Adi¨®s, Artur Mas

Por m¨¢s que la reacci¨®n del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la resoluci¨®n rupturista-independentista de dos grupos parlamentarios catalanes haya sido tard¨ªa; por m¨¢s que su contribuci¨®n al encauzamiento de la cuesti¨®n catalana desde el Estatut de 2006 haya sido insuficiente; por m¨¢s que su cat¨¢logo de propuestas y actitudes para engarzar alg¨²n tipo de di¨¢logo sea pobre... Por m¨¢s que suceda todo eso y mucho m¨¢s, nada es comparable ni sim¨¦trico al intento de golpe insurreccional (a¨²n en ciernes) contra el Estatuto y la Constituci¨®n que est¨¢n protagonizando Artur Mas y sus socios.

Con la firma de la propuesta de resoluci¨®n parlamentaria pactada con la formaci¨®n de raigambre abertzale CUP, que la inspir¨® hasta el ¨²ltimo detalle, el l¨ªder de Converg¨¨ncia ha firmado la ¨²ltima acta de la destrucci¨®n de su partido como protagonista del catalanismo moderado.

Mas sabe que esa propuesta es abiertamente subversiva, porque atenta contra la regulaci¨®n de la reforma del Estatuto y contra la integridad territorial que solemniza la Constituci¨®n. Sabe que es ileg¨ªtima porque el mandato que Junts pel Si recibi¨® de las urnas dar¨ªa para defender sus posiciones desde el ordenamiento, pero nunca para imponerlas desde la quiebra de la legalidad. Conoce que el plazo de 30 d¨ªas para promulgar las primeras leyes insurreccionales es pr¨¢cticamente imposible porque habr¨¢ transcurrido sin president ni Gobierno en plaza. Y es consciente de que jam¨¢s Europa ni el mundo tomar¨¢n en serio una proclama que reniega del orden, incita a la desobediencia a la ley y a los tribunales y ni siquiera pretende pactar con Espa?a y el conjunto de la UE, sino dar por buenos los hechos consumados contra m¨¢s de la mitad de su ciudadan¨ªa.

Al asumir tama?os dislates, Mas se ha convertido en sirviente de los antisistema y no en la fragua del business friendly que prometi¨®; en un factor de caos, y no de orden; en coartada de los admiradores de Kropotkin y Durruti, y no en representante de la burgues¨ªa moderada; en creador de incertidumbre, y no de expectativas racionales de mejora. Se ha suicidado pol¨ªticamente, aunque alguien pueda a¨²n prestarle una prolongaci¨®n... a t¨ªtulo de coma irreversible. Y quiz¨¢ as¨ª quede todo m¨¢s claro, porque la capacidad de pacto es funci¨®n de la credibilidad, no de la apariencia f¨ªsica convencional. En su deslealtad con los catalanes y con los espa?oles, Mas, como representante ordinario del Estado en su territorio, ha hundido los restos que de aquella pudiese conservar sin acreditar la virtualidad de esta.

Como jefe de la renqueante Converg¨¨ncia es tambi¨¦n, seg¨²n se afianzan los indicios judiciales, el primer responsable pol¨ªtico del 3%; del caso Palau; del partido de la corrupci¨®n catalana, que para nada desmerece la de los casos G¨¹rtel y otros similares. Puede emplearse a fondo en escapismos jur¨ªdicos, pero ya nadie en Catalu?a, ni siquiera quienes a¨²n lo defienden, duda de su responsabilidad pol¨ªtica, por acci¨®n, omisi¨®n o ambas, en los casos de corrupci¨®n. El heredero de Jordi Pujol hereda tambi¨¦n la jefatura de los inmorales locales y no deber¨ªa tardar en seguir su mismo destino pol¨ªtico. Ni siquiera los suyos anhelan de verdad su compa?¨ªa.