Europa ante la realidad
La UE s¨®lo podr¨¢ afrontar la crisis de los refugiados si lo hace de forma conjunta y solidaria
Hasta hace unas semanas, los europeos cre¨ªan vivir en una especie de santuario, aislados de los conflictos del mundo. Las noticias e im¨¢genes de migrantes ahogados eran espantosas, pero la tragedia que se desarrollaba al sur de Italia, Grecia y Malta parec¨ªa muy lejana. M¨¢s lejana a¨²n parec¨ªa la brutal guerra civil que devasta Siria. Su presidente Bachar el Asad lleg¨® a emplear gas venenoso y bombas de barril llenas de clavos contra la poblaci¨®n rebelde. Y a los que escapaban, les aguardaba el terror del Estado Isl¨¢mico. Cientos de miles murieron asesinados, millones de sirios huyeron; la mayor¨ªa para vivir durante a?os en campos de refugiados en Jordania, L¨ªbano o Turqu¨ªa, en condiciones deplorables y sin esperanzas de mejora.
As¨ª que en alg¨²n momento del verano, desaparecida la ¨²ltima esperanza de volver a Siria y ya sin una alternativa realista a Asad y al Estado Isl¨¢mico, miles de personas pusieron rumbo a pie a una Europa que parec¨ªa prometer un futuro de paz, libertad y seguridad. Fue entonces cuando Europa, testigo de un ¨¦xodo de proporciones b¨ªblicas, no pudo seguir ignorando los conflictos de su vecindario y tuvo que afrontar la dura realidad a la que antes parec¨ªa inmune.
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Pero Europa, vaya novedad, no estaba preparada. Carec¨ªa de herramientas civiles, diplom¨¢ticas y militares con las que contener (por no hablar de resolver) los conflictos vecinos y cuando los migrantes llegaron, la pol¨ªtica de asilo de la UE fracas¨® porque el denominado acuerdo de Dubl¨ªn III no ofrec¨ªa un mecanismo eficaz para distribuir a los refugiados entre todos los Estados miembros tras el registro inicial en los pa¨ªses fronterizos. Cuando miles de refugiados llegaron a Budapest camino de Alemania y Escandinavia, un desastre humanitario golpe¨® a las puertas, y la canciller alemana Angela Merkel tuvo que elegir: o aceptar a los refugiados o correr el riesgo de un agravamiento de la crisis en Budapest.
Es probable que si Alemania hubiera esperado dos d¨ªas m¨¢s, el desastre se hubiera producido. Merkel tom¨® la decisi¨®n, valiente y acertada, de permitir la entrada de los refugiados a Alemania. Esto la hace merecedora de respeto sincero y apoyo total, m¨¢s a¨²n vista la glacial respuesta de muchos miembros de su propio partido.
Ahora, Europa debe hacer lo posible para garantizar que la exitosa integraci¨®n de los refugiados
Merkel no fue la ¨²nica en personificar los valores humanos en estos momentos decisivos. Grupos de la sociedad civil en Alemania, Austria y otras partes se movilizaron como nunca para hacer frente al enorme desaf¨ªo. Sin la empat¨ªa activa de la opini¨®n p¨²blica, las autoridades no lo hubieran logrado. Ahora, Europa debe hacer lo posible para garantizar que la exitosa integraci¨®n de los refugiados.
El flujo de refugiados cambiar¨¢ a Alemania y a Europa. La UE solo podr¨¢ hacer frente al reto (y aprovechar la oportunidad) de integrar a los reci¨¦n llegados si lo hace de forma conjunta y solidaria. Si esta crisis rompe la unidad, las consecuencias para todos (especialmente para los refugiados) ser¨¢n graves. Lo primero y principal es establecer un nuevo sistema para la protecci¨®n efectiva de las fronteras externas. Esto incluye un mecanismo conjunto de evaluaci¨®n de las solicitudes de asilo y un mecanismo para distribuir equitativamente a los refugiados entre todos los pa¨ªses. Adem¨¢s, si la UE desea conservar sus valores centrales (incluida la supresi¨®n de las fronteras internas), deber¨¢ concentrarse en estabilizar a sus vecinos de Oriente Medio, el norte de ?frica y el este de Europa con dinero, compromiso y todo su poder, el duro y el blando.
Pero Europa no debe caer en una triste realpolitik que traicione sus valores en otros lugares. Ser¨ªa un grave error vender los intereses de Ucrania y levantar las sanciones a Rusia por la err¨®nea creencia de que se necesita la ayuda del Kremlin en Siria. No es buena idea tratar de reparar los errores del pasado cometiendo otros peores. Y claro que hay riesgo de que la crisis de los refugiados fortalezca a los partidos nacionalistas y populistas. Pero la renacionalizaci¨®n de la pol¨ªtica interna de la UE viene de mucho antes de la crisis de los refugiados. En la ra¨ªz de este fen¨®meno hay un conflicto sobre el futuro de Europa: ?regresar a un continente de naciones-Estado o avanzar hacia una comunidad de valores compartidos? Los europeos que creen en Europa deber¨¢n reunir todas sus fuerzas (y su coraje) para afrontar los tiempos que vienen.
Joschka Fischer, exministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005. Exdirigente de Los Verdes.
Traducci¨®n de Esteban Flamini.
Copyright: Project Syndicate, 2015.
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