Donna Karan desvela su oculta y tumultuosa vida

Frente a las excentricidades de dise?adores como Marc Jacobs o la adicci¨®n a los clubes nocturnos de personajes como Halston o la propia Diane von Furstenberg, Donna Karan siempre ha representado el lado discreto y eficiente de la moda americana, tanto en su propia figura como en sus creaciones. Por eso cuando anunci¨® su retirada hace pocos meses, Karan, de 67 a?os, protagoniz¨® un traspaso de poderes sin sobresaltos (su marca joven, DKNY, ahora est¨¢ en manos del joven d¨²o creativo Public School) y decidi¨® centrarse en su gran pasi¨®n: el yoga y la vida saludable. A nadie le sorprendi¨®, obviamente. Pero Karan se guardaba un as en la manga: un libro de memorias, My journey, a punto de publicarse en Estados Unidos y que ella misma ha definido como "una historia de nacimiento y muerte, de p¨¦rdida y constante renovaci¨®n". Se ha quedado muy corta.

Porque, la que fuera creadora del power dressing, modista de cabecera de Hillary Clinton y de las norteamericanas m¨¢s poderosas (de Oprah a Susan Sarandon) ocultaba tras los focos una vida m¨¢s que tumultuosa. Se cri¨® en el seno de una familia?desestructurada, con una madre ausente y adicta a las pastillas y una cohorte de ni?eras conflictivas. Despu¨¦s llegar¨ªa su trabajo a las ¨®rdenes de la dise?adora Anne Klein, las fiestas, las depresiones, y el consecuente despido por considerarla "una dise?adora demasiado ansiosa y neur¨®tica". Decidir¨ªa crear su propia ense?a, Donna Karan.

Pero el ¨¦xito de sus trajes de chaqueta crec¨ªa al mismo tiempo que lo hicieron sus problemas personales. Baste un ejemplo; la noche antes de casarse con su marido, Mark Karan, Donna estaba acost¨¢ndose con el artista Stephan Weiss en el apartamento de la novia de este. Solo 15 a?os despu¨¦s, decidieron dejar a sus respectivas parejas y formalizar su relaci¨®n. "Decis¨¦is a?os y medio despu¨¦s de conocer a mi media naranja, el amor de mi vida, nos casamos", confiesa la dise?adora en el libro.

Adicta a los terapeutas y v¨ªctima de ansiedad y otros trastornos durante casi toda su vida, en la historia de Karan y su emporio textil solo existe una relaci¨®n personal s¨®lida, p¨²blica y duradera: la que la dise?adora mantiene con Barbra Streisand (quien precisamente escribe el pr¨®logo del libro). "Tuve que sentarme y tomarme un Valium cuando supe que iba a conocerla", relata. As¨ª comenz¨® una amistad entre musa y dise?adora que a¨²n perdura. "Es la persona m¨¢s desorganizada y dispersa que he conocido en mi vida", escribe Streisand en las primeras p¨¢ginas. Porque la moda y sus protagonistas nunca son lo que parecen. Y este es el mejor ejemplo.?