La vuelta de Trump al poder en Estados Unidos multiplica la incertidumbre geopol¨ªtica
El G-20 que empieza este lunes en R¨ªo de Janeiro es el primer banco de pruebas del clima generado por el radical cambio de rumbo con el republicano en la primera potencia mundial
El contundente triunfo del siempre imprevisible Donald Trump, de 78 a?os, en las elecciones del pasado 5 de noviembre en Estados Unidos ha dado una fuerte sacudida al horizonte del tablero global. El regreso del magnate republicano a la Casa Blanca a partir del pr¨®ximo 20 de enero, con el dominio de ambas C¨¢maras, multiplica las incertidumbres en los cimientos de las relaciones internacionales y alimenta las dudas sobre el papel que Washington desempe?ar¨¢ en los equilibrios geopol¨ªticos durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Con estas premisas, el ya presidente electo ser¨¢ el protagonista ¨Dincluso ausente¨D de la cumbre del G-20 que se celebra este lunes y el martes en R¨ªo de Janeiro (Brasil). Est¨¢ previsto que participen el estadounidense Joe Biden, de 81 a?os y ya de despedida, y el chino Xi Jinping, de 71, que el s¨¢bado se reunieron en Per¨². El asi¨¢tico pidi¨® ¡°certidumbre¡± en la relaci¨®n entre ambas superpotencias.
La cita de las principales econom¨ªas del mundo es el primer gran banco de pruebas del clima generado por el inminente y radical cambio de rumbo de Estados Unidos. Con las guerras de Ucrania, Gaza y L¨ªbano sumando ataques y muertos a diario, mientras arrecian las tensiones comerciales de Occidente con China y la OTAN espera con inquietud el relevo, la preocupaci¨®n cunde tanto en Europa como en Am¨¦rica Latina. La lucha contra el cambio clim¨¢tico sufrir¨¢ un enorme impacto con el descuelgue de las negociaciones y los debates del segundo pa¨ªs emisor de gases contaminantes. El presidente Biden ha visitado este domingo la Amazonia brasile?a, donde ha anunciado 50 millones de d¨®lares (unos 47 millones de euros) para conservar el mayor bosque tropical del mundo.
Como ocurri¨® el a?o pasado en el G-20 de Nueva Delhi, Vlad¨ªmir Putin se ausentar¨¢. El ruso tiene una orden de arresto internacional por cr¨ªmenes de guerra en Ucrania.
Brasil vuelve a escena
Acoger a los l¨ªderes del G-20 en R¨ªo es un hito en el regreso de Brasil al centro de la escena internacional. Un asunto prioritario para el anfitri¨®n, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, 79 a?os, tras el aislamiento diplom¨¢tico de los a?os de Bolsonaro. Este domingo, Lula hizo hincapi¨¦ en esas dos prioridades al clausurar un c¨®nclave de alcaldes previo a la cumbre. Destac¨® que la lucha contra el cambio clim¨¢tico puede impulsar ¡°una agenda urbana m¨¢s amplia de inclusi¨®n y justicia social¡± y que ¡°la transici¨®n ecol¨®gica es una valiosa oportunidad para generar empleo e ingresos para la juventud¡±.
El mandatario brasile?o tambi¨¦n aprovech¨® su intervenci¨®n para condenar la guerra de Gaza y hacer un alegato por la paz. ¡°Hablar de reforma de la gobernanza tambi¨¦n implica repudiar la destrucci¨®n provocada por las guerras¡±, subray¨®. ¡°La franja de Gaza, uno de los asentamientos urbanos m¨¢s antiguos de la humanidad, ha visto destruidos dos tercios de su territorio por bombardeos indiscriminados. No habr¨¢ paz en las ciudades si no hay paz en el mundo¡±. A este mensaje se sumaron las palabras del secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, quien pidi¨® un alto el fuego en Gaza y en L¨ªbano, el respeto al derecho internacional en Ucrania y el fin de la violencia en Sud¨¢n y redobl¨® su apuesta por el multilateralismo y frente a tendencias aislacionistas como la del presidente electo de EE UU.
Despliegue de seguridad
Este domingo, los militares, fusil en mano desplegados a causa de la cumbre, contrastan con los cariocas que van y vienen en ba?ador en torno a la playa de Copacabana. La zona m¨¢s c¨¦ntrica de R¨ªo est¨¢ vac¨ªa, con muchos comercios cerrados y pocos vecinos, porque el Ayuntamiento ha decretado un festivo de seis d¨ªas.
Lula y la diplomacia brasile?a desear¨ªan que este G-20 girara en torno a las cuestiones que consideran realmente capitales: acabar con el hambre y la pobreza, avanzar en la transici¨®n ambiental de manera eficaz y reformar la ONU. Asuntos, a sus ojos, injustamente eclipsados por conflictos que algunos pa¨ªses alimentan en vez de volcarse en negociar para resolverlos.
La declaraci¨®n final de la cumbre estaba este domingo a¨²n atascada en el p¨¢rrafo referido a las guerras de Ucrania y Oriente Pr¨®ximo. Semanas de negociaci¨®n a¨²n no han alumbrado una formulaci¨®n que satisfaga a todos. El asunto ser¨¢ abordado por los l¨ªderes este lunes.
Retos may¨²sculos
La nueva etapa que abre este segundo mandato de Trump supone retos may¨²sculos en las dos orillas del Atl¨¢ntico y est¨¢ rodeada todav¨ªa de grandes inc¨®gnitas, pero las se?ales lanzadas por el republicano despu¨¦s de su victoria dan algunas pistas sobre el alcance del giro que se avecina. Por un lado, sus promesas de campa?a: deportaci¨®n masiva de inmigrantes, aranceles del 60% a las importaciones procedentes de China, apoyo f¨¦rreo a Israel, salida del Acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs y presi¨®n m¨¢xima sobre Ir¨¢n. Por otro, los nombramientos anunciados. La composici¨®n de su gabinete anticipa, por ejemplo, algunas probables posiciones de su Administraci¨®n en pol¨ªtica exterior.
