Baila, Moscovici, baila
Los presupuestos del Gobierno, ¨¦sos que se han presentado a Bruselas y que se aprobar¨¢n en Espa?a, son una forma de ahorrarse el programa electoral
La recuperaci¨®n econ¨®mica ha llegado a Bruselas en forma de unos presupuestos felices en los que se bajan los impuestos y se sube el gasto. Para confirmar las expectativas econ¨®micas el Gobierno ha adjuntado a la Comisi¨®n Europea las im¨¢genes de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa bailando. A ver qui¨¦n nos dice que no. En el documento presentado se desglosan las diferentes partidas de los ministerios, el objetivo de d¨¦ficit y la canci¨®n de inicio de El Hormiguero con una coreograf¨ªa espectacular (¡°uno, dos, patada¡±), que ha puesto Bruselas a temblar. ?Qu¨¦ pa¨ªs con el d¨¦ficit en entredicho mandar¨ªa a su vicepresidenta a bailar a un programa de televisi¨®n? ?A qui¨¦n va a hacer caso la Comisi¨®n, a su comisario de Asuntos Econ¨®micos, se?or Moscovici, o a Pablo Motos, que estaba all¨ª?
A las cifras hay que ponerles caras, emociones y piel, tal y como dijo Floriano, que va camino de ser el Zubizarreta del Bar?a contemplando su obra desde el sof¨¢. El discurso del Gobierno consiste en dejar de explicar los ¨¦xitos econ¨®micos con tablas de excel y ponerles historias humanas que hagan reparar a la sociedad en que la recuperaci¨®n ha llegado. No hay mejor s¨ªntoma para eso que un baile en prime-time, si bien hubiera sido m¨¢s alentador que bailase un se?or reci¨¦n llegado a la clase media. Claro que la clase media poscrisis empieza a ser como el centro pol¨ªtico cuando Aznar quiso asaltarlo: de d¨®nde vendr¨¢n que tardan tanto, dijo Guerra. Y si se tarda en llegar desde la clase baja lo que debe de ser desde la alta. Lo acaba de intentar Yolanda Barcina, que ha dejado la pol¨ªtica para volver a tener ingresos normales pero se le ha cruzado el amor por el camino: ha encontrado un puesto en Telef¨®nica en el que no ha tenido nada que ver su pareja, Manuel Pizarro. La derecha siempre dando lecciones de confluencia.
Los presupuestos del Gobierno, ¨¦sos que se han presentado a Bruselas y que se aprobar¨¢n en Espa?a, son una forma de ahorrarse el programa electoral. Lo sospecha la Comisi¨®n Europea, que ve electoralismo con la misma fortuna que el ni?o en ocasiones ve muertos, y ya han avisado desde all¨ª que el d¨¦ficit se va a incumplir este a?o y el siguiente. Que la vicepresidenta, dice Moscovici, deber¨ªa haber bailado un fado. Pero en cualquier caso los ajustes que se deban hacer no tendr¨¢ que hacerlos este Gobierno sino el que salga del 20-D. Se consigue pasar as¨ª de la herencia recibida a la herencia fabricada; del despido en diferido a los recortes como spoiler.
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