Tres futuros para Catalu?a
Podemos preguntarnos c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª; m¨¢s urgente parece preguntarse qu¨¦ va a ocurrir
No me lo esperaba. Me refiero al resultado de las ¨²ltimas elecciones catalanas: no me lo esperaba. Dijeran lo que dijeran las encuestas, hasta el ¨²ltimo momento pens¨¦ que saltar¨ªa la sorpresa y el sentido com¨²n acabar¨ªa imponi¨¦ndose. Me equivoqu¨¦: yo cre¨ªa que Catalu?a no es como es. Claro que los independentistas han ganado en esca?os y no en votos, pero eso no anula lo esencial, y es que antes de las elecciones hab¨ªa en el Parlamento catal¨¢n menos de un veinte por ciento de diputados independentistas y ahora hay m¨¢s de un cincuenta por ciento. Nos guste o no, es un cambio descomunal. Podemos preguntarnos c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª y qui¨¦nes son los responsables; m¨¢s urgente me parece preguntarse, sin embargo, qu¨¦ va a ocurrir en adelante.
Apenas una semana despu¨¦s de las elecciones catalanas, desde el punto de vista del Gobierno espa?ol yo s¨®lo vislumbro tres posibilidades, suponiendo, claro est¨¢, que Rajoy gane las pr¨®ximas elecciones, cosa no improbable, y que Mas sea capaz de formar Gobierno, cosa que ahora mismo parece complicada. La primera consiste en que el Gobierno espa?ol finja que en Catalu?a no ha pasado nada, que lo ¨²nico que hay que hacer es aplicar la ley a rajatabla y que la ley, que est¨¢ para cumplirse, no est¨¢ tambi¨¦n para cambiarse cuando la realidad cambia; veros¨ªmilmente, esto no har¨¢ m¨¢s que enconar el problema, lo que puede llevar a una situaci¨®n muy dif¨ªcil, si no inmanejable. La segunda posibilidad consiste en que el Gobierno espa?ol haga a los catalanes una propuesta de reformas legales, con el m¨¢ximo apoyo de los partidos pol¨ªticos, para que los catalanes podamos votarla en una consulta que repare el tremendo error que supuso, de principio a fin ¨Cdesde su concepci¨®n y gestaci¨®n hasta la ratificaci¨®n en refer¨¦ndum y posterior sentencia correctora del Tribunal Constitucional¨C, la historia del Estatut (es falso que esa desdichada historia sea la ¨²nica causa de la situaci¨®n actual, pero tambi¨¦n es falso que no sea una causa m¨¢s, y no desde?able); aunque los independentistas radicales no aceptar¨ªan esta soluci¨®n, todas las encuestas dicen que es la preferida por los catalanes, incluidos muchos independentistas de circunstancias. La tercera posibilidad consiste en promulgar una ley que permita la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum legal y pactado, al modo de la Ley de Claridad canadiense (una soluci¨®n a la que apunta por cierto la ¨²ltima sentencia del Tribunal Constitucional sobre Catalu?a de 25 de marzo de 2014); esta soluci¨®n podr¨ªa constar de cuatro pasos. Primero: una reforma constitucional que elimine los obst¨¢culos legales para el refer¨¦ndum, empezando por la reforma del art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n. Segundo: la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de independencia con reglas claras (siguiendo la doctrina del Tribunal Supremo canadiense en que se basa la Ley de Claridad, este refer¨¦ndum no supondr¨ªa la p¨¦rdida de soberan¨ªa de los espa?oles sobre su territorio: estos, simplemente, se la ceder¨ªan por un tiempo a los catalanes para que decidieran sobre su permanencia en Espa?a). Tercero: si el apoyo a la independencia ganase por una mayor¨ªa suficiente, se iniciar¨ªan las negociaciones entre el Gobierno catal¨¢n y el espa?ol para llegar a un acuerdo sobre las condiciones concretas de la separaci¨®n. Cuarto: una vez conseguido ese acuerdo, deber¨ªan ratificarlo en refer¨¦ndum todos los ciudadanos espa?oles, quienes de este modo no perder¨ªan la soberan¨ªa sobre el conjunto de su pa¨ªs.
Estas son las tres posibilidades que en este momento atisbo. La primera es la peor, pero, si el PP sigue en el poder, la m¨¢s probable: una salida falsa. La segunda no s¨®lo es una verdadera salida: a corto plazo, quiz¨¢ es la mejor (o la menos complicada); tambi¨¦n es muy improbable con el PP en el Gobierno. En cuanto a la tercera, es verdad que es larga y azarosa y que deber¨ªa contar con el acuerdo de la UE; pero, si se hace bien, puede ser la m¨¢s segura y duradera para todos, adem¨¢s de la preferible para quienes, como un servidor, aspiramos a la disoluci¨®n pol¨ªtica de los Estados y a depender cada vez m¨¢s de una Europa federal o confederal. Mientras llega ese momento, si Espa?a no es capaz de ofrecernos a todos ¡°un proyecto sugestivo de vida en com¨²n¡± ¨Cpor decirlo con la consabida f¨®rmula de Ortega¨C, Espa?a no merece la pena.
elpaissemanal@elpais.es
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