El futuro secretario de Estado, Marco Rubio, de 53 a?os, tiene un perfil muy duro con Pek¨ªn, marcadamente proisrael¨ª, y contrario a la ayuda militar a Ucrania. Su designaci¨®n ha despertado expectativas en Am¨¦rica Latina, especialmente en los sectores m¨¢s radicales de la oposici¨®n venezolana, cubana y nicarag¨¹ense, que demandan mayor contundencia frente a los Gobiernos de Miguel D¨ªaz-Canel, Nicol¨¢s Maduro y Daniel Ortega.
Rubio, hijo de inmigrantes cubanos que habla espa?ol fluido, es el primer latino en el cargo. Sin embargo, una de sus prioridades deber¨¢ ser la aplicaci¨®n de la f¨¦rrea agenda migratoria de Trump de la mano de Kristi Noem, nombrada secretaria de Seguridad Nacional, y gestionar su impacto en los pa¨ªses afectados. Y, m¨¢s en general, liderar una pol¨ªtica aislacionista.
Es previsible que la repercusi¨®n del regreso de Trump al poder se sienta de manera especialmente intensa en pa¨ªses como Ucrania o M¨¦xico. Al primero lo ha amenazado con drenar o incluso cortar el descomunal flujo de ayuda estadounidense para hacer frente a la invasi¨®n rusa. Al segundo lo ha amenazado con la expulsi¨®n de millones de inmigrantes, dur¨ªsimos aranceles si el Gobierno mexicano no acata el programa migratorio de Trump y bombardear las f¨¢bricas donde el narco produce fentanilo. El pr¨®ximo presidente estadounidense tambi¨¦n ha proclamado su intenci¨®n de no implicarse en grandes guerras, quiere militares dedicados a la gran deportaci¨®n que prometi¨® y el hombre elegido para dirigir el mayor ej¨¦rcito del mundo con el presupuesto m¨¢s abultado es un presentador de la Fox veterano de guerra.
Cu¨¢l ser¨¢ la actitud de Trump hacia China, donde por ejemplo Tesla ¨Dpropiedad de Elon Musk, que se ha convertido en inseparable del presidente electo¨D tiene un gran negocio, es una de las grandes incertidumbres. A diferencia de algunos miembros de su gabinete, el presidente electo no es un ide¨®logo. Lo suyo es negociar y cerrar acuerdos. Y ese es precisamente el terreno donde algunos pa¨ªses ponen sus esperanzas para navegar el pr¨®ximo mandato de Trump.
La cumbre servir¨¢ tambi¨¦n para que Lula mantenga su primera reuni¨®n con su par argentino, el ultra Javier Milei, de 54 a?os, el primer mandatario en reunirse con Trump tras la victoria electoral, y para que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de 62, estrene agenda internacional. A Brasil le preocupan las crecientes pegas que los enviados argentinos est¨¢n planteando en la recta final de las negociaciones del G-20. Lula conf¨ªa en que el franc¨¦s Emmanuel Macron, que este domingo visita a Milei en Buenos Aires, lime las asperezas.
A diferencia del ambiente tras la inesperada victoria de Trump en 2016, las canciller¨ªas de todo el planeta saben mejor ahora qu¨¦ pueden esperar. Pero el magnate es conocido por ser impulsivo, como alguien que se deja influir y dado a notables vaivenes. Y en esta ocasi¨®n, le acompa?a el hombre m¨¢s rico del mundo, Elon Musk, con intereses en incontables sectores de la econom¨ªa. La esposa de Lula, Janja da Silva, hablaba de desinformaci¨®n en un acto paralelo al G-20 cuando insult¨® al multimillonario: ¡°Fuck you, Elon Musk¡±, dijo en ingl¨¦s. A lo que ¨¦l respondi¨®: ¡°Van a perder las pr¨®ximas elecciones¡±.
Lula, un l¨ªder forjado en las negociaciones sindicales, defiende un mundo multipolar. Se mantiene como un equilibrista geopol¨ªtico, con aliados a diestra y siniestra, aunque su figura ya no brilla como anta?o. Pero la creciente hostilidad entre Estados Unidos y China, y la propia complejidad del mundo, ha estrechado considerablemente el terreno para ese juego de cintura. Mantener la neutralidad de la que tanto se precia Brasil, una potencia media, es cada vez m¨¢s arduo. Su benevolencia hacia Putin en Ucrania desconcert¨® primero y despu¨¦s indign¨® a sus aliados occidentales. Ante los socios del G-20, Brasil enfatiza su papel como miembro del Sur Global; en los BRICS, el de democracia occidental.
Incluso si Lula consigue resucitar en esta cumbre de R¨ªo el debate global sobre la lucha contra el hambre, que asfixia a 722 millones de personas en el mundo, especialmente en ?frica, Asia y Latinoam¨¦rica, la vuelta de Trump representa, sin embargo, un obst¨¢culo enorme. Aunque el club de las grandes econom¨ªas alcance un acuerdo para formar una alianza frente a la pobreza, el escaso o nulo inter¨¦s mostrado por el republicano por la cooperaci¨®n internacional ¡ªincluso por aquellas f¨®rmulas de inversi¨®n dirigidas a paliar los flujos migratorios¡ª complica la viabilidad de las propuestas brasile?as.
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