Descifrar los enigmas del cerebro
Entrevista a Mar¨ªa Teresa Miras, experta en enfermedades neurodegenerativas
Tiene ante s¨ª una tarea nada f¨¢cil ¨Ccomprender el funcionamiento del sistema nervioso¨C, pero lo primero que queda claro tras dos horas de charla con Mar¨ªa Teresa Miras-Portugal es que, a ella, energ¨ªa para intentarlo no le falta. Esta cient¨ªfica gallega de 67 a?os, experta en neurociencia y una de las pocas mujeres acad¨¦micas del pa¨ªs, busca desentra?ar los secretos m¨¢s b¨¢sicos de las neuronas para repararlas, protegerlas frente al envejecimiento y luchar contra enfermedades como el alzh¨¦imer. En su laboratorio en la Facultad de Veterinaria de la Complutense, la cient¨ªfica se entusiasma cuando explica los proyectos en los que anda metida, se acalora al analizar los problemas de la Universidad y se muestra relativamente optimista con el avance de las mujeres en el duro mundo de la ciencia.
Dedicarse a la investigaci¨®n en Espa?a ya es dif¨ªcil, y para las mujeres, a¨²n m¨¢s. ?C¨®mo lidia con esto? Siempre digo que pertenezco a una extra?a raza de supervivientes. Las mujeres necesitamos m¨¢s tiempo para conseguir lo mismo que los varones. En primer lugar, no solemos tener acceso a lo que se llama pasilleo, foros en los que se suelen relacionar los hombres. Nunca me han interesado esos c¨ªrculos. Ni para tomar un caf¨¦. No s¨¦ de d¨®nde saca tiempo la gente, con el trabajo que hay. A las mujeres nos es m¨¢s dif¨ªcil conectar, y eso nos ha perjudicado. En segundo lugar, las madres tenemos que hacer equilibrios. En Francia, donde resid¨ª algunos a?os, tuve a mi segundo hijo. Era muy dif¨ªcil cuidar a un beb¨¦ y hacer horas y horas de laboratorio. Y eso que all¨ª los horarios eran, ya entonces, m¨¢s racionales que en Espa?a. He sobrevivido compitiendo solo con mi mente. Pero hay mujeres que se preguntan si vale la pena. Algunas hacen examen de conciencia y ven que no les compensa. Lo entiendo. M¨¢s que de techos de cristal, yo hablo de techos de raz¨®n.
Est¨¢ muy lejos del perfil de la mujer que estudiaba Farmacia en los a?os sesenta, cuando abrir una botica era una forma habitual entre las familias acomodadas de situar a una hija en un buen puesto. Jam¨¢s pens¨¦ en dedicarme a eso. Desde peque?a me gustan las plantas y los bichos. Mi padre aprovechaba para regalarme todo tipo de libros relacionados con eso.
Es dif¨ªcil conciliar cuando tienes que echar horas en un laboratorio
A pesar de que esa carrera ha sido desde hace a?os mayoritariamente femenina, no ha habido una mujer al frente de la Real Academia de Farmacia hasta 2007. Y repiti¨® mandato, hasta 2013. Mi ?experiencia en la instituci¨®n ha sido ?excelente. Pero ser mujer en el mundo ?cient¨ªfico es duro. Rosalind Franklin es un ejemplo. Sus experimentos fueron ?imprescindibles para conocer el ADN, pero falleci¨® a?os despu¨¦s sin ning¨²n reconocimiento. Ella dec¨ªa que, aunque nos hac¨ªan pensar que la ciencia era algo terrible, ?alejado de la realidad, que solo pueden hacer los hombres, lo cierto es que ciencia y mundo real son lo mismo.
?Qu¨¦ avances ha visto a lo largo de su carrera? He tenido que pelear mucho. Es verdad que yo no me desanimaba f¨¢cilmente. Ni me echaba a llorar, ni daba marcha atr¨¢s. Aceptaba las cosas como ven¨ªan. Estudi¨¦ Farmacia, me fui a Francia con mi marido a hacer la tesis y cuando volv¨ª mi Facultad era diferente a otras. Ya hab¨ªa muchas mujeres y fuimos ocupando puestos tradicionalmente de hombres. En 1920, un 20% de los licenciados en Farmacia eran mujeres. A partir de 1945, el porcentaje subi¨® al 60%, y en ese nivel se ha estabilizado.
El 67% de los europeos creen que las mujeres no tienen capacidad para acceder a puestos cient¨ªficos de alto nivel, seg¨²n una encuesta reciente. ?A qui¨¦n han preguntado? Tonter¨ªas. Luego, ?qui¨¦n echa las cuentas en casa? A cualquier mujer que estuviera al frente del Ministerio de Hacienda no se le iba a escapar ni una.
