La carne y la pasta
Quiz¨¢s por la llovizna, se vio a Jordi Pujol y Marta Ferrusola alica¨ªdos aunque con un 3% de esperanza
Est¨¢ lloviendo en Espa?a y eso nos da un poquito de sosiego. El oto?o se comporta con normalidad y la lluvia siempre mejora, tanto las siembras como las fotos. Por ejemplo, esa instant¨¢nea de la pareja Jordi Pujol y Marta Ferrusola saliendo de su casa, despu¨¦s de la inspecci¨®n policial que termin¨® por convertir en imputados a m¨¢s miembros de esa familia, no ser¨ªa igual si los adoquines no brillaran por el agua. Esas gotitas de lluvia a?aden melancol¨ªa y profundidad a la imagen. Casi como un cuadro de Rusi?ol sobre los sue?os perdidos, las paradojas de una vida p¨²blica.
Quiz¨¢s por la llovizna, la pareja de Marta y Jordi se ve alica¨ªda aunque con un 3% de esperanza. El exl¨ªder un poco m¨¢s relajado, vistiendo americana de cuadros y pantal¨®n blanco, como haciendo un gui?o a I?aki Urdangarin que gusta de vestirse de la misma manera en oto?o. Marta aparece m¨¢s cariacontecida, siempre es m¨¢s duro para una madre ver que tus problemas, o imputaciones, arrastran a la prole. La se?ora Ferrusola no est¨¢ tan sola: al menos hist¨®ricamente siempre ha habido familias que se enriquecen y luego son investigadas. All¨ª est¨¢n los Batista en Cuba, los Marcos en Filipinas. Aunque los Franco mudaron sus cosas del Pardo con tiempo y paciencia, para los Reza Pahlevi la cosa fue distinta. El destino pareci¨® ensa?arse con ellos. Salieron pitando de Teher¨¢n en un avi¨®n amueblado como la cueva de Al¨ª Baba, un melange de tesoros familiares y nacionales, despu¨¦s de que la revoluci¨®n isl¨¢mica los evacuara del poder. El sha muri¨® abandonado por sus amigos y Farah Diba atraves¨® humillaciones en ese exilio inesperado, incluyendo el que presuntamente Omar Torrijos, hombre fuerte de Panam¨¢, olisqueara su ropa interior en la casa de Contadora que les prestaron cuando nadie los quer¨ªa.
Claro que no queremos eso para los Pujol, aunque hayan extra¨ªdo petr¨®leo de la Administraci¨®n. Al verlos en esa imagen, mientras olisqueaban policialmente su casa, no se puede negar que hubo una familia bien estructurada y un nuevo lema: familia que se imputa unida m¨¢s unida permanece. Imagino sus desayunos o cenas en las fechas se?aladas, hablando en clave. Para decir Andorra emplear¨ªan un c¨®digo secreto y as¨ª distinguirla de Suiza. Re¨ªan confundiendo ITV con TV3. Y al 3% seguro que lo llamaban de manera m¨¢s honorable. Puede que lo bautizaran El Seny, para distinguirlo y honrarlo.
La noticia de la imputaci¨®n coincidi¨® con el anuncio de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud acerca del riesgo cancer¨ªgeno de las carnes procesadas. Con la de salchichas, chorizos y butifarras buen¨ªsimas que hay en esa parte del mundo, que se comen y disfrutan mejor en familia. No queda claro si va a afectar al jam¨®n, pero me preocupan los pat¨¦s en los bocadillos colegiales y ese gran sustento de los Pantoja durante los noventa que fue la mortadela.
Se me hace cuesta arriba ser vegetariano, debo reconocerlo a pesar de que mis padres fueron macrobi¨®ticos m¨¢s de 20 a?os. La carne me ha dado momentos muy especiales, la carne tiene mucho encanto. Estoy convencido de que la OMS matizar¨¢ estas declaraciones. O se las har¨¢n matizar. La reina Sof¨ªa, por ejemplo, es vegetariana pero eso no ha impedido que su marido cazara osos y elefantes. Caza mayor, como se define Artur Mas. Pero Sof¨ªa conserva mejor salud que su esposo.?
No le preguntaron nada de esto a Hillary Clinton, otra madre de familia que tambi¨¦n ha tenido sus subidas y bajones. Hillary acudi¨® esta semana a uno de los late night shows m¨¢s populares de Estados Unidos para comentar que pas¨® su cumplea?os viendo House of Cards, una popular serie sobre una pareja presidencial que tambi¨¦n comete delitos amparados en su enorme poder. Es una pena que tanto en Catalu?a como en Espa?a carezcamos de ese sentido del espect¨¢culo de los norteamericanos. Cuando Hillary dijo que ella a¨²n no hab¨ªa cometido un asesinato, como los personajes de la serie, la audiencia se alivi¨® decepcionada. Es una pena que Marta Ferrusola no nos pueda decir si le gustaban Los Soprano, aunque los viera en castellano.
La familia, como la democracia, sobrevive a todo. Incluso a una mala digesti¨®n. All¨ª est¨¢ la deliciosa boda de Cristina Pedroche y David Mu?oz, donde se sirvi¨® embutido y carne. Esta pareja te hace confiar en el futuro. Se casaron por lo civil en la intimidad del vestidor de su casa. Tanta sencillez te hace pensar que ellos no terminar¨¢n como los Pujol, viviendo su oto?o atrapados en sus errores de familia pero con una American Express en cada mano.
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