Mujeres de negro contra la violencia de g¨¦nero

Pertenezco a una generaci¨®n (esa que qued¨® a caballo entre la X y los millennials) que se socializ¨® pol¨ªticamente en las manifestaciones masivas. Aquellas durante el secuestro expr¨¦s de Miguel ?ngel Blanco que no evitaron su muerte, o las que llevaron a la calle a gran parte de ese 90% de poblaci¨®n espa?ola que estaba en contra de la guerra de Irak en la que, no obstante, acabamos participando a nivel estatal. Un panorama que hace terriblemente complicado creer en la manifestaci¨®n como herramienta pol¨ªtica eficaz, en fin.

Y entonces lleg¨® el 15M, y las asambleas en las plazas, y las mareas. Durante unos a?os, en Madrid circulaban las bromas sobre el Paseo del Prado, que parec¨ªa haberse convertido en una v¨ªa peatonal. Una manifestaci¨®n, al menos, cada tarde. ?Alguien vio alg¨²n cambio? Apareci¨®, y con fuerza, el ciberactivismo; sonadas son las acciones de colectivos como Anonymous. Pero, ?hay alguna otra vuelta que se le pueda dar a las reivindicaciones? Los colectivos feministas est¨¢n trabajando en ello con aut¨¦ntica fruici¨®n.

Women in Black, la acci¨®n bilbaina con vocaci¨®n internacional

El pasado 2 de septiembre, mientras se rechazaba en el Senado la Moci¨®n por la que se instaba al Gobierno a promover un Pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero, gracias al voto en contra de los 146 senadores del Partido Popular, diversos colectivos se un¨ªan al llamamiento de Women in Black, que desde Bilbao convocaba a todas las ciudades del mundo a participar en una performance simult¨¢nea. Este 2 de octubre se unen de nuevo 24 ciudades de todo el mundo a esta acci¨®n en la que las participantes se tumban sobre la v¨ªa p¨²blica vestidas de negro, representando los cad¨¢veres de los feminicidios (30 s¨®lo en lo que va de 2015, y eso siguiendo los estrictos criterios que permiten a los casos incorporarse a las cifras oficiales).

?Y por qu¨¦ esta forma de protesta? Seg¨²n Mar¨ªa Seco y May Serrano, ide¨®logas de Women In Black, esta acci¨®n nace ¡°por la necesidad de visibilizar y concienciar al mayor n¨²mero de personas posible¡±. ¡°Los asesinatos a mujeres se han convertido en una clase de rutina con la que convivimos y la repercusi¨®n medi¨¢tica y pol¨ªtica es casi nula. Los asesinatos a mujeres son actos terroristas¡±, subrayan. Pero, entonces, ?las manis ya no se llevan? Por supuesto, y de hecho el pr¨®ximo 7 de noviembre habr¨¢ una marcha estatal que culminar¨¢ en una manifestaci¨®n en Madrid reivindicando, tambi¨¦n, la necesidad de tener en cuenta las violencias contra las mujeres. Pero las protestas pol¨ªticas se diversifican, en sus temas, y tambi¨¦n en sus formas.

Tacones rojos y boas de plumas

No es esta la ¨²nica performance feminista que se ha realizado recientemente. La artivista Yolanda Dom¨ªnguez convoc¨® una acci¨®n contra la publicidad sexista de una cadena de ¨®pticas en la que numerosas mujeres hicieron aparici¨®n en una de sus tiendas, vestidas como las mujeres del anuncio, demostrando lo inadecuado de comparar una ¨®ptica y un burdel y el proceso de cosificaci¨®n de la mujer impl¨ªcito en este mensaje.

En cuanto a la violencia de g¨¦nero, adem¨¢s de con mujeres de luto, se ha representado tambi¨¦n a trav¨¦s de zapatos rojos, ¡°abandonados¡± en la v¨ªa p¨²blica, una idea de la artista Mexicana Elina Chauvet para denunciar la situaci¨®n de violencia que viven las mujeres en Ciudad Ju¨¢rez y que ha tenido r¨¦plica en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos meses, coincidiendo con este verano sangriento.

Ahora lo que falta es que se escuche a estas mujeres. Desde luego, no ser¨¢ por falta de creatividad.