El h¨¦roe de tu infancia
Los cuentos despertaron en nuestra ni?ez la imaginaci¨®n, la creatividad y la fantas¨ªa. ?Por qu¨¦ no volver a ellos para adentrarnos en nuevos desaf¨ªos?
?rase una vez¡ Cuando o¨ªmos estas palabras, algo se despierta en nuestro interior. Una conexi¨®n con aquellas ganas de saber qu¨¦ pasar¨¢, a qu¨¦ desaf¨ªos tendr¨¢n que enfrentarse los protagonistas. Pero hay m¨¢s. Tambi¨¦n conectamos con la infancia, cuando conseguimos crecer m¨¢s que en cualquier otra etapa de nuestra vida. Era un tiempo en el que ten¨ªamos expectativas, todo estaba por hacer y nada de lo que quer¨ªamos parec¨ªa imposible. Poco a poco, sin grandes lecciones, sino a trav¨¦s de la emoci¨®n de las aventuras, fuimos capaces por primera vez de experimentar los grandes sentimientos que nos definen como personas: justicia, valent¨ªa, lealtad, hero¨ªsmo, amor¡
Con estos compa?eros fuimos capaces de interiorizar valores positivos. A fuerza de querer actuar como ellos, algo de su esencia nos ayud¨® a formarnos. Porque, tal y como asegura Bruno Bettelheim, autor de Psicoan¨¢lisis de los cuentos de hadas, el relato infantil ¡°al mismo tiempo que divierte al ni?o, le ayuda a comprenderse y alienta el desarrollo de su personalidad. Le brinda significados a diferentes niveles y enriquece su existencia de muy distintas maneras¡±. El famoso psiquiatra infantil nos advierte de la importancia de los cuentos de hadas en la educaci¨®n, ya que ejercen una funci¨®n liberadora a la vez que forman nuestra mentalidad, proporcion¨¢ndonos herramientas morales, emocionales y relacionales. Es decir, ese equipo de supervivencia que necesit¨¢bamos para enfrentarnos al mundo y sus desaf¨ªos.
Si es as¨ª, ?por qu¨¦ no recuperarlos? ?Por qu¨¦ no regresar a ellos para seguir creciendo? Si lo hacemos, seguro que nos sorprenderemos y descubriremos que, como afirma G. K. Chesterton, ¡°los cuentos de hadas son m¨¢s que reales; no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos ense?an que se puede vencer a los dragones¡±. ?Y qui¨¦n no tiene dragones en su vida para vencer?
Joseph Campbell, en su libro El h¨¦roe de las mil caras, describi¨® la estructura narrativa de los cuentos populares y de toda narraci¨®n ¨¦pica. Seg¨²n el mit¨®grafo norteamericano, puede variar la historia, los personajes y las circunstancias, pero el esqueleto sigue siendo el mismo. Da igual que se trate de las aventuras de Simbad el Marino, o de Pinocho, o de Blancanieves; todos tienen los elementos e ingredientes del esquema de Campbell, conocido como el viaje del h¨¦roe. Y no solo ellos. Incluso La guerra de las galaxias los tiene. Y es que George Lucas fue el primer autor en reconocer que se hab¨ªa basado en el viaje del h¨¦roe para crear, en 1974, la m¨¢s famosa saga de la historia del cine. Y en parte fue gracias a este esquema que Lucas consigui¨® realizar lo que muchos analistas reconocen como el cuento de hadas de nuestros d¨ªas. Una narraci¨®n que ha cautivado a ni?os de cualquier edad y que, como las grandes historias, tiene una frase m¨¢gica de entrada, que en este caso no es ¡°?rase una vez¡¡±, sino ¡°Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana¡¡±.
As¨ª, teniendo presente la estructura del h¨¦roe, podemos usarla a nuestro favor. Podemos ver por las fases por las que debe pasar todo protagonista de un cuento que merezca la pena ser contado. Tal vez no habr¨¢ emperadores gal¨¢cticos ni brujas que se miran al espejo pregunt¨¢ndose qui¨¦n es la m¨¢s bonita del reino, pero habr¨¢ un desaf¨ªo que nos preocupa, que nos paraliza, que nos impide avanzar. Un villano, pero en forma de jefe, de falso amigo, de relaci¨®n t¨®xica, de nuevo negocio¡ Y sea como sea, deberemos emprender este viaje, no renunciar a la aventura que nos propone la vida y convertirnos en el h¨¦roe de nuestra propia existencia. Es decir, estar m¨¢s cerca de la persona que quer¨ªamos ser cuando escuch¨¢bamos esas historias antes de ir a dormir.
? El mundo ordinario. As¨ª empieza el esquema del viaje del h¨¦roe de Campbell; es decir, con nuestra vida tal y como es antes de emprender nuestra b¨²squeda. La realidad en la que estamos y de la que nos va a costar salir. Nos sentimos, a pesar de todo, c¨®modos y seguros. Es lo conocido y rutinario.
? La llamada de la aventura. Es cuando nos damos cuenta de que en nuestro tranquilo mundo hay algo que ya no funciona. Algo se ha colado en la tranquilidad del d¨ªa a d¨ªa. Se empieza a plantear un desaf¨ªo, un reto, una aventura. Puede ser, por ejemplo, que, sin saber muy bien por qu¨¦, empecemos a no sentirnos realizados en nuestro trabajo o consideremos la necesidad de m¨¢s responsabilidades y nuevos horizontes profesionales. O que aparezca una nueva vocaci¨®n en nuestro interior, o las ganas de cambiar de sector. Cualquier cosa que avecine nubes en el despejado cielo de nuestro d¨ªa a d¨ªa. Cada uno tendr¨¢ su llamada y cada uno sabr¨¢ que no es algo pasajero, una incomodidad que se despejar¨¢ sola. Es algo que reconocemos como que necesitamos probar.
Para saber m¨¢s
Libros
El h¨¦roe de las mil caras
Joseph Campbell?(Fondo de Cultura Econ¨®mica)
En ¨¦l descubriremos el viaje del h¨¦roe y c¨®mo este esquema subyace en los relatos ¨¦picos de las m¨¢s diversas culturas.
Psicoan¨¢lisis de los cuentos de hadas
Bruno Bettelheim?(Planeta)
Es una obra que nos revelar¨¢ la importancia que tienen los cuentos populares en el desarrollo del ni?o y, por extensi¨®n, de nosotros mismos.
F¨¢bulas de Esopo?
(Anaya)
Tenemos una buena manera de reconectar con aquello que escuch¨¢bamos en nuestra infancia y sacar nuevas lecciones para nuestro d¨ªa a d¨ªa.
? El rechazo. Intentamos convencernos de que se trata de nubes de paso. En esta etapa aparecen pensamientos del tipo ¡°Estoy bien en mi trabajo, cobro un buen sueldo y tengo un horario c¨®modo¡±, ¡°Esto no va conmigo, yo ya no tengo edad¡±, ¡°A m¨ª no me pasan estas cosas¡±. Seguro que todos hemos tenido esos pensamientos que pretenden salvar nuestro mundo ordinario. Nos resistimos a abandonar nuestra zona de comodidad porque tenemos miedo a lo desconocido.
? Maestro, mentor o ayuda sobrenatural. Aqu¨ª, en este punto de la historia, aparece el maestro. Puede tener muchas formas. A veces es simplemente una influencia positiva que da alas a nuestros sue?os. Puede tratarse de un business angel, en el caso de un emprendedor, o de un head hunter, si estamos buscando trabajo. O de un amigo que nos brinda un buen consejo. Puede tener forma, incluso, de ¡°ayuda sobrenatural¡±, que llevado fuera del cine debemos entenderlo como aquel c¨²mulo de casualidades inexplicables que ocurren cuando estamos en la fase de b¨²squeda.
? Cruzar el umbral. En las cinco anteriores etapas a¨²n nos encontramos, seg¨²n el esquema de Campbell, en nuestro mundo ordinario. Ahora s¨ª. Decidimos cruzar. Salir de nuestra zona de comodidad. Hemos aceptado esa llamada que ha crecido en nuestro interior, ya sea perseguir esa vocaci¨®n, o presentarnos a esa oposici¨®n, o aspirar a ese ascenso, o lanzarnos a esa relaci¨®n amorosa que nos atemorizaba. Da igual. Lo cierto es que hemos decidido cruzar el umbral y adentrarnos en un nuevo mundo.
? Pruebas, aliados y enemigos. Imaginemos que hemos decidido convertirnos en emprendedores. Aqu¨ª, en este punto, aparecen las primeras pruebas, conocemos a gente que se convierte en nuevos amigos, en inesperados compa?eros del viaje. Pero todo tiene su reverso, as¨ª que tambi¨¦n conoceremos enemigos y adversarios. Aparecer¨¢n nuevos problemas que requerir¨¢n de nuevas soluciones.
? Acercamiento. Las nuevas circunstancias y las cosas que ya hemos vivido consiguen que estrechemos lazos con nuestros nuevos aliados. Crecemos con ellos, compartimos momentos de aprendizaje y vulnerabilidad. Poco a poco nos vamos sintiendo preparados para afrontar los desaf¨ªos que se presentan en el horizonte. Y, sobre todo, para la primera gran prueba del viaje. Todo ha sido una preparaci¨®n que nos lleva hasta el pr¨®ximo punto de nuestra propia historia.
? La gran prueba. Es ese momento para el que nos hemos estado preparando. Es esa presentaci¨®n a unos inversores, es ese leer el primer cap¨ªtulo de la novela delante de nuestros compa?eros de taller literario, es lo que sea, pero es una prueba que nos enfrentar¨¢ a nuestros propios miedos y a nosotros mismos.
? Tesoro. Nos hemos enfrentado a la gran prueba y a nosotros mismos, y salimos reforzados y recompensados. Conseguimos algo importante, un tesoro personal que nos indica que estamos avanzando. Ya no somos los mismos que decidieron abandonar la zona de confort. Podr¨ªa parecer que aqu¨ª acaba la aventura. Pero no es as¨ª. A¨²n faltan tres pasos para completar nuestro viaje.
? Regreso. Hay un momento en el que deberemos regresar a nuestro mundo ordinario e incorporar nuestras nuevas vivencias en ¨¦l. En el camino de vuelta nos encontraremos con nuevos desaf¨ªos y una prueba final que nos har¨¢ dudar. Es el primer fracaso. Una derrota que har¨¢ que nos tambaleemos.
? Resurrecci¨®n del h¨¦roe. El h¨¦roe que hemos despertado en nosotros saldr¨¢ victorioso de la ¨²ltima gran prueba. Es la victoria final. Esto no significa que no habr¨¢ m¨¢s derrotas, m¨¢s piedras en el camino o m¨¢s dificultades. Significa que ya tenemos las herramientas necesarias para seguir avanzando, que ya hemos incorporado todo lo necesario para que miremos los desaf¨ªos con confianza. Hemos ampliado nuestra ¨¢rea de comodidad.
? Regreso con el elixir. Volvemos a nuestro mundo ordinario. Ya no somos los mismos. Ahora debemos compartir con los dem¨¢s todo lo que hemos aprendido. Porque no hay mejor manera de seguir aprendiendo que ense?ar a los dem¨¢s lo que ya sabemos.
elpaissemanal@elpais.es
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