globalmente el acceso a la salud, hemos observado con preocupaci¨®n la trayectoria de Espa?a en la ayuda al Fondo Mundial y de los niveles de Ayuda Oficial al Desarrollo. Entre 2001 y 2010 Espa?a aport¨® m¨¢s de 650 millones de euros, llegando a ser el quinto donante m¨¢s importante del Fondo, pero desde hace m¨¢s de tres a?os no aporta ni un solo c¨¦ntimo. Esta situaci¨®n es consecuencia clara del descenso en ayuda al desarrollo que ha habido en la ¨²ltima d¨¦cada: Espa?a destina solamente el 0,15% del PIB, volviendo a cifras de los a?os ochenta, cuando Espa?a dej¨® de ser receptor de esta ayuda para pasar a ser donante.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible han renovado el compromiso incumplido por muchos pa¨ªses de alcanzar el 0,7% en ayuda al desarrollo. Por eso, de cara a las elecciones generales, hemos lanzado la campa?a Comprometidos, con la que buscamos un compromiso de todos los partidos pol¨ªticos con subir los niveles de ayuda y con volver a ser donante importante del Fondo Mundial, como hace una d¨¦cada. Para ello, nos reuniremos con todos y cada uno de los partidos, y corroboraremos su compromiso estampando el sello de la campa?a en su programa electoral.
Adem¨¢s, para alcanzar el fin de las tres pandemias en 2030, es fundamental la destinaci¨®n de parte de esos fondos a organizaciones como el Fondo Mundial, que desde 2002 no ha dejado de financiar proyectos y programas de prevenci¨®n, tratamiento y tenci¨®n a hombres, mujeres y ni?os afectados por el sida, la tuberculosis y la malaria. No es ut¨®pico, no es irreal; es algo alcanzable. Por ejemplo, destinando solo un 0,5% de la recaudaci¨®n del Impuesto a las Transacciones Financieras en Espa?a (estimada en 5.000 millones si se alcanza un acuerdo ambicioso), alcanzar¨ªamos las cuotas con el Fondo Mundial que nos llevaron a ser uno de los m¨¢s importantes donantes. Vivimos en el comienzo del fin de estas pandemias. Y hay que fortalecer, ahora, la respuesta. Si no, si disminuimos los niveles de ayuda o si los mantenemos en los niveles de hoy en d¨ªa, millones de personas morir¨¢n cada a?o por unas enfermedades que pudieron ser historia y seguir¨¢n siendo actualidad.
Vanessa L¨®pez es directora de Salud por Derecho.
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