¡®La Gunguna¡¯
Por fin una buena pel¨ªcula entre el mont¨®n de producciones que se hacen anualmente en la Rep¨²blica Dominicana
Esta felicidad era de esperarse por estad¨ªstica. Una buena pel¨ªcula comercial ha sacado la cabeza del mont¨®n de producciones que se hacen anualmente en la Rep¨²blica Dominicana, donde el negocio es un cine mediocre con presentadores y comediantes de televisi¨®n rumiando un repentismo c¨®mico infantil que ni emociona, ni critica, ni hace re¨ªr.
Esta maravillosa excepci¨®n es La Gunguna, la historia de una pistola calibre 22 del mismo nombre cuya narraci¨®n fragmentada traza un zigzag de sangre que incluye el momento en que Francisco Franco se la regala a Trujillo, el opresivo escenario de una obra en construcci¨®n y la guerra de una banda china y una cibae?a en la actual capital dominicana.
Durante un justificad¨ªsimo asesinato, el arma va a parar a manos de Mont¨¢s, un obrero dominicano, quien harto de sus circunstancias, las mismas de la mayor¨ªa de sus compatriotas, toma un taxi a media noche, con la pistola en el bolsillo, rumbo a la casa del presidente. Este personaje es la columna vertebral de la obra, una oportunidad que el actor Gerardo,?El Cuervo, Mercedes ha aprovechado para convertirse en el primer gran actor del cine dominicano.
En sus mejores momentos, sobre todo en la fotograf¨ªa de exteriores, la intensidad de la ciudad m¨¢s aparatosa del Caribe puede palparse. Las atm¨®sferas pesadas y a la vez hermosas del Santo Domingo nocturno comparten dicha contradicci¨®n con la psicolog¨ªa de los personajes. Estos detalles est¨¦ticos y unos matices de acci¨®n c¨®mica a lo Tarantino hacen de esta ¨®pera prima algo realmente memorable en el contexto del cine nacional, sobre todo en su exitoso intento de articular un lenguaje cinematogr¨¢fico creativo y local.
?elpaissemanal@elpais.es
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