Los bulos en Facebook resisten a los esfuerzos por desmontarlos
Un an¨¢lisis muestra que las personas que creen en teor¨ªas conspirativas no interact¨²an con los mensajes que las desmienten o se ven reforzados por ellos
Hay gente que cree que nadie ha llegado jam¨¢s a la Luna, que las vacunas provocan autismo o que Elvis Presley est¨¢ vivo. Hay quien considera posible cambiar su opini¨®n sobre estos asuntos. Pero estos entornos ideol¨®gicos cerrados se conocen como "c¨¢maras de resonancia". All¨ª, la informaci¨®n, las ideas o las creencias propias se ven reforzadas y las ajenas se rechazan sin mayor consideraci¨®n.
Este fen¨®meno est¨¢ detr¨¢s de la persistencia de creencias tan descabelladas como las anteriores. La evoluci¨®n ha convertido a los humanos en la especie m¨¢s dotada para colaborar, para unir sus cabezas y resolver problemas juntos. Sin embargo, la aparici¨®n de esas capacidades se produjo en peque?os grupos y la fortaleza de los v¨ªnculos se increment¨® en competencia con otras bandas de humanos. Nuestra predisposici¨®n para aprender con los compa?eros se convierte en hostilidad y en cerraz¨®n si nos tratan de imponer una idea desde fuera.
Los cient¨ªficos examinaron 47.780 posts escritos en Facebook con esa intenci¨®n a lo largo de cinco a?os y analizaron las interacciones de 54 millones de usuarios
Este efecto y su implicaci¨®n en la posibilidad de desmontar bulos ha sido estudiado por un equipo de cient¨ªficos liderado por Walter Quattrociocchi, investigador del Instituto para Estudios Avanzados IMT en Lucca (Italia). Los cient¨ªficos examinaron la efectividad de los esfuerzos para desmontar bulos a trav¨¦s de 47.780 posts escritos en Facebook con esa intenci¨®n a lo largo de cinco a?os y analizaron las interacciones de 54 millones de usuarios.
Sus resultados muestran que solo una peque?a fracci¨®n (en torno al 1%) de las personas que suelen preferir los medios de informaci¨®n alternativa llega siquiera a interactuar (dar un me gusta, comentar o compartir) con estos art¨ªculos que ir¨ªan dirigidos precisamente a que ellos cambien de opini¨®n. Adem¨¢s, los autores detectaron que el efecto de los mensajes antibulo en los consumidores de este tipo de noticias que interactuaban con ellos era justo el contrario del buscado. Los amantes de las conspiraciones incrementaron su implicaci¨®n con su propia c¨¢mara de resonancia. Si alguien se toma tantas molestias en demostrarme que los humanos llegaron a la Luna, piensan, es porque hay poderosas fuerzas que nos quieren ocultar la verdad.
Los investigadores explican que su forma de dividir la informaci¨®n entre oficial y alternativa no se basa tanto en su calidad como en la posibilidad de verificarla. En el caso de la informaci¨®n oficial, como la que procede de un art¨ªculo publicado en una revista cient¨ªfica, es f¨¢cil identificar su procedencia y saber quienes son sus autores o c¨®mo llegaron a la conclusi¨®n que presentan. La que desmonta conspiraciones ocultas, por su propia naturaleza, es dif¨ªcil de verificar porque supuestamente muestra informaci¨®n que se ha querido ocultar al p¨²blico por los cauces oficiales.
Si alguien se toma tantas molestias en demostrarme que los humanos llegaron a la Luna, piensan, es porque hay poderosas fuerzas que nos quieren ocultar la verdad
En torno a estos dos tipos de informaci¨®n se han formado dos comunidades muy segregadas que apenas consumen contenidos del otro bando. Y por lo que mencionan los autores, ese apego a la propia c¨¢mara de resonancia y rechazo a la ajena tambi¨¦n se da entre los que favorecen la informaci¨®n cient¨ªfica. Muchas de estas personas no tienen la formaci¨®n o la capacidad para comprender determinados resultados cient¨ªficos y sin embargo los blanden como una forma de sentirse superiores frente a la ignorancia de los conspiranoicos.
El art¨ªculo, publicado ya en arxiv.org y a la espera de revisi¨®n en una revista cient¨ªfica, tambi¨¦n trata la posibilidad de modificar los algoritmos de b¨²squeda de Google para penalizar los contenidos no verificables. De acuerdo con los autores, dada la polarizaci¨®n y la implicaci¨®n de las personas que buscan las noticias con contenido conspirativo, perjudicar su posicionamiento en las b¨²squedas no reducir¨ªa su consumo e incluso lo incentivar¨ªa.
Para superar esta incomunicaci¨®n entre las dos c¨¢maras de resonancia, los autores proponen buscar una narrativa que tome encuentra el sistema de creencias de las personas a las que se quiere llegar. Michael Tomasello, codirector del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva, considera que es muy dif¨ªcil evitar la predisposici¨®n humana a dividir el mundo entre "nosotros y ellos", porque cientos de miles de a?os de evoluci¨®n han favorecido en los humanos esa manera de entender el mundo. Sin embargo, cree que es posible trabajar para redefinir lo que consideramos nuestro grupo. Si queremos hacer que alguien cambie de opini¨®n, tendremos que empezar por convencerle de que somos miembros de la misma comunidad.
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