?Pelean tanto las mujeres j¨®venes de ahora como lo hizo usted? Hay derechos adquiridos y nadie nos los va a quitar. Hay m¨¢s mujeres en la Real Academia, por ejemplo. Pero las mujeres somos muy listas y nos planteamos qu¨¦ esfuerzos valen la pena. A m¨ª, el tiempo que le dedico a la Academia me compensa, me enriquece. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa si tuviera nietos? ?Si pudiera ir a recogerlos al conservatorio o llevarlos al cine, o al laboratorio¡? Pues ya ver¨ªamos. No es tan simple. Hay que plantearse las cosas desde un punto de vista vital, y eso es importante.
Mar¨ªa Teresa Miras-Portugal
Naci¨® en O Carballi?o (Ourense) en 1948. Su afici¨®n por las plantas y, como ella dice, ¡°los bichos¡± la llev¨® a estudiar Farmacia y residir un tiempo en Francia, donde se doctor¨®. Lleva 44 a?os investigando y 40 dando clase, desde 1986 como catedr¨¢tica de Bioqu¨ªmica y Biolog¨ªa Molecular en la Facultad de Veterinaria de la Complutense. Tiene en su haber tres patentes, 220 trabajos de investigaci¨®n publicados en revistas de alto impacto y 6.000 citas. En 2007 se convirti¨® en la primera mujer al frente de una Real Academia, la de Farmacia, desde el nacimiento de estas instituciones en el siglo XVIII. La presidi¨® hasta 2013. En 2012 pilot¨® al equipo de asesores de Rajoy para la reforma de la Universidad.
?Es posible conciliar en ciencia? Es muy dif¨ªcil en los proyectos que exigen presencia en el laboratorio, en los que hay que echar horas y horas. Esto, unido a que las condiciones laborales son precarias, hace que cantidad de investigadoras no tengan descendencia o, como mucho, un hijo. Est¨¢ pasando algo similar a lo que sucedi¨® en la Edad Media y m¨¢s tarde, cuando Espa?a ten¨ªa el imperio. La mayor¨ªa de los estudiosos eran religiosos y no ten¨ªan descendencia. Eran los mejor formados, pero no ten¨ªan una prole a la que educar. En cambio, en los pa¨ªses protestantes, que permit¨ªan a los cl¨¦rigos casarse, tuvieron una descendencia extraordinariamente culta. A?os despu¨¦s, esos hijos hicieron grandes descubrimientos en ciencia. Aqu¨ª no. Esa estructura contribuy¨® a que no haya habido una gran preocupaci¨®n por la educaci¨®n en Espa?a, que no se haya ampliado a otros estratos de la poblaci¨®n fuera de la ¨¦lite. Salvando las distancias, ahora pasa algo parecido. Hay mujeres muy listas y trabajadoras, capaces de un sacrificio enorme, que no est¨¢n teniendo descendencia. Eso empobrece nuestra sociedad. Mientras tanto, en los pa¨ªses anglosajones tienen m¨¢s hijos y los padres son m¨¢s j¨®venes. Cuanto m¨¢s tardas en procrear, m¨¢s posibilidades hay de infertilidad, o de complicaciones en el embarazo, o tienes menos energ¨ªa para reprenderlos, para darles cari?o¡, en definitiva, para educarlos.
Dicen los genetistas que los beb¨¦s que nacen ahora vivir¨¢n m¨¢s de cien a?os. ?Estamos obsesionados con retrasar el envejecimiento? El problema es c¨®mo voy a vivir a partir de los 80, de los 90. O c¨®mo van a ser las pensiones en esa ¨¦poca. Creo que vamos a tener una esperanza de vida mayor, pero el problema es tener calidad de vida. No me valdr¨ªa la pena una vida dependiente. Preferir¨ªa estar en plenitud hasta los 90 y luego decir hasta luego. Curiosamente, los centenarios espa?oles actuales son gente que lo ha pasado muy mal ¨Cguerras, restricciones cal¨®ricas impresionantes¨C y que, a pesar de todo, han tenido ese esp¨ªritu y esa mente luchadora y decisiva.
