El viaje de la ciencia espa?ola en democracia: hitos y retos pendientes
Espa?a marcar¨¢ un nuevo hito en su largo viaje para convertirse en un pa¨ªs de ciencia si de verdad se alcanza un compromiso entre todas las fuerzas pol¨ªticas y agentes sociales
Cuando Espa?a recuper¨® la democracia, hace ahora 40 a?os, inici¨® un largo viaje hacia la modernidad. En este periodo nuestro pa¨ªs ha cambiado mucho y para bien. La universidad, la ciencia y las empresas innovadoras han hecho importantes contribuciones a este proyecto colectivo. Sin embargo, su papel no es suficientemente conocido, ni ha sido adecuadamente reconocido. Hoy Espa?a enfrenta nuevos retos tanto en materia de competitividad como de bienestar social y, de nuevo, los agentes del sistema de I+D+I est¨¢n llamados a jugar un rol protagonista, en un mundo cada vez m¨¢s dependiente de la generaci¨®n y aplicaci¨®n de nuevo conocimiento.
El primer hito importante de este largo viaje, que sigue en marcha, se produjo en 1986, con la aprobaci¨®n de la Ley de Fomento y Coordinaci¨®n General de la Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica ¡ªla llamada Ley de la Ciencia¡ª. Ese a?o Espa?a entraba en la Comunidad Econ¨®mica Europea, dejando atr¨¢s definitivamente el periodo de la Transici¨®n. La Ley sent¨® las bases de un sistema de investigaci¨®n homologable al de nuestros pa¨ªses vecinos. Pero, sobre todo, la Ley abri¨® el camino a generaciones de cient¨ªficos que han protagonizado una de las mayores historias de ¨¦xito de nuestra joven democracia: a principios de la d¨¦cada de 1980 nuestro pa¨ªs ocupaba la posici¨®n n¨²mero 30 del ranking de la ciencia mundial, mientras que hoy estamos entre los diez primeros pa¨ªses del mundo por n¨²mero de publicaciones cient¨ªficas. Es dif¨ªcil encontrar un pa¨ªs en el mundo que haya hecho en tan poco tiempo un recorrido tan espectacular.
Est¨¢ pendiente la creaci¨®n de la Agencia Estatal de Investigaci¨®n, uno de los mandatos incluidos en la Ley de 2011
La necesidad de dar respuesta a los nuevos retos nos condujo, un cuarto de siglo despu¨¦s, a dotarnos de una nueva norma. La Ley de la Ciencia, la Tecnolog¨ªa y la Innovaci¨®n fue aprobada en 2011, el ¨²ltimo de la legislatura en que tuve el honor de ser ministra de Ciencia e Innovaci¨®n. Con la segunda Ley de la Ciencia ensanchamos el camino inicial a la actual generaci¨®n de investigadores, emprendedores y profesionales de la innovaci¨®n. En sus manos est¨¢ ahora, en buena medida, la responsabilidad de construir una Espa?a en la que el conocimiento sea motor de desarrollo social y crecimiento econ¨®mico. Pero es evidente que no puede recaer en ellos todo el esfuerzo, ni todo el sacrificio.
El desarrollo normativo debe ir acompa?ado inexorablemente de voluntad pol¨ªtica. Est¨¢ pendiente, por ejemplo, la creaci¨®n de la Agencia Estatal de Investigaci¨®n, uno de los mandatos incluidos en la Ley de 2011 ¡ªque fue aprobada, por cierto, con el apoyo de pr¨¢cticamente todo el Parlamento: 289 votos a favor y solo tres en contra¡ª. El actual Gobierno ha reiterado recientemente su voluntad de crear la Agencia antes de que acabe la legislatura, y por el bien de todos, ojal¨¢ que as¨ª sea. La Agencia es un instrumento que apuesta por la eficiencia: por una mayor agilidad en la gesti¨®n, una menor dependencia de los ritmos presupuestarios y un compromiso claro con la rendici¨®n de cuentas.
