Lecciones b¨¢sicas para vivir de la pasta de los dem¨¢s
Amanda Palmer, m¨²sica, performer y se?ora del escritor Neil Gaiman, ha logrado el sue?o de muchos: que sus fans se lo paguen todo
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3VSUZEOHE6YPBSJJMHR7MIDONM.jpg?auth=0883eed11e28b9f0b9425a3d5d1c9fc4fd5d6be374c3d9b525bcbc8df297c29b&width=414)
¡°La cuesti¨®n no es pedir, sino dejar que la gente te d¨¦". Esta curiosa filosof¨ªa de vida vertebra la trayectoria profesional de Amanda Palmer, l¨ªder del grupo de cabaret punk The Dresden Dolls, hoy embarcada en distintos proyectos, entre ellos, haber hecho de s¨ª misma un crowdfunding con patas. En 2012, se march¨® de su discogr¨¢fica (clam¨® por su "liberaci¨®n" a trav¨¦s de su blog) y pidi¨® dinero v¨ªa Internet para financiar su disco. Consigui¨® 1,2 millones de euros, convirti¨¦ndose en la artista que m¨¢s dinero ha recaudado de esta forma. Pero antes ya exist¨ªa toda una red de fans que le prestaban instrumentos, su sof¨¢ durante las giras y hasta el catering de los conciertos. Ahora est¨¢ engrosando su presupuesto con un nuevo llamamiento v¨ªa Internet que ya lleva m¨¢s de 36.000 d¨®lares en donativos, mientras promociona su libro El arte de pedir. Porque, s¨ª, lo suyo es un arte.
Ac¨®plate en casa de colegas
Nos cita en Londres, en Candem Town, en la casa de la amiga que la aloja. Y uno puede pensar que la esposa del multimillonario escritor Neil Gaiman, la artista que ha agotado las entradas de sus pr¨®ximos diez shows, puede (y deber¨ªa) pagarse un hotel. Pero la cosa no va de eso.
Baja del pedestal
"La manera en que concebimos a los artistas en esta sociedad es una mierda: subidos en un pedestal, separados de su p¨²blico", explica. Lleva una camisa larga a modo de camis¨®n. Friega las tazas sucias. Su amiga me trae un t¨¦ y me ofrece galletas. Desde luego, la situaci¨®n no es la que se esperar¨ªa de una cantante que ha tocado en estadios y acumula m¨¢s de un mill¨®n de fans en Twitter. "Pero los medios nos hacen creer que un artista es un ser especial, y eso nos perjudica. T¨², por ejemplo, escribes, ?eres artista! Pero si, en vez de en un peri¨®dico lo hicieras en un blog, no tendr¨ªas la misma autoridad. ?Menuda chorrada!".
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TBXLFZHAXHZASMNLULTLXGWGJE.jpg?auth=20cf718838372c70bf0fce9aa93fd0f132bcb2f043cce424145f33326e91daee&width=414)
Toma Internet, es tuyo
Antes de firmar por un gran sello, fue durante a?os "la novia de dos metros", un mimo vestido de boda que daba flores a quien le echara monedas. "?Y la gente pensaba que eso no era un trabajo!". Con Internet volvi¨® la artista callejera que lleva dentro. ¡°Gracias a la red, a la gente se le est¨¢ quitando la verg¨¹enza con esto de pedir favores. Y est¨¢ cambiando la forma de medir el ¨¦xito. Triunfar no es hacerse rico, es poder vivir de tu arte".
Responde a tus seguidores
![Portada de 'El arte de pedir', la receta de Amanda Palmer para vivir de prestado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YI6YTVXICWS72OKOGT5AJNBJ5M.jpg?auth=eeb0ed3906f5dd1df6aa8c4e26dadfc0083ebcec6b7433afc8c31c5458e585f8&width=414)
Mientras se explica, responde en su Facebook a dos fans que se han quedado sin entradas. "Necesito comunicarme directamente con ellos. Es la clave de todo. Cuando empec¨¦ a escribir el libro les ped¨ª que me relataran sus historias. Muchos me contaban que les daba verg¨¹enza pedir aumentos de sueldo. ?Y llevaban a?os en el mismo puesto! Por cierto, ?t¨² necesitas entradas?".
V¨¦ndelo todo (incluso tu piel)
Con esta mezcla de cercan¨ªa y di¨¢logo directo ¨Cque incluye desde un consultorio en su blog y abrazos posconcierto hasta ofrecerse desnuda para que el p¨²blico le escriba mensajes sobre la piel¨C, Amanda ha conseguido vivir de ofrecer su arte a cambio de la voluntad. "Pero no lo puede hacer todo el mundo. Si PJ Harvey o Nick Cave me pidieran consejo, les dir¨ªa que no lo intentaran. Vale, habr¨ªa quien pagar¨ªa, pero no son gente transparente. Si eres un desconocido, hazlo, ?pero entr¨¦gate a cambio!".
Se ofrece a llevarme a alg¨²n lado de camino a su actuaci¨®n. Le digo que me han robado la cartera y me espera una amiga abajo para prestarme dinero. Se r¨ªe, "?ves? Pues lo m¨ªo es lo mismo". Me ha convencido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.