El aumento de la esperanza de vida ha tra¨ªdo consigo las enfermedades neurodegenerativas, que son su especialidad. ?Habr¨¢ cura para el alzh¨¦imer? Los neuropsiqui¨¢tricos y neurodegenerativos son los dos grandes enigmas del cerebro. Falta conocimiento b¨¢sico. Hasta los directores de los grandes institutos estadounidenses est¨¢n diciendo que se da demasiada financiaci¨®n a proyectos que afirman que van a curar el ?alzh¨¦imer, el p¨¢rkinson o la esclerosis lateral amiotr¨®fica, y que hay que empezar a pre?ocuparse de rellenar con ciencia b¨¢sica todo lo que falta para abordar de una manera inteligente estas enfermedades. En realidad, no sabemos casi nada. Es verdad que podemos diagnosticar el alzh¨¦imer y ver la progresi¨®n. Sin embargo, salvo en el 1% de casos que se deben a herencia familiar, no sabemos la verdadera causa. Tampoco sabemos qu¨¦ hace que los enfermos sufran depresi¨®n, pierdan esa capacidad de interaccionar con el mundo y no se interesen realmente por nada. En los pr¨®ximos a?os creo que la ciencia se va a volcar en la llamada neuroprotecci¨®n, con el objetivo de prevenir. Y estamos trabajando en c¨®mo mantener la capacidad del sistema nervioso de autorrepararse. Si se halla un tratamiento, no va a salir de nada relacionado con las investigaciones dominantes actuales. Surgir¨¢ de alguna investigaci¨®n b¨¢sica que, por casualidad, descubra algo nuevo.
No veo yo tanta excelencia. A ver, ?d¨®nde est¨¢n los premios Nobel?
?La vida estresante de la actualidad nos perjudica a¨²n m¨¢s? S¨ª, pero ese estr¨¦s no te da alzh¨¦imer. Te da neurosis¡
En estos tiempos convulsos, ?los nervios sufren? En tiempos de crisis, claro que sufrimos. Hay m¨¢s estr¨¦s, porque prevemos lo que puede pasar. Tenemos circuitos capaces de evaluar lo que es peligroso. El miedo nos ha mantenido a los humanos en multitud de situaciones l¨ªmite. Es un mecanismo natural.
La crisis ha golpeado a las universidades y a la investigaci¨®n con mucha virulencia. Los que m¨¢s han padecido han sido los investigadores modestos con proyectos peque?os. Cortarles la financiaci¨®n tiene efecto sobre m¨¢s gente, porque los equipos que conseguimos gracias a esos proyectos est¨¢n tambi¨¦n al servicio de la formaci¨®n de nuestros alumnos. No se puede financiar solo a la ¨¦lite.
Defina ¨¦lite. Eso digo yo. ?A qu¨¦ llamamos ¨¦lite? ?Qu¨¦ es excelencia? No veo yo tanta excelencia. A ver, ?d¨®nde est¨¢ el premio Nobel? Espa?a solo ha tenido dos Nobel de ciencias, Ram¨®n y Cajal y Severo Ochoa. De muchos de esos peque?os proyectos que comentaba salen los innovadores. Tenemos que darles un peque?o empuje.
La excelencia es la palabra de moda. Acabo de leer un art¨ªculo en una revista inglesa muy interesante. ?Excelencia o sin sentido?, se titula. Cuenta que cuando Thatcher recort¨® los fondos para la Universidad, dijo que ten¨ªan que ir para la excelencia. Lo que realmente pas¨® fue que concentraron el dinero en pocos sitios, arruinaron otros, y la ciencia no mejor¨®. Adem¨¢s, ?c¨®mo se eval¨²a la excelencia? Si es por experiencia, yo tengo 67 a?os, con lo cual he acumulado un mont¨®n de art¨ªculos, etc¨¦tera. He peleado en todos los rincones. Porque soy muy peleona. La gente, cuanto m¨¢s mayor, m¨¢s bagaje tiene y m¨¢s excelente es. Pero eso, ?qu¨¦ te est¨¢ diciendo del futuro? ?No ser¨¢ que est¨¢s premiando solo el pasado? Tiene que haber un equilibrio. Hay que hacer un esfuerzo enorme por los j¨®venes, por incorporarlos a la investigaci¨®n, a la Universidad, a las empresas. Si no, desaparecemos.
El Gobierno llama movilidad a la fuga de cerebros. ?Est¨¢ de acuerdo? Los j¨®venes deben conocer mundo. Pero no regalar sus ideas sin m¨¢s. Que guarden un poco para cuando vuelvan a casa. Esos cerebros j¨®venes ¨Cfrescos, frescos, como una patata frita crujiente¨C se van al extranjero dispuestos a todo. Pero hay que reservarse. Porque los hemos preparado nosotros, incluso sacando dinero de nuestros proyectos para formarlos. Lo que no hemos hecho nosotros ha sido incorporar a gente de fuera. Cuando cay¨® el tel¨®n de acero, de Europa del Este salieron matem¨¢ticos y f¨ªsicos fuera de serie. ?Espa?a no contrat¨® a ninguno! El resto de Europa y Estados Unidos se llevaron a los mejores cerebros. ?Aqu¨ª no! Aqu¨ª las matem¨¢ticas no nos interesan. Luego llega la factura de la luz y ni dios sabe leerla. Ni tenemos los recursos para exigir a las empresas que lo hagan de forma que se entienda. Si por m¨ª fuera, en el ¨²ltimo a?o de bachillerato se ense?ar¨ªa a los alumnos a descifrar la factura de la luz.