No obstante, por encima incluso de este necesario desarrollo normativo, est¨¢ pendiente otro reto, y este no depende exclusivamente de la voluntad de quien gobierne, sino del compromiso de todos los partidos. El mayor reto pol¨ªtico para el sistema espa?ol de investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n es conseguir que la apuesta presupuestaria por estos apartados se convierta definitivamente en una cuesti¨®n de Estado. Es imprescindible que el gasto en I+D+i abandone la perniciosa evoluci¨®n en forma de dientes de sierra, con bruscas subidas y bajadas en funci¨®n del contexto econ¨®mico, y conquiste una estabilidad que le permita convertirse de verdad en el modelo productivo que Espa?a necesita.
La reciente crisis econ¨®mica ofrece un ejemplo inmejorable de lo que no deber¨ªa volver a suceder. En la primera d¨¦cada de este siglo, Espa?a hizo un esfuerzo hist¨®rico en gasto en I+D, creciendo por encima de pa¨ªses de referencia como Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Esto le permiti¨® acortar la brecha de convergencia con Europa hasta m¨ªnimos hist¨®ricos. En 2008, nuestro gasto en I+D era del 1,32% del PIB, a 0,45 puntos porcentuales de la media en la UE. Esta tendencia se invirti¨® con la crisis. Mientras Espa?a empezaba a recortar, los pa¨ªses antes citados redoblaban su inversi¨®n. La consecuencia fue que en 2013, el ¨²ltimo del que tenemos datos completos, la brecha volv¨ªa a ser ya de 0,68 puntos, la misma que en 2003. Esto significa que la crisis nos ha conducido a un escenario de d¨¦cada perdida en t¨¦rminos de convergencia presupuestaria.
La ¨²nica manera de romper esta inercia hist¨®rica de aceleraciones y frenazos es el amplio consenso pol¨ªtico
La ¨²nica manera de romper esta inercia hist¨®rica de aceleraciones y frenazos es el amplio consenso pol¨ªtico. Producir ciencia de calidad requiere, entre otros elementos, sobre todo de un horizonte presupuestario predecible, vinculando su crecimiento, por ejemplo, a un m¨²ltiplo del crecimiento del PIB, y protegi¨¦ndolo de sus bajadas en caso de que las haya. De la relevancia creciente de la ciencia y la innovaci¨®n como palancas para el desarrollo econ¨®mico y el progreso social parece que ya nadie duda, ni los pol¨ªticos, ni los ciudadanos. El pasado 3 de noviembre la Fundaci¨®n Cotec organiz¨® un debate electoral sobre ciencia, universidad e innovaci¨®n. Participaron portavoces de siete de los principales partidos pol¨ªticos del pa¨ªs. Al t¨¦rmino del debate, los portavoces atendieron algunas preguntas enviadas por los ciudadanos, que hab¨ªan seguido sus intervenciones en directo a trav¨¦s de internet. La pregunta m¨¢s repetida por los internautas se relacionaba, precisamente, con la necesidad de firmar un Pacto de Estado por la ciencia. Ninguno de los presentes se mostr¨® en contra, varios de ellos incluso se atrevieron a comprometer un porcentaje de gasto en I+D para la pr¨®xima legislatura en caso de que lleguen al Gobierno. Si se cumple la expectativa de que el pr¨®ximo Gobierno saldr¨¢ necesariamente de un pacto pol¨ªtico, ser¨¢ el momento de recordar estas buenas intenciones compartidas por todos. Lo que est¨¢ en juego es nada menos que el modelo de pa¨ªs que queremos para los pr¨®ximos a?os.
Espa?a marcar¨¢ un nuevo hito en su largo viaje para convertirse en un pa¨ªs de ciencia si de verdad se alcanza un compromiso entre todas las fuerzas pol¨ªticas y agentes sociales, que sit¨²e a la ciencia al frente de la sociedad y a la innovaci¨®n al frente de la econom¨ªa espa?ola.
Cristina Garmendia Mendiz¨¢bal es doctora en biolog¨ªa y presidenta de la Fundaci¨®n Cotec. Fue ministra de Ciencia e Innovaci¨®n durante la segunda legislatura de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (2008-2011). Adem¨¢s fue presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas (Asebio). Fund¨® Genetrix e YSIOS. Fue tambi¨¦n miembro de la Junta Directiva de la CEOE y es parte de consejos asesores privados y p¨²blicos, como del Gobierno de Colombia.
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