Acusaci¨®n contra Rusia: dopaje de Estado sistem¨¢tico
La corrupci¨®n no conoce fronteras ni ra¨ªces hist¨®ricas; quiz¨¢s forme parte inevitable del sistema que el deporte profesional ha decidido que m¨¢s le conven¨ªa
Dick Pound, un abogado canadiense, miembro del establishment de la dirigencia deportiva desde hace d¨¦cadas, desenterr¨® ayer en la simb¨®lica Ginebra, como no pod¨ªa ser menos, los miedos de la guerra fr¨ªa y el temor a los m¨¦todos sovi¨¦ticos y a su temida KGB. Todo ello personalizado en la figura de Vlad¨ªmir Putin, un presidente capaz de enviar a la polic¨ªa secreta rusa, que ahora se llama FSB, a amenazar y amedrentar a los qu¨ªmicos que en los laboratorios antidopaje de Mosc¨² y de Sochi se encargaban de analizar las orinas y sangres de sus deportistas en busca de sustancias prohibidas.
¡°Estamos hablando de dopaje de Estado, que, desde los tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, est¨¢ profundamente enraizado en el deporte ruso¡±, dijo Pound, autor de un largu¨ªsimo informe sobre uno de los cap¨ªtulos m¨¢s desoladores en la interminable historia de la corrupci¨®n en el deporte. Pound vino a decir que el ministro de Deportes ruso dirig¨ªa todo un sistema para tapar el dopaje de sus figuras, a las que, de paso, matando dos p¨¢jaros de un tiro, aprovechaban para extorsionar oblig¨¢ndoles a pagar por una declaraci¨®n de limpieza. Los rusos ten¨ªan un laboratorio clandestino en Mosc¨² para comprobar la fiabilidad de sus m¨¦todos de dopaje y destruyeron m¨¢s de 1.417 muestras cuando oyeron que los polic¨ªas de la Agencia Mundial Antidopaje pretend¨ªan meter su nariz en sus asuntos.
Como se ve, un relato magn¨ªfico de malignidad y conducta antideportiva que habr¨¢ hecho las delicias de los biempensantes y de los ingenuos que a¨²n conf¨ªan en la posibilidad de una polic¨ªa mundial ¨²nica independiente y justa, y que podr¨ªan olvidar, confortados con la idea de que el peligro ruso est¨¢ controlado, que las miserias encontradas bajo la alfombra de la respetabilidad moscovita, aunque reales, son limitadas. En su informe, Pound tiene la honradez de reconocer que el dopaje de Estado o el dopaje organizado ni est¨¢ circunscrito a la vieja Rusia ni al atletismo. De hecho, una parte de su investigaci¨®n, no hecha p¨²blica, hace referencia al papel que la Federaci¨®n Internacional de Atletismo (IAAF) ha podido interpretar en el drama de sobornos y extorsi¨®n.
Aunque solo el expresidente de la IAAF, el anciano senegal¨¦s Lamine Diack, de 82 a?os, est¨¢ imputado por el juez anticorrupci¨®n franc¨¦s, acusado de embolsarse m¨¢s de un mill¨®n de euros a cambio de tapar casos de rusos sospechosos de dopaje, conviene no olvidar que su sucesor en el cargo desde agosto, el brit¨¢nico Sebastian Coe, fue durante a?os su primer vicepresidente. De Coe, que jura estar tan sorprendido como cualquier lego por la amplitud del esc¨¢ndalo, aunque su cargo le habr¨ªa obligado a enterarse de algo, tampoco habla el informe. Como se demuestra recordando que la otra gran federaci¨®n deportiva mundial, la FIFA, tambi¨¦n est¨¢ en manos de jueces y fiscales que indagan y buscan castigar sus esc¨¢ndalos. La corrupci¨®n no conoce fronteras ni ra¨ªces hist¨®ricas, sino que quiz¨¢s forme parte inevitable del sistema que el deporte profesional ha decidido que m¨¢s le conven¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.