Cuesti¨®n de identidades

En un art¨ªculo escrito en 1913 e incorporado despu¨¦s a su libro Andanzas y visiones espa?olas, Miguel de Unamuno cuenta una de sus visitas a ¡°la regia ciudad de Le¨®n¡±, cabeza del reino del mismo nombre, y al recordar la estrecha relaci¨®n hist¨®rica que mantuvo con el reino de Castilla, escribe: ¡°Y tan ¨ªntima y fuerte fue la uni¨®n de ambos reinos, que los leoneses no tienen empacho alguno en llamarse y dejarse llamar castellanos¡±.

No dir¨ªa yo que esa situaci¨®n se mantiene hoy, a juzgar por las quejas que me han llegado ¨²ltimamente denunciando errores de identificaci¨®n entre lo castellano y lo leon¨¦s.

El ¨²ltimo de estos correos me lo ha enviado un suscriptor, Maximino del Rey, molesto porque en una cr¨®nica de Deportes se le llamaba a Vicente del Bosque ¡°castellano viejo¡±. ¡°No es castellano porque ha nacido en Salamanca¡±, nos correg¨ªa.

Salamanca perteneci¨® al reino de Le¨®n. ¡°O m¨¢s bien¡±, precisa Unamuno en el art¨ªculo mencionado, ¡°por esta provincia cruzaba la frontera entre ambos reinos [el de Le¨®n y el de Castilla]¡±. Lo que quiz¨¢s explica ¡ªque no disculpa¡ª la confusi¨®n al referirse a un salmantino como Del Bosque. Lo correcto es decir que el entrenador de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol es castellano-leon¨¦s, porque Salamanca pertenece hoy a la comunidad aut¨®noma de Castilla y Le¨®n.

Castilla y Le¨®n re¨²ne a provincias
de dos antiguas regiones,
Castilla la Vieja y Le¨®n

Tambi¨¦n he recibido quejas por la menci¨®n que se hac¨ªa a Le¨®n como ¡°ciudad castellana¡±, en una informaci¨®n sobre la llegada del AVE a esta capital. Carlos Javier Salgado me escribi¨® un mensaje en el que, adem¨¢s de se?alar que el calificativo es err¨®neo, a?ad¨ªa: ¡°Y es que, pese a estar integrada actualmente en la comunidad aut¨®noma de Castilla y Le¨®n, ¨¦sta es fruto (como recoge su propio Estatuto) de la uni¨®n en 1983 de dos regiones preexistentes: Le¨®n (formada por las provincias de Le¨®n, Salamanca y Zamora) y Castilla la Vieja. De tal forma, la propia denominaci¨®n de esta autonom¨ªa, formada por dos nombres separados por una ¡®y¡¯ (conjunci¨®n copulativa), denota la dualidad regional de la misma y que, pese a compartir estructuras administrativas, ni lo leon¨¦s se ha convertido en castellano ni viceversa¡±.

Muy parecidos eran los argumentos que me hab¨ªa expuesto en un correo anterior Luis L¨®pez Varona, tras tropezarse en las p¨¢ginas del diario con el siguiente titular: Rivera mira a las dos Castillas para reforzarse en las generales. ¡°La expresi¨®n las dos Castillas omite de un zarpazo a Le¨®n. Le¨®n no es ni ha sido parte de Castilla, aunque a lo largo de la historia se ha unido a ella en varias ocasiones¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Si a un segoviano o soriano se le dice que es leon¨¦s, contestar¨¢ que no, que es castellano. Pues lo mismo nos ocurre a los leoneses cuando nos dicen que somos castellanos. No, somos leoneses, o como mucho castellano-leoneses pero no castellanos, por supuesto, sin ning¨²n tipo de desprecio a los castellanos¡±.

L¨®pez Varona dejaba claro que su queja no respond¨ªa a ¡°una cuesti¨®n de nacionalismos (una m¨¢s). No, se trata simple y llanamente de una cuesti¨®n de cultura, tanto de historia como de geograf¨ªa¡±.

Los lectores tienen raz¨®n. Como explica el escritor leon¨¦s Julio Llamazares, columnista de EL PA?S: ¡°Independientemente de lo que uno piense de la autonom¨ªa castellano-leonesa, que, como todos sabemos, fue impuesta por los partidos pol¨ªticos (en ning¨²n momento se le pregunt¨® a la gente), lo que est¨¢ claro es que, como su nombre indica, es la uni¨®n de dos regiones preexistentes: Castilla la Vieja (lo que qued¨® de ella tras independizarse de las antiguas provincias de Santander y Logro?o, hoy Cantabria y La Rioja) y Le¨®n. Por lo tanto, o se utiliza el t¨¦rmino administrativo castellano-leon¨¦s para todos o a los habitantes y las ciudades de la antigua Castilla la Vieja se les llama castellanos y a los del Reino de Le¨®n leoneses, en especial a los de la provincia de Le¨®n, que no s¨®lo nunca fueron castellanos, sino que mayoritariamente se oponen, como indican todas las encuestas, a la autonom¨ªa actual. Para entendernos: aunque Catalu?a y Arag¨®n hubieran sido unidas en una sola autonom¨ªa heredera de la Corona de Arag¨®n, los de Barcelona seguir¨ªan siendo catalanes y los de Zaragoza aragoneses¡±.