?Qu¨¦ es excelencia entonces? La excelencia es tener un profesorado respetable y respetado, con programas claros y unas coordenadas principales, que son las ciencias y el lenguaje. Las ciencias moldean la cabeza y obligan a pensar de modo racional. Yo no quiero gente que no piense de manera racional. El lenguaje es b¨¢sico, porque hay que entenderse. Los alumnos tienen que hablar espa?ol perfectamente y otro idioma. Con eso es suficiente. El resto, basta con estimular su curiosidad para que lean, para que vean.
En 2012 presidi¨® el comit¨¦ de expertos que, a petici¨®n del entonces ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, realiz¨® un informe con propuestas para reformar la Universidad. El personal docente era clave. Necesitamos un sistema de contrataci¨®n m¨¢s flexible y que se valore a los docentes por lo que pueden aportar, por su creatividad. En este departamento, por ejemplo, hace 10 a?os que no ha entrado ni un solo profesor nuevo. Yo trabajo, s¨ª, mucho, pero tengo una edad en la que deber¨ªa estar formando a otros. Nos estamos haciendo todos mayores. ?Qu¨¦ hacemos? O hay renovaci¨®n, o no la hay. Adem¨¢s, casi el 60% de los profesores no investigan ni publican. Sobre todo en Humanidades. Si quisi¨¦ramos contratar a un Nobel, no podr¨ªamos. Como mucho, habr¨ªa alg¨²n dinerillo por ah¨ª para que diera unas charlas. Eso no puede ser.
El informe ha quedado en nada¡ Creo que hicimos un buen informe. Hay que hacer un esfuerzo en la especializaci¨®n de los centros y en los procesos de selecci¨®n del profesorado. Es que los docentes son fundamentales. En infantil, primaria, bachillerato, universidad¡, o tienes un profesorado de primera, o no emocionas al alumno. Tambi¨¦n hay que racionalizar los recursos. No puede ser que yo tenga 140 alumnos en clase y haya grados con dos estudiantes.
Hay que hacer un esfuerzo en la especializaci¨®n de los centros y en los procesos de selecci¨®n del profesorado
?C¨®mo combatir la endogamia? Se habla de endogamia si una persona hizo la tesis en un sitio y luego, pasados los a?os, vuelve. Yo no hablar¨ªa as¨ª. Acabamos de recuperar a un joven que viene de Alemania que hizo aqu¨ª la tesis y ha vuelto cinco a?os despu¨¦s como Ram¨®n y Cajal, con nuevas ideas y t¨¦cnicas. Viene revolucionario. Eso es renovaci¨®n, no endogamia. Yo llamo endogamia a aquellos que se quedan, que no se mueven y que adem¨¢s no hacen nada. Si una persona tiene un curr¨ªculo, tiene mi respeto. Y tampoco hay que dar la vuelta al mundo. En Espa?a hay equipos de investigaci¨®n estupendos. Tampoco hay que descapitalizarse para mandar a gente fuera. Si fuiste a Harvard y vienes despu¨¦s de tres a?os sin traer nada, pues para m¨ª como si fuiste a rezar el rosario.
?Deber¨ªa ser gratis la Universidad? Lo gratuito no se valora. Hay que dar bastantes becas para los alumnos en primero. Pero, eso s¨ª, luego se les tiene que exigir. Adem¨¢s, no puede haber becas para todos por igual. Hay que plantearse qu¨¦ necesita este pa¨ªs: ?m¨¦dicos, ingenieros de qu¨¦ tipo, ingenieros de fontaner¨ªa y materiales de fontaner¨ªa? Somos deficitarios de los grandes torneros y de cantidad de oficios. Pong¨¢mosle a eso un grado y demos becas.
Pero las becas no dan para vivir. Los estudiantes que tienen que trabajar disponen de menos tiempo para estudiar. ?Se les puede exigir lo mismo? Las becas son muy poca cosa. Es verdad que son miserables. Eso ha sido as¨ª toda la vida. Se podr¨ªan subir, por supuesto. Pero si el estudiante no aprueba nada, no puede seguir benefici¨¢ndose de ellas. Una cosa es que tenga que trabajar y otra cosa es que de las seis o siete asignaturas haya aprobado una entre junio y septiembre.
?Qu¨¦ opina de la gesti¨®n de Wert? Creo que defendi¨® cosas buenas, como centrarse en la ciencia y la lengua. El problema es que no supo pactar. Tampoco me parec¨ªa mal la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Y creo que la cuesti¨®n religiosa debe permanecer en el entorno afectivo y familiar, dado que vivimos en un Estado aconfesional.
elpaissemanal@elpais.es
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