Un paso hacia la modernidad
Cuatro mexicanos apelan a los derechos humanos para lograr legalizar la marihuana
El fallo de la Suprema Corte de Justicia mexicana sobre la marihuana constituye un hito en la larga lucha por suprimir la costos¨ªsima pol¨ªtica prohibicionista y punitiva contra las drogas impuesta por Estados Unidos al mundo desde 1971. No representa una plena legalizaci¨®n de la producci¨®n, consumo y comercio de la sustancia hasta ahora il¨ªcita, pero s¨ª un gran paso en esa direcci¨®n. Un paso que solo pod¨ªa darse por la v¨ªa judicial, en un pa¨ªs donde la opini¨®n p¨²blica sigue contraria a una postura liberal y tolerante en la materia.
El aspecto legal es retorcido, como todo lo jur¨ªdico en M¨¦xico. Un grupo de cuatro mexicanos, organizados en un club de cannabis denominado SMART, solicit¨® autorizaci¨®n a la instancia oficial mexicana encargada de proveer servicios de salud para cultivar y consumir marihuana. Les fue negado, conduci¨¦ndoles a solicitar un amparo contra la violaci¨®n de sus derechos humanos, consagrados en la Constituci¨®n desde 2011. La Corte otorg¨® el amparo, lo cual significa que esos cuatro mexicanos ¡ªy solo ellos¡ª pueden cultivar, transportar, intercambiar y consumir marihuana. Para que la sentencia se aplique a todos los mexicanos, en el sentido estricto, deber¨¢n producirse cuatro fallos m¨¢s y crear jurisprudencia.
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Sin embargo, la decisi¨®n brinda una oportunidad al poder Ejecutivo para empezar a abandonar la aberrante guerra del narco, iniciada en 2006 por el expresidente Felipe Calder¨®n y cuya violencia ha vuelto a repuntar: hay m¨¢s homicidios dolosos por habitante en 2015 que en 2014. Ha costado m¨¢s de 100.000 muertos, m¨¢s de 25.000 desaparecidos, un deterioro terrible en la imagen internacional de M¨¦xico, y abundantes violaciones a los derechos humanos. Ahora, el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto puede comenzar a dejarla atr¨¢s, tanto en el frente interno como ante EE?UU. Ojal¨¢ tenga la audacia y el realismo para aprovecharla.
En lo interno, el Gobierno mexicano puede proceder de varias maneras. En primer lugar, instar a su partido, el PRI, mayoritario en el Congreso, a aprobar iniciativas de ley que seguramente presentar¨¢n varios legisladores para adecuar la Ley General de Salud al fallo de la Corte. El que dicho fallo se centre en derechos humanos y en la primac¨ªa de los mismos en la Constituci¨®n significa que otros tribunales probablemente otorguen el amparo a otros grupos como SMART, sin que siquiera tengan que llegar hasta la Suprema Corte. M¨¢s a¨²n,la propia instancia gubernamental que neg¨® la autorizaci¨®n a SMART dudar¨¢ en negarla a otros clubes invocando disposiciones de la Ley de Salud que ya fueron declarados inconstitucionales. Al pa¨ªs le conviene mucho m¨¢s legislar para adecuar sus leyes a la Constituci¨®n que librar batallas de retaguardia.
El Gobierno de Pe?a Nieto tiene la oportunidad de abandonar la aberrante guerra del narco, iniciada en 2006 por Felipe Calder¨®n
Mientras, sin embargo, Pe?a Nieto puede tomar otras medidas. Se podr¨ªan detener o reducir las quemas de sembrad¨ªos de marihuana en las serran¨ªas, evitando as¨ª fricciones con agricultores por cuenta propia o por encargo de los carteles. Se podr¨ªan reducir o suprimir las detenciones de tr¨¢ileres transportando marihuana hacia el norte, e interrumpir la b¨²squeda de narcot¨²neles en la frontera. ?Para qu¨¦ gastar recursos y correr riesgos buscando t¨²neles destinados a introducir una sustancia en parte ya legal en M¨¦xico, a un destino donde tambi¨¦n es en parte legal? ?Cu¨¢l es la l¨®gica de enviar tropa mexicana a combatir el cultivo y el tr¨¢fico de un producto en v¨ªas de legalizaci¨®n en ambos pa¨ªses?
Frente a Washington, Pe?a Nieto puede ir a¨²n m¨¢s lejos, invocando una cierta simetr¨ªa entre su situaci¨®n y la de Barack Obama. De la misma manera que el presidente de EE?UU ha insinuado que no es responsable ni adversario de las decisiones de los Estados de la Uni¨®n americana que han legalizado el uso terap¨¦utico o recreativo de la marihuana, el mandatario mexicano puede sostener que ¨¦l no controla al poder judicial en su pa¨ªs, y que no es responsable de sus decisiones. Pe?a Nieto podr¨ªa organizar una reuni¨®n con Obama y ver c¨®mo ambos pa¨ªses, ahora con Canad¨¢ ¡ªcuyo nuevo primer ministro hizo campa?a con la bandera de la legalizaci¨®n de la marihuana¡ª, pueden dejar atr¨¢s la postura prohibicionista y punitiva frente a las drogas y dise?ar un enfoque basado en los derechos humanos, en la segmentaci¨®n de mercados, y en hechos cient¨ªficamente comprobados. As¨ª, dar¨ªa un nuevo paso en el camino de M¨¦xico hacia la modernidad, pasos que al pa¨ªs le cuestan tanto, pero que le benefician m¨¢s.
Jorge Casta?eda es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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