Viaje al fondo de los oc¨¦anos
David Doubilet ha recorrido m¨¢s de 70 pa¨ªses explorando el enigm¨¢tico mundo submarino. Sus instant¨¢neas desvelan los misterios que habitan bajo la superficie del mar Esta es una inmersi¨®n en sus 50 a?os de trayectoria como fot¨®grafo
Un submarinista en medio del azul. Una bandada de barracudas que le cercan. Un brazo que se estira, casi, hacia la luz. David Doubilet captur¨® C¨ªrculo de barracudas al final de la d¨¦cada de los sesenta, cuando a¨²n estaba dando sus primeros pasos como fot¨®grafo. La imagen se ha convertido en sin¨®nimo involuntario de toda una carrera.
Vista de lejos, la instant¨¢nea se asemeja a un ojo. Al ojo inmenso de un fot¨®grafo que solo presta los suyos para el inmenso azul.
Aquel d¨ªa, sol radiante, Doubilet buceaba por pac¨ªficas aguas, las de la costa de Nueva Irlanda, en Pap¨²a Nueva Guinea. De pronto, vio que se le acercaban las barracudas. Siete barracudas.
La estrategia defensiva de estos peces carn¨ªvoros consiste en rodear aquello que constituye una amenaza. Y as¨ª lo hicieron. Esos ejemplares de afilada dentadura, llamados tigres de los mares, empezaron a ejecutar una circular coreograf¨ªa en torno al entonces joven fot¨®grafo neoyorquino.
Y Doubilet enseguida lo vio. Ah¨ª hab¨ªa una foto: un buceador rodeado de barracudas visto desde abajo. Qu¨¦ imagen. Necesitaba a alguien en su lugar para sumergirse y capturar el instante. ¡°?Yo estaba en medio de mi propia foto!¡±, recuerda el fot¨®grafo estadounidense en conversaci¨®n telef¨®nica desde Baltimore, pocas horas antes de pronunciar una conferencia.
A los peces no les gustan las fotos. Para ellos eres una criatura extra?a que hace ruido y burbujas¡±
Se acerc¨® a Toledo, la embarcaci¨®n que le hab¨ªa llevado hasta aquel rinc¨®n del Pac¨ªfico Sur, y le pidi¨® a su capitana, Dinah Halstead, que se zambullera con ¨¦l. Y de vuelta al agua.
¡°Lo normal es que las barracudas se alejen del lugar ante una situaci¨®n como esa, pero ah¨ª segu¨ªan¡±, recuerda el fot¨®grafo, nacido el 28 de noviembre de 1946. Tardaron poco en rodear, esta vez, a la capitana. Raudo, en pos de la instant¨¢nea so?ada, Doubilet se sumergi¨® unos 60 pies hacia las profundidades. Al llegar abajo, se gir¨® y enfoc¨® hacia arriba. Entonces ocurri¨® uno de esos accidentes felices de la vida. La capitana alarg¨® una mano. ¡°Eso es lo que hace que la foto funcione¡±.
C¨ªrculo de barracudas es la imagen ic¨®nica de Doubilet, la instant¨¢nea que le acompa?a all¨¢ por donde va. Forma parte de Oc¨¦anos, exhaustiva retrospectiva que el Festival Mar de Mares de A Coru?a dedica en estos d¨ªas, y hasta finales de mes, al fot¨®grafo estadounidense. Un recorrido por sus 50 a?os de trayectoria como colaborador de la revista National Geographic a trav¨¦s de sus 100 mejores instant¨¢neas.
Doubilet, que empez¨® a tomar fotos submarinas a los 12 a?os, envolviendo una c¨¢mara Brownie Hawkeye en una funda de pl¨¢stico de anestesista para evitar la entrada de agua, est¨¢ considerado como uno de los mejores fot¨®grafos submarinos del mundo. Bahamas, Nueva Zelanda, Canad¨¢. Anguilas, tiburones blancos gigantes, rayas venenosas. Desde 1969, fecha de su primera colaboraci¨®n con la publicaci¨®n estadounidense, ha recorrido 70 pa¨ªses y publicado 12 libros, el ¨²ltimo de los cuales, editado junto a su mujer y compa?era de aventuras, la bi¨®loga y fot¨®grafa Jennifer Hayes, recibe el t¨ªtulo de Face to Face with Sharks (cara a cara con los tiburones).
Cuenta Doubilet que los tiburones, s¨ª, son peligrosos, pero que el momento de mayor apuro lo vivi¨® en el delta del r¨ªo Okavango, en Botsuana. En el fango de esas aguas que una vez al a?o, con las crecidas, se convierten en materia cristalina estuvo en 2004 tomando unas fotograf¨ªas nocturnas que le permitieron ver brillar los ojos de los cocodrilos bajo el agua. ¡°Ten¨ªas la sensaci¨®n de que en cualquier momento pod¨ªa ocurrir algo a tus espaldas¡±, rememora. ¡°Tuvimos suerte. Y buenos gu¨ªas. Es un lugar en el que muy poca gente ha conseguido hacer fotos¡±.
Doubilet es un especialista en captar instant¨¢neas que nos muestran la superficie y lo submarino simult¨¢neamente; lo que todos vemos y lo que se esconde debajo. ¡°Cuando est¨¢s bajo el agua y miras directo a la superficie, esta se comporta como un extra?o cristal. Incluso si lo haces en una piscina, con unas gafas, cualquiera que pasee por el borde parece un picasso¡±.
Tras una dilatada trayectoria, ya puede decir, sin temor a equivocarse, que a los peces no les gustan las fotos. ¡°Para el 90% de los animales marinos eres una enorme criatura extra?a que hace ruido, burbujas y que empuja una m¨¢quina amenazante¡±. La parafernalia con la que Doubilet se pasea por los fondos oce¨¢nicos, del tama?o de un microondas ¨Ctal y como ¨¦l la describe¨C, no resulta la mejor carta de presentaci¨®n posible para hacer amigos subacu¨¢ticos.
Para conseguir una buena imagen en un elemento 700 veces m¨¢s espeso que el aire, dice, hay una clave: ¡°El truco es pensar que no eres un paparazi, sino un retratista¡±.
Preocupado por la degradaci¨®n del medio ambiente, Doubilet agradece a la revista National Geographic su apuesta por el periodismo de fondo, en tiempos en los que la rapidez gobierna, y recuerda que una fotograf¨ªa puede cambiar las cosas. Como aquellas que hizo en Palau, Micronesia, y que ayudaron a despertar la conciencia de la necesidad de crear un parque nacional. ¡°Las fotos de A Coru?a se pueden ver, espero, como una forma de arte; pero tambi¨¦n como el poder del cambio. Las fotograf¨ªas son poderosas. Queremos abrir los ojos del mundo al oc¨¦ano¡±.
elpaissemanal@elpais